Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



lunes, 5 de noviembre de 2012

2/11/2012 – La Farga de Palmerola

El 18 de octubre, Carles y yo salimos en un día inapacible para intentar aclarar colitas (ver Glosario) debajo del Portell del Llop, entre Berga y Cal Rosal. En la mitad de los caminos, tuvimos que dar la vuelta por la vegetación que hacía físicamente imposible continuar y no pudimos acabar de enlazar un camino muy interesante que debía ir de Mas Ribera a Cal Rosal.

Las ruinas de Mas Ribera y detrás, Vilarrasa, al otro lado del Llobregat

La semana siguiente, la lluvia nos obligó a quedarnos en casa y por fin, para hoy, iba a hacer buen tiempo. Es puente de Todos los Santos y Carles tiene el hotel lleno de buscadores de setas urbanos y no puede venir.

Pep me sugiere ir a la Farga de Palmerola en la Riera del Merlès y hacer una ruta rectangular hacia Serrallonga. La zona está fuera de nuestros mapas, lo que nos obliga a recurrir al mapa del Alpina, con las limitaciones que ello nos supone por lo incompleto.

De la fragua sólo quedan unas ruinas debajo del refugio de Puigcercós y la presa que desviaba el agua a la balsa. Funcionó como fragua durante unos 70 años, con mineral traído del Ripollès, y luego como molino harinero.

 El refugio de Puigcercós al sol y debajo, todavía en la sombra, las ruinas de la Farga de Palmerola

La presa de la Farga

Tras hacer una visita detallada, tomamos la pista hormigonada hacia Hostalet. Teníamos que tomar una pista hacia la derecha pero yo esperaba algo más marcado y obligo a Pep a continuar caminando por la pista hasta tener la carretera de Ripoll a la vista. Una vez más, Pep tiene razón; damos la vuelta y tomamos la pista poco clara, que es la buena. Al no tener a Carles, no le queda más remedio a Pep que hablar conmigo y, entre otros temas variados, me va explicando sus lecturas en los archivos. Ahora mismo, tiene material para varios doctorados pero como no le gusta escribir, se enfrenta a la disyuntiva de documentar sus hallazgos escribiendo lo mínimo posible.

Vamos topando con buscadores de setas pero el frío de la semana pasada ha frenado la temporada en seco en estas partes y en sus cestas sólo se ve algún ejemplar de segunda línea. En las inmediaciones de Can Peligrí, el Alpina marca un camino que sale a la derecha para pasar el Mal Grau. Sin embargo, lo que sube es un vulgar camino para bajar troncos pero al cabo de poco rato, entra en un camino transversal cuya categoría y antigüedad es indudable.

El camino del Mal Grau

Lo seguimos hacia la izquierda y empalma con la misma pista, un poco más allá, con una tendencia clara hacia Les Lloses. Damos la vuelta y nos encaminamos hacia el Mal Grau, ahora convertido en Bon Grau gracias a las máquinas picadoras que lo convirtieron en pista. Vamos dejando caminos de aspecto interesante a derecha e izquierda.

Vista desde el Mal Grau; a la izquierda, la sierra de Picancel, a la derecha, el pueblo de Vilada y al fondo, las montañas de Capolat y Rasos de Peguera

Almorzamos en la cresta y luego continuamos por un camino hasta salir en la pista de Serrallonga. Pasamos por Serrallonga de Dalt, Serrallonga de Baix, Sant Pere de Serrallonga y Comià, antes de tomar el PR hacia Danyans. El camino empieza como un camino de arrastrar troncos pero se empalma con otro de más categoría y finalmente sale en la pista de Danyans. Seguimos bajando hasta llegar nuevamente a la Farga.

La iglesia románica, restaurada, de Sant Pere de Serrallonga

Pep se declara complacido con esta zona, que ofrece múltiples atractivos. Lástima que no tenemos mapas.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 12 km; 415 metros de desnivel acumulado.

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