Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 21 de enero de 2017

13/1/2017 – Montclar

Ya estamos en 2017, el año de Donald Trump y, se supone, el referéndum de Cataluña.

Carles no puede venir y ante la llegada inminente de una ola de frío siberiano, propongo a Pep que demos una vuelta por los alrededores de Montclar, ya que desconozco totalmente la zona.

Aparcamos en el pequeño parking bajo el pueblo y entramos. Tiene una explanada alargada cercada por las casas, con la iglesia y el ayuntamiento en un extremo y el hostal en el centro. No creo que este dibujo haya cambiado mucho desde la Edad Media, aunque el castillo ha desparecido.

Siguiendo las marcas amarillas de la Xarxa Lenta, pasamos por un arco que divide dos casas y bajamos a la Riera de Montclar, una profunda hendidura que desemboca en la Riera de Navel, donde estuvimos hace un par de años y que se ve a lo lejos desde el pueblo.

Pasamos por la casa de Riu, una casa grande en ruinas con una pared gótica y una tina de vino excavada en la roca.

La casa de Riu

Y la pared gótica

De allí a la riera y el Molino de Sant Ponç. Tiene una balsa muy grande, casi como un campo de fútbol, con paredes en perfecto estado de conservación pero totalmente tapada por la vegetación, al igual que la casa y lo que parece ser unos corrales metidos en huecos de la roca.

Avanzando las fronteras de la ciencia cerca del Molino de Sant Ponç

Agujeros para los postes de la presa del molino

Desde allí, seguimos la riera hacia arriba por la pista, pasando por la casa de Verdaguer y volviendo a la carretera cerca de Cal Nosa. Una salida plácida, resguardada del viento del norte, que nos dio tiempo para hablar un poco de todo.

Vista de Montclar desde la carretera

La iglesia

Y el hostal

Otra vista desde el interior del pueblo

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8,2 km; 180 metros de desnivel acumulado.

23/12/2016 – El teleférico del Collet

Festivos y mal tiempo nos han mantenido en casa. Después de las últimas salidas, a Pep le quedaba una interrogante en la zona de Guardiola.

A principios de 2014, hicimos algunas salidas en Vallcebre y, encima del pueblo, hay un pequeño túnel por donde pasaba el teleférico que bajaba el carbón desde las minas del Coll de Pradell. La salida del túnel ha sido acondicionada como mirador, con unas vistas impresionantes. Desde allí, el teleférico seguía bajando hasta llegar a la Estació Angle, cerca del camping El Berguedà, donde cambiaba de dirección con un mecanismo de empalme que en su día fue muy complejo. Desde allí, bajaba por el valle hasta el Collet, donde había la vía de tren.

En cierto momento, pasa a la ribera izquierda del río Saldes y en nuestras idas y venidas por la carretera, habíamos visto los restos de la base de hormigón de una torre de teleférico que algún día, nos habíamos dicho, tendríamos que visitar. Pues, resulta que hoy es el día. Además, la gente que lleva el restaurante del Collet había dicho a Pep que gente mayor les había dicho que por la roca encima del restaurante, se hizo otro túnel para pasar el teleférico hasta donde estaba la estación de ferrocarril, más o menos donde está hoy el Parque de Bomberos.

Aparcamos el coche en el pequeño núcleo de las Casas Noves del Collet y, con una temperatura gélida, subimos el camino señalizado hacia Les Llenes – 180 metros de desnivel de golpe. Llegamos al collado justo cuando el sol empieza a asomarse por detrás de las montañas de Sant Julià de Cerdanyola.

En el cruce con el camino que va a El Vilar

Pasamos por el yacimiento del poblado medieval de Les Llenes, en el mismo estado de abandono total que habíamos visto la última vez que pasamos por aquí, y entramos en la pista que baja hacia el río. Sin embargo, en vez de continuar hacia la derecha, giramos a la izquierda. Por aquí, no ha pasado nadie en décadas; está todo tapado de zarzas y espinos. Seguimos bajando como podemos, por los restos de la pista, por fragmentos del camino antiguo, a veces a cuatro patas. Tras pasar por un par de carboneras, encontramos un camino transversal y giramos a la izquierda.

Pedraforca, siempre majestuoso

Nos vamos acercando a la roca. Tenemos la fábrica del Collet abajo. Vemos los restos de una barraca, luego una torre de teleférico de madera todavía en buen estado de conservación, y detrás … la boca del túnel, todavía con los postes del teleférico en su interior. Es un momento histórico y lo vamos recorriendo todo poco a poco para saborear el hallazgo en toda su plenitud.

El poste de madera del teleférico

En el interior del túnel

Y la salida sobre el Collet

El túnel es más largo que el de Vallcebre y desde la salida al otro lado, vemos los pisos del Collet debajo. Damos la vuelta y vamos a buscar la base de teleférico que veíamos desde el coche. La encontramos sin grandes dificultades y aquí comemos, con vistas al Pedraforca nevado. El sol está en su punto más alto y hace una temperatura suave.

La base de hormigón; al otro lado del valle, en la sombra, la carretera de Saldes

Guiados por la orientación infalible de Pep, volvemos hacia arriba por otro camino pero pasando por las dos carboneras, una detrás de la otra, y luego siguiendo la pista, toda tapada de zarzas. Hace más de 15 años que lo conozco y aun no entiendo cómo puede moverse con una precisión milimétrica por estos terrenos perdidos.

Salimos al camino de Les Llenes. Con el calor del sol, ahora vemos columnas de procesionaria buscando un sitio dónde enterrarse. “¿Cómo es que han salido dos meses antes de tiempo?”, pregunto a Pep. Señala los pinos secos, sin hojas, casi muertos, que nos rodean: “Se quedaron sin comida”. Siguiendo la misma lógica, pienso, las mariposas también saldrán dos meses antes de tiempo, más pequeñas y más débiles, cuando las condiciones todavía no son propicias. A ver si eso ayuda a acabar con la plaga.

Pinos moribundos; detrás, la línea del camino del Vilar

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 6,25 km; 340 metros de desnivel acumulado.

martes, 17 de enero de 2017

2/12/2016 – La Vía del Nicolau y los caminos de Quer

La semana siguiente, no salí. Dije a Pep y Carles que tenía mucho trabajo pero otro factor de peso fue el pronóstico de mucho frío. Pep y Carles sí que salieron y volvieron a los mismos bosques, centrándose más en la zona de Quer y Matallops.

Hoy, Pep quería volver una última vez. Sigue haciendo frío y estoy convaleciente de otro resfriado pero decido arriesgarme. Además, del track que me enviaron, vi que aún no habían resuelto ese camino que vi a la derecha bajando desde el Roc dels Quatre Batlles con mi hermana y hoy, Pep me promete que todo quedará aclarado.

Pero lo primero es visitar Cal Cabrit. Una casa en ruinas encima de la Vía del Nicolau. El 4/3/2011, Pep y yo recorrimos la parte superior de la Vía de Nicolau, un antiguo ferrocarril, desde Bagà hasta el Pont de l’Avellanet pero la parte inferior, la desconocía totalmente.

Aparcamos el coche en la carretera que va a la Font de la Vinya Vella con una temperatura de -5ºC. Después de visitar las ruinas de la casa, seguimos el trazado de la Vía hasta la entrada de Guardiola. Hay un tramo que no está asfaltado y, la verdad, tiene su encanto y, en primavera, seguro que mucho más.


La Vía del Nicolau entre Bagà y Guardiola

Volvemos a subir al coche y aparcamos bajo la casa de Matallops y subimos la pista que va a la casa de Quer. Debajo de la casa nos desviamos al Torrent de Turbians y pasamos un par de horas sin ver el sol, subiendo y bajando y atando todos los cabos que nos quedan.

Con la satisfacción de haber cumplido nuestra misión, ponemos rumbo nuevamente hacia la casa de Quer donde nos espera el sol. Subimos hacia el camino del Coll de Turbians. Allí, unos 300 metros del camino han sido convertidos en pista, hasta un pequeño afloramiento rocoso que, me imagino, marca el límite de la propiedad de la casa. Al lado, un tubo grueso de goma que trae el agua de la fuente en el fondo del valle. Hace bastante tiempo que no vengo por aquí pero estoy seguro de que antes no  había la pista. ¿Cómo es que la pista se queda aquí y no llega hasta la fuente, ya que ésta parece ser su finalidad? ¿Por falta de permisos? Y ¿por qué entonces se destrozaron gratuitamente 300 metros de camino, sabiendo que la pista quedaría parada en esas rocas?

Son preguntas que no podremos contestar aquí y decido dejarlo correr. Caminamos hasta el afloramiento, donde empieza el camino original y comemos, mirando la cuesta sumida en la sombra que hemos dedicado las últimas semanas a explorar. Mirando este bosque de aspecto anónimo, ¿quién diría que allí dentro hay tantos caminos, incluyendo los grandes ejes que suben desde Guardiola, Bagà y las casas aisladas para pasar la sierra y llegar a Gisclareny? A esos caminos, habría que añadir los secundarios a las fuentes y luego diversas capas de caminos y pistas forestales de distintas épocas. Un auténtico laberinto.

Desentrañando el laberinto

El sol se esconde detrás de la Carena de la Baga y la temperatura baja 5ºC de golpe. Nos levantamos y seguimos el último camino que nos queda por mirar y que nos lleva en media hora directamente al coche. Volviendo en el coche hacia Guardiola por la pista, pasamos por el Coll de la Sala y la entrada del camino donde todo empezó hace 3 semanas. Allí se ve claramente que ha sido usado para bajar troncos y ha pasado a tener un par de metros de ancho, con ramas en el suelo y las marcas de los troncos arrastrados en la tierra. “Tu camino ya es historia”, me dice Pep estoicamente.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 9 km; 470 metros de desnivel acumulado.

18/11/2016 – Mas Florit

Hoy, Carles está en la cama con fiebre. La semana pasada, Pep había visto caminos que bajaban hacia Guardiola y Bagà y decidió dedicar hoy a aclarar este tema. También en el mapa del Alpina hay el topónimo Mas Florit pero no indica ningún edificio.
  
Cal Graners; detrás el Moixeró y Tosa d'Alp

Aparcamos en la bifurcación de pistas para al Coll de Turbians. A partir de aquí, siguen un bajar y subir y volver a bajar con una tendencia general de norte a sur que nos permite descifrar una red que salía de Bagà y las casas en la ribera derecha del Bastareny y que apuntaba hacia el paso del Roc dels Quatre Batlles y el Coll de Turbians.

Sube la niebla mirando hacia el este

No voy a aburrir al lector con una descripción pormenorizada de una salida eminentemente académica. Mas Florit, no lo encontramos, tan solo una pila de piedras en una esquina de un llano que podría haber sido una casa. Y un detalle gastronómico: un manzano al borde de un campo con unas manzanas ecológicas aún en perfecto estado y de las que dimos buena cuenta. Y al final, 200 metros de desnivel de propina para tener en el GPS un camino ya conocido que subía desde Bagà hacia la Collada de la Font de la Paleta.

Aquí se ve claramente la línea del camino entre dos muros. El manzano estaba al final, casi tocando el bosque

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 10,5 km; 560 metros de desnivel acumulado.