Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



domingo, 1 de octubre de 2023

22/9/2023 – Las minas del Coll de la Ceba

La última vez que estuvimos en estas minas fue en 2012. Hace poco, Domenec las visitó y Pep decide que ha llegado el momento de volver y plasmar la información que pueda aportar Domenec.

Después de recoger a Domenec en La Pobla de Lillet, subimos hasta el cruce delante del Santuario de Falgars, donde aparcamos. Desde allí, arranca el camino a la casa de Vallfogona. Yo lo había subido en solitario al poco tiempo de tener los mapas y quizás una vez más desde entonces. Básicamente es una subida constante con unos 100 metros de desnivel, hasta llegar al nivel de la casa de Vallfogona. Yo recordaba una pequeña subidita y no estaba preparado para el ritmo brioso de mis compañeros. Me quedé desfondado para el resto de la salida.

El camino de subida desde Falgars a Vallfogona

Poco antes de llegar a la casa, vemos un camino que marcha hacia abajo y que, hasta ahora, había pasado desapercibido. Lo seguimos. Está muy tapado, hace décadas que no pasa nadie y acaba en una pared de roca con una repisa amplia a la altura de la cintura. “Una balma d’arnes”, proclama Pep. Aquí se guardaban unas colmenas para la miel.

Volvemos hacia atrás y continuamos hasta la casa. Domenec nos informa que ya hizo hace unos días el tramo del camino del Regatell que yo tanto temía repetir. Había pasado el track a un pequeño grupo en La Pobla que se dedica a limpiar caminos y, de hecho, son los autores de los curiosos hitos que hemos ido viendo en distintas salidas durante el año. “No sabes el favor que me has hecho”, le digo a Domenec, agradecido.

“Ya que estamos, ¿por qué no subimos al poblado medieval, a ver cómo van las excavaciones?”, propone Pep. La última vez que subimos, habíamos visto unas tentativas en lugares donde era obvio que no encontrarían nada. Desde entonces, ahora sí, haciendo caso de las orientaciones de Pep, han dado en el blanco y cuando llegamos, vemos claramente el dibujo de la iglesia, con todas las piedras que habían caído en el interior bien ordenadas por tipología en pilas.


Tras pasar siglos enterrada, la iglesia del poblado medieval de Sant Cristòfol ve la luz 

Otra vez en la casa de Vallfogona, bajamos el camino señalizado al cruce de pistas y empezamos a subir el camino a la Mina del Moreno. Al poco de empezar, vemos “Xalet” pintado sobre una pequeña tabla de madera clavada a un árbol. Se intuye un camino y lo seguimos un rato. Parece querer unirse a la pista y damos la vuelta. ¿Es el camino de Teixó o simplemente un atajo a la pista del Xalet del Catllaràs? Quizás nunca lo sepamos.

Seguimos subiendo el camino de la Mina del Moreno hasta el primer collado. Aquí nos viene al encuentro el posible camino del Teixó que vimos la semana pasada, ahora una pista naturalizada. Pero Domenec nos ha indicado un camino que nos llevará a las minas bajo el Coll de la Seba y que Pep quiere documentar. Yo lo había subido hacía mucho tiempo en otra salida solitaria. Con los mapas recién fotocopiados y prácticamente en blanco, había visto un laberinto de caminos relacionados con estas minas y durante un tiempo, me dediqué a intentar seguirlos obsesivamente. Ahora el camino está despejado y marcado con hitos totémicos.

Hito surrealista en la Mina del Rotllan

En el segundo collado, empezamos a subir la fuerte pendiente del camino de las minas, todas hundidas y solo detectables por las escombreras o acumulaciones de tierra sacadas del interior de las minas. Tuvieron una vida efímera durante los años 40. En mi mapa, yo había marcado con mi letra jeroglífica solo un emplazamiento, con la inscripción “Mina Concepción”. “Aquí me parece que no hay ninguna mina con ese nombre”, dice Domenec. “Debe estar en otro sitio”.

En esa empinada subida, nosotros llegamos a contabilizar tres minas, que serían la Mina del Rotllan, la Mina del Cisquetó, y la Mina Carmelita. Después de recibir el track y cotejar con el mapa que le envió posteriormente Domenec, Pep me dice que falta una, la Mina Concepción.

Domenec tiene que volver a La Pobla y emprende el largo camino de vuelta. Nosotros seguimos subiendo hasta el Coll de la Ceba. Aquí comemos pero, a pesar de resguardarnos, nos azota un viento frío del norte y suben nubes amenazadoras en el Coll de Pal. Me pongo el jersey pero tengo frío igual y, además, Pep, normalmente tan ansioso para volver a casa para transcribir documentos, no tiene ninguna prisa, envuelto en un mullido forro con capucha y se reclina cómodamente contra la pendiente de hierba. Al final, no aguanto más; me levanto y me encaro con él. En mi mejor voz de matón, le digo: “Necesito tu forro”. Después de aguantarme la mirada durante unos cuantos segundos, se levanta lentamente y nos ponemos en marcha. Ahora es todo cuesta abajo y no tardamos en salir del viento y disfrutar nuevamente del sol.

Amenaza tormenta en el Coll de Pal

En el Camp de l’Ermità, después de degustar las manzanas silvestres, Pep me da la opción de volver a Falgars por delante o por detrás. Opto por delante para tener más sol y bajamos a Vallfogona y luego a Falgars por el mismo camino por el que venimos.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 9,5 km; 500 metros de desnivel acumulado.

 

15/9/2023 – Los caminos de Teixó y Vallfogona

Hoy nos acompaña Domenec, con quien ya hemos salido en alguna ocasión en La Pobla de Lillet. Resulta que el Grup d’Estudis Lillet quiere hacer un catálogo de caminos tradicionales en un intento de protegerlos de la destrucción continuada (y ampliamente documentada en este blog) con motivo de la explotación forestal o, al menos, evitar más destrozos.

Según el programa que dibuja Pep, parece que repetiremos caminos que hicimos esta primavera y verano con Jaume. “¿Por qué no le mandas tus tracks?”, pregunto en el Mikado. “Así él los tendrá todos y nosotros nos ahorramos trabajo”. “Los tiene que ver in situ y entender cómo funcionan. La teoría, sin práctica, no basta”, sentencia Pep.

Hoy, su objetivo es recorrer el camino de La Pobla a las casas de Teixó y el camino de La Pobla a Vallfogona. Ambos salen del camino de La Pobla a Falgars, ahora GR4, aunque en distintos puntos.

Las aguas del Llobregat bajan teñidas de rojo después de las últimas lluvias

Nos encontramos con Domenec en el pequeño aparcamiento público en La Pobla de Lillet. Hay pequeños bancos de niebla y cielo tapado, con previsión de lluvia por la tarde.

Bancos de niebla desde el Primer Grau

Dejamos el camino de Falgars en el Primer Grau por el camino del Regatell, y luego seguimos el camino de Les Marrades, el camino del 600 hasta las casas medievales de Teixó, grupos de piedras colocados alrededor de un pequeño alto, todo ello acompañado de extensas explicaciones de la teoría de caminos. Son casi 400 metros de desnivel de un tirón que Domenec, a pesar de los 70 años cumplidos, sube sin esfuerzo aparente.


Bajando hacia el Regatell desde el Primer Grau 

Y la subida después de cruzar la riera seca

Por todas partes revolotean mariposas del boj y en toda la salida no veremos ni un boj vivo. En nuestras salidas de junio, aún estaban intactos.

Camino del 600

Pep consulta mis mapas para buscar una conexión entre Teixó y Vallfogona para así bajar a La Pobla por el camino que va siguiendo el Regatell desde el cruce de las pistas de Falgars y Vallfogona. Todavía traumatizado por la subida por ese camino el 14 de abril, le imploro que hagamos la bajada desde Els Rentadors.

Bajando hacia la pista del Xalet, topamos con un sapo que ha sobrevivido a la sequía. Después de dar unos pasos, se queda inmóvil, mirándonos de reojo. “Que sea rápido”, nos parece decir. Pero nosotros somos buena gente y no queremos hacerle ningún daño; un par de fotos como máximo. Mientras bajamos, me asalta una duda: “Nunca sabremos si era un príncipe. Nos falta la doncella”, observo. “Hombre”, replica Domenec, “los tiempos han cambiado. Yo creo que si lo besas tú, será igual de efectivo”.


¿Quién le besará?

En esas reflexiones sobre la intercambiabilidad de géneros, vemos un camino muy marcado que marcha a la izquierda de la pista del Xalet. “¿Lo probamos?”, propone Pep. “Mira primero mis mapas. Igual ya está hecho”, advierto. Resulta que sí, lo hice hace muchos años en otra salida solitaria y temerosa y enlaza con el camino que va a la Mina del Moreno. Pep sigue el trazado con el dedo. “Podría ser el camino de Teixó a Vallfogona, y nos llevará directamente al camino que baja el Regatell”. Cuenta las curvas de nivel. “Sólo 125 metros de desnivel”. Reitero mis súplicas de no bajar aquel camino infernal y Pep, magnánimo, renuncia a subir ese camino y continuamos hacia Els Rentadors. Creo que solo yo soy plenamente consciente de la magnitud de lo que acaba de pasar. Que Pep renuncie a un objetivo por mí es algo casi inaudito. Un cínico diría que, como todos lo hemos visto en el mapa, le es imposible imponer una agenda oculta e ir por la vía de los hechos consumados. Pero yo quiero creer que mi bienestar realmente le importa. Resuelvo que a partir de ahora, siempre que las circunstancias lo permitan, mi blog cantará las alabanzas de Pep y sus proezas como investigador histórico.

Bajamos a Els Rentadors, donde comemos. En otra época, habría criticado lo sombrío y la falta de vistas. Pero ahora veo que la elección es perfecta, ya que es un sitio resguardado que protege tanto del sol como de la lluvia y tiene unas piedras y bancales distribuidos perfectamente para que todos podamos sentarnos cómodamente y conversar.


El camino que sube al Tercer Grau, con el desfiladero seco del Regatell a la derecha y boj muerto por todas partes

Cruzamos la riera seca y empalmamos con el camino de Vallfogona, identificado al principio por unos hitos de piedras apiladas de forma ingeniosa, formando estructuras de inspiración oriental. El camino sigue el recorrido del Regatell, ahora encajado en un desfiladero estrecho. Los bojes muertos dan un aire fantasmagórico y una visibilidad del entorno que no existiría si todos estuvieran con hoja.

Salimos al camino de Falgars en el Tercer Grau e iniciamos el largo descenso hasta la Pobla de Lillet. A medida que bajamos, noto cada vez más cómo las piedras se clavan en la planta de mis pies. Me prometo comprar unas botas con suelas más gruesas.


El Parque de Aventura debajo del Bosc de Ventaiola

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 10,3 km; 460 metros de desnivel acumulado.