Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



jueves, 29 de noviembre de 2012

16/11/2012 – Viladonja

El día 9, quisimos mirar la zona de Viladonja pero la lluvia nos obligó a dar la vuelta tras recorrer tan sólo un kilómetro desde Can Cases, cerca de la carretera que va a Sant Esteve de la Riba.


La casa de Viladonja. En el fondo, los campos y bosques de Moreta

Hoy, volvemos a probar suerte. Esta vez, dejamos el coche en l’Hostalet, en la carretera de Borredà a Ripoll, que todavía funciona como posada. Nada más salir del coche, el gato de la casa salta dentro y empieza a lavarse, contento de haber encontrado un lugar cálido y confortable. Pero, como todo lo bueno en esto mundo, su felicidad es efímera y sólo dura lo que tarda Pep en expulsarlo.

El gato se aleja ofendido pero el perro de la casa nos acompaña hasta el límite de su territorio al otro lado de la carretera. Entramos en la pista al otro lado, marcado como PR. La idea era seguir el PR hasta Viladonja pero hoy nos distraemos con el primer camino que nos sale al paso y dejamos la pista. Y así vamos haciendo la subida, a veces en la pista y a veces explorando caminos que salen a un lado y otro.

Dejamos la pista definitivamente para seguir un camino que tiene más apariencia de forestal que de otra cosa, que nos lleva por la Baga de Maçanós hasta la cresta, y de allí al Pla dels Quatre Terminals y el Collet de Finestrelles.

En el camino, vamos encontrando setas. Carles saca la bolsa y Carles y Pep inician el expolio. El ritmo de la marcha se enlentece. Como una especie de Hacienda setera, reclamo mi derecho de llevar a casa el 20% de todo lo recogido.

Después de comer en el Collet de Finestrelles, continuamos por la cresta hacia el Coll Senyorit. Carles ya tiene la bolsa casi media llena pero al llegar al collado, oímos voces y salen dos hombres con dos cestas enormes y una bolsa de supermercado llenas de setas. En total, deben haber unos 30 kilos. Carles esconde la bolsa detrás de la espalda para no hacer el ridículo.

Buscadores de setas en el Coll Senyorit

Bajamos la pista hacia la iglesia de Viladonja, que visitamos, y, dando un rodeo a la casa, que está habitada, buscamos un camino que nos suba a Cal Jaumet, en la cresta al sur y donde tuvimos que dar la vuelta la semana anterior. Desde Cal Jaumet bajamos la cuesta del sur, en busca de dos casas marcadas en el mapa del Alpina. Con alguna dificultad, las encontramos, dos casas muy humildes, situadas cerca de las zonas más llanas de la pendiente. No cuesta mucho imaginar la dureza de la vida de sus moradores. “Seguro que se sentaban en la última fila en la iglesia arriba”, observo.

Santa Eulàlia de Viladonja

Una vez anotadas las casas, bajamos por un camino inicialmente muy tapado hasta Can Cases, cruzamos la riera por el camino de la fuente de la casa y volvemos a empalmar con la pista del PR hasta llegar nuevamente al coche.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 11,2 km; 430 metros de desnivel acumulado.

lunes, 5 de noviembre de 2012

2/11/2012 – La Farga de Palmerola

El 18 de octubre, Carles y yo salimos en un día inapacible para intentar aclarar colitas (ver Glosario) debajo del Portell del Llop, entre Berga y Cal Rosal. En la mitad de los caminos, tuvimos que dar la vuelta por la vegetación que hacía físicamente imposible continuar y no pudimos acabar de enlazar un camino muy interesante que debía ir de Mas Ribera a Cal Rosal.

Las ruinas de Mas Ribera y detrás, Vilarrasa, al otro lado del Llobregat

La semana siguiente, la lluvia nos obligó a quedarnos en casa y por fin, para hoy, iba a hacer buen tiempo. Es puente de Todos los Santos y Carles tiene el hotel lleno de buscadores de setas urbanos y no puede venir.

Pep me sugiere ir a la Farga de Palmerola en la Riera del Merlès y hacer una ruta rectangular hacia Serrallonga. La zona está fuera de nuestros mapas, lo que nos obliga a recurrir al mapa del Alpina, con las limitaciones que ello nos supone por lo incompleto.

De la fragua sólo quedan unas ruinas debajo del refugio de Puigcercós y la presa que desviaba el agua a la balsa. Funcionó como fragua durante unos 70 años, con mineral traído del Ripollès, y luego como molino harinero.

 El refugio de Puigcercós al sol y debajo, todavía en la sombra, las ruinas de la Farga de Palmerola

La presa de la Farga

Tras hacer una visita detallada, tomamos la pista hormigonada hacia Hostalet. Teníamos que tomar una pista hacia la derecha pero yo esperaba algo más marcado y obligo a Pep a continuar caminando por la pista hasta tener la carretera de Ripoll a la vista. Una vez más, Pep tiene razón; damos la vuelta y tomamos la pista poco clara, que es la buena. Al no tener a Carles, no le queda más remedio a Pep que hablar conmigo y, entre otros temas variados, me va explicando sus lecturas en los archivos. Ahora mismo, tiene material para varios doctorados pero como no le gusta escribir, se enfrenta a la disyuntiva de documentar sus hallazgos escribiendo lo mínimo posible.

Vamos topando con buscadores de setas pero el frío de la semana pasada ha frenado la temporada en seco en estas partes y en sus cestas sólo se ve algún ejemplar de segunda línea. En las inmediaciones de Can Peligrí, el Alpina marca un camino que sale a la derecha para pasar el Mal Grau. Sin embargo, lo que sube es un vulgar camino para bajar troncos pero al cabo de poco rato, entra en un camino transversal cuya categoría y antigüedad es indudable.

El camino del Mal Grau

Lo seguimos hacia la izquierda y empalma con la misma pista, un poco más allá, con una tendencia clara hacia Les Lloses. Damos la vuelta y nos encaminamos hacia el Mal Grau, ahora convertido en Bon Grau gracias a las máquinas picadoras que lo convirtieron en pista. Vamos dejando caminos de aspecto interesante a derecha e izquierda.

Vista desde el Mal Grau; a la izquierda, la sierra de Picancel, a la derecha, el pueblo de Vilada y al fondo, las montañas de Capolat y Rasos de Peguera

Almorzamos en la cresta y luego continuamos por un camino hasta salir en la pista de Serrallonga. Pasamos por Serrallonga de Dalt, Serrallonga de Baix, Sant Pere de Serrallonga y Comià, antes de tomar el PR hacia Danyans. El camino empieza como un camino de arrastrar troncos pero se empalma con otro de más categoría y finalmente sale en la pista de Danyans. Seguimos bajando hasta llegar nuevamente a la Farga.

La iglesia románica, restaurada, de Sant Pere de Serrallonga

Pep se declara complacido con esta zona, que ofrece múltiples atractivos. Lástima que no tenemos mapas.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 12 km; 415 metros de desnivel acumulado.