Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 16 de abril de 2011

8/4/2011 – Feners

El día 7, había sido mi cumpleaños y por eso pedí un capricho a Pep. Pasado el Coll de la Trapa y antes de llegar a Feners, desde la carretera que va a Gosol, se ve abajo un grupo de casas de lo más cucas y nunca había ido allí. Además, el Alpina antiguo marca un camino que pasa por detrás de las casas y va hacia el Aigua de Valls.


Una visión poco habitual de Pedraforca desde el Coll de la Trapa; es la cara sur

Por ser mi cumpleaños, Pep acepta pero él quería volver a Pardinella. Aparcamos el coche en el Coll de la Trapa y bajamos por una antigua pista, ahora parte de la Xarxa Lenta, hacia Feners. Tras cierta distancia, marcha un camino hacia las casas. Llegamos a las casas pero no hay rastro del camino que decía el Alpina.
Pep empieza a ponerme la cara que pone cuando no está donde quiere estar, la misma que me puso en la Via del Nicolau. Sí que vemos un camino muy bonito que sube detrás de Cal Minguet pero Pep no me deja probarlo. Carles bajó el camino antiguo desde la Minuta a su GPS. No encontramos el camino donde lo indica el Alpina y el GPS de Carles indica más hacia el norte, hacia el torrente.

Las casas de Ca l'Escarola en el primer plano y Cal Minguet atrás, tocando el bosque

Contraste de paisaje - semidesierto tocando los verdes campos de Ca l'Escarola. En el fondo, la Gallina Pelada, punto culminante de la Sierra de Ensija

Vamos donde indica el GPS. Se ven algunos débiles rastros pero está todo muy revuelto por unos postes de teléfono. Vuelvo a proponer el camino que sube desde Cal Minguet como Plan B pero Pep lo rechaza. “Me trajiste aquí para buscar el camino de Feners, pues eso es lo que vamos a hacer”, me dice. Volvemos a subir a Cal Fanxó y vamos flanqueando por tierras muy erosionadas sin camino. Yo empiezo a cansarme de los intentos infructuosos de buscar caminos inexistentes. ¡Y tan bonito que parecía desde la carretera! Por fin, vemos un camino que marcha hacia arriba, lo seguimos abajo y llegamos a las ruinas de otra casa, Ca l’Art.
El camino antiguo vuelve a salir en el GPS de Carles y esta vez lo vemos más claro y lo seguimos hacia el Coll de la Trapa. Se mantiene muy cerca del curso del torrente (nada que ver con lo que indicaba el Alpina antiguo) y finalmente se pierde precisamente donde lo dejamos correr, bajo los postes de teléfono. Media vuelta.
Desde Ca l’Art, seguimos unos restos de camino que nos dejan en la pista al Molí de Güell y establecemos la conexión con el camino que iba directamente de Feners a Bonners, sin pasar por el Molí de Güell. Ahora este camino forma parte de la Xarxa Lenta y es altamente recomendable. Es un camino interesante de verdad y permite atisbar los restos del castillo de Fraumir.
Pero nosotros no lo vamos a seguir hoy. Decidimos almorzar bajo la sombra en un campo. La conversación vuelve a un tema recurrente: la escasa atención que dedican los políticos locales al patrimonio arqueológico de la comarca, que está cayendo a trozos. Yo personalmente opino que de los políticos se puede esperar bien poca cosa en este campo y, en todo caso, será el ciudadano preocupado (“concerned citizen” como dicen los americanos) que tendrá que dar el primer paso. Acabo el bocadillo y la tertulia se alarga; apetece un café. Saco el móvil y llamo a Josep Mª.
“Hola Steve”, me contesta. “Hola Josep Mª, necesitamos dos cortados”. “¿Dónde estáis?” “A un kilómetro al sur de Feners, cerca de un poste indicador de la Xarxa Lenta, adosados contra un muro de piedra seca”. “En diez minutos, los tienes allá”, me promete. Cierro el móvil, satisfecho. Así es como se tienen que hacer las cosas, pienso.


El muro donde esperamos los cafés de Josep Mª. Observad su grosor.

Carles y Pep siguen hablando. El tiempo pasa y Pep tiene que volver para su clase de música. Inexplicablemente, los cafés de Josep Mª no han llegado pero no podemos esperar más. Subimos por la pista hacia Feners y allí hay un ejemplo de lo que hablaban Pep y Carles. La casa de Feners incorpora parte de lo que era la antigua casa fuerte medieval pero dos de los muros se han separado y uno empieza a inclinarse peligrosamente. Si continúa la inacción, no cuesta ver que el muro acabará siendo una pila de piedras esparramadas por el suelo.


La casa de Feners. El dibujo de los muros medievales es evidente.

Desde Feners, tomamos la Xarxa Lenta de vuelta hasta el Coll de la Trapa. Pep se declara satisfecho con haber establecido las comunicaciones debajo de Feners y me perdona … pero la semana que viene, a Pardinella.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 10,1 km; 260 metros de desnivel acumulado.

domingo, 10 de abril de 2011

1/4/2011 – Entre Cal Tinent y Millarès

Hace un día precioso, más propio de mayo. Vamos otra vez a la carretera de Coll de Pal. Primero, había que hacer dos paseos de trámite. 1) El camino antiguo de Bagà a Greixer en el tramo hasta la casa de l’Om. 2) El camino que va de Rigoréixer hacia el Camping Bastareny. De momento, parece un paseo de abuelos pero Pep quería los tracks para su archivo.


El pintoresco puente que marca el inicio del camino de Rigoréixer hacia el Camping Bastareny

Finalmente, aparcamos el coche donde empieza la pista de Greixer, cruzamos el río y vamos hacia Cal Tinent, una casa en ruinas de cierto tamaño y al lado, un puente sobre el que pasaba el antiguo camino y que desconocíamos hasta ahora. Cerca había el molino de Greixer. Curiosamente, este molino tenía dos balsas, una detrás de otra, algo que tampoco habíamos visto antes. Localizamos el canal del molino y un camino muy tapado que nos lleva de vuelta a Cal Tinent.

El puente de Cal Tinent

Intentamos buscar el camino antiguo de Cal Tinent a Millarès, que Carles tiene bajado a su GPS pero nos vemos forzados a seguir la pista y luego pasar por debajo de la carretera del túnel de Cadí. Al otro lado, sí que localizamos el camino a la derecha de los últimos campos de Cal Tinent pero, al poco rato, lo perdemos y tenemos que subir por la ruta señalizada de los Cavalls del Vent, que es artificial. En un pequeño collado, por fin encontramos el camino antiguo. Pep decide que, en nombre de la ciencia, tenemos que volver a bajar para asegurar el trazado del camino.
Quizás algún lector se haya irritado en entradas anteriores por la falta de detalles a la hora de describir el recorrido de los caminos. Pues prestad atención: El camino señalizado llega al collado a una cota de 1.135 metros. Dad la vuelta y mirad hacia abajo. El camino auténtico sale bajando hacia la derecha; aunque está algo tapado, las eses son inconfundibles. Va bajando hasta la cota de 1.090 metros, cuando sale a un pequeño claro. Aquí, hay que estar muy atento, ya que el camino gira hacia la izquierda con ligero descenso, bastante borrado, y acaba entrando en los campos. Cruza los campos y entra en el bosque al otro lado a la cota de 1.080 metros, tras lo cual baja paralelamente a los campos hasta topar con la carretera del túnel de Cadí, donde queda cortado.
Volviendo a nuestro pequeño collado, seguimos subiendo hacia el Millarès por el camino señalizado, que también es el camino antiguo. Este tramo es muy atractivo, pasando por un bosque de robles, boj y encinas, y respira mucha antigüedad. Seguimos dos colitas muy tapadas: una acaba en una zona de carboneras y otra en una artiga. No recomendaría ninguna de las dos. Los picores provocados por los rasguños me duraron 4 días.
Salimos a la casa de Millarès, donde almorzamos bajo un árbol con la inmensidad y majestuosidad del Moixeró delante, como si estuviéramos mirando una pantalla gigante. Pep va enumerando las canales que, dice, tendremos que subir por última vez ya este verano (que tenemos una edad) para grabar los tracks (con mi GPS, que nunca pierde la señal).

Tosa d'Alp desde los campos de Millarès

Como última tarea del día, Pep quiere buscar el camino de Millarès a Greixer. Tras adentrarnos en el bosque en la dirección equivocada, ya que nos lleva demasiado hacia la casa de Hospitalet, aunque sirve para abrir unas colitas para explorar más adelante, nos situamos en la misma cresta debajo de la casa de Millarès, donde se ve claramente el camino que marcha hacia abajo. Va bajando la cuesta en amplias eses hasta llegar al río. Su categoría es incuestionable pero está totalmente abandonado ya que todo el mundo usa la pista.
El camino sigue el curso del río. Al final, encontramos un punto para cruzarlo y caminamos por la carretera hasta el coche.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8,2 km; 350 metros de desnivel acumulado (no cuento los paseos al principio pero seguramente sumarán unos 3 km más).

domingo, 3 de abril de 2011

25/3/2011 – El Triángulo de Rebost

Hablando con Pep un par de días antes, me propone unir el triangulo de Millarès, Paller de Dalt y Rebost. Me parece bien porque será una oportunidad para visitar nuevamente unos caminos que hace mucho tiempo no recorremos.


Campos de Millarès con la casa a medio término y el pequeño pueblo de Greixer al fondo

Dejamos el coche en la entrada de una pista en la carretera de Coll de Pal, pasada la casa de l’Hospitalet. Esta pista acaba entrando en los campos encima de la casa de Millarès. Carles y Pep, en voz baja para que no me entere demasiado, hablan de una iglesia de Millarès, mencionada en documentos medievales. Al acercarnos a la casa, Pep se desvía y camina con paso firme y decidido a un pequeño llano cubierto de boj y encinas. Al llegar, se ven unas piedras delatadoras y, al entrar en el boj, unos muros bajos que dibujan formas circulares y rectangulares y que demuestran sin lugar a dudas la presencia de un asentamiento medieval. Carles y yo quedamos maravillados y entonamos cantos a la gloria de Pep el Descubridor. Él, modesto, dice que se ha limitado a aplicar el principio de Sherlock Holmes. En otras salidas, había mirado en todos los demás sitios y simplemente era el último que le quedaba.

Piedras que hablan. Parte del asentamiento medieval cerca de Millarès

Tras la inspección de rigor, emprendemos el camino al Paller de Dalt. Pasamos por una pequeña zona de pastura llamada la Pleta Vella, flanqueamos la cuesta y tras pasar una cresta, entramos en una ‘artiga’ (ver Glosario). Es muy curioso ver estos campos en medio de la montaña, lejos de todo. Buscamos el borde de los campos y encontramos nuevamente el camino, que nos lleva a la cara norte del Bac de Diví. El camino tiene toda la pinta de que no ha pasado nadie desde la última vez que lo hicimos, hace unos cinco años. El camino busca un paso por la cuesta escarpada y rocosa hacia la Collada Xica.

 Bac de Diví

Rastro del pájaro carpintero en la Collada Xica

En la Collada Xica, descansamos y Pep propone que nos separemos. Un grupo subirá el Llener Mal y el Pas de la Devesa y otro la Canal Mala y nos encontraremos en el Refugio de Rebost. Como se puede imaginar por los topónimos, los dos tienen sus inconvenientes pero yo elijo subir el Llener Mal. Es más recto y llegaremos antes pero es muy empinado. Carles y yo emprendemos la subida, con frecuentes paradas para “disfrutar de las vistas”.

Otra vista del Valle del Llobregat, subiendo el Llaner Mal

Pedraforca, con las nubes rozando las cimas. En primer plano, la Collada Xica

Tanto una ruta como la otra son rutas pintadas y se ve que el guarda de Rebost ha repasado la pintura amarilla en el Llener Mal para atraer a visitantes. Es una subida realmente árida: un trozo de hierba con tarteras o pedregales a cada lado. Cruzamos la carretera y pasamos el Pas de la Devesa a la umbría …
donde está todo nevado. Hay un palmo de nieve compacta. El camino se ve como un pasillo blanco entre los árboles y, recordando a Alicia en el País de las Maravillas, el rastro de una liebre nos guía certeramente por todo el largo flanqueo. Por fin, la nieve se acaba y llegamos al Refugio. No hay guarda pero hay mesas y bancos fuera. Descansamos y, al cabo de un cuarto de hora, llega Pep.

El descanso de los guerreros en Rebost

Almorzamos. Después, nos encaminamos hacia el Coll de la Gavarra. Vemos el camino antiguo debajo de la pista. Hace unos años, yo había hecho unas prospecciones por aquí solo y había intuido que debía bajar un camino cerca de la cresta hacia Greixer y Bagà. Partiendo de la pista en el Coll de la Gavarra, había intentado buscar el camino pero, debido a una antigua pero intensa explotación forestal, siempre había perdido el camino hasta casi llegar a la carretera abajo, cuando lo había visto en una zona de roca.
Veremos si se nota la experiencia adquirida desde entonces. Además, tenemos una arma secreta. Carles ha grabado el trazado del camino antiguo de un mapa de 1951 en su GPS, lo que nos ha dado unas pistas importantes. Primero, en vez de buscar desde el collado, seguimos el camino antiguo desde el Rebost y vemos que no sube al collado sino que sigue la curva de nivel unos 10 metros por debajo. A partir de allí inicia una bajada por el lado izquierdo de la cresta. No creo que nadie haya seguido este camino en décadas ya que fue suplantado por la pista forestal en los años 40. La huella es clara hasta que topamos con una multitud de caminos para bajar troncos, surcos cortados que bajan en línea recta. Allí perdemos el rastro hasta volver a encontrarlo 50 metros de desnivel más abajo. En cierto punto debe cruzar la cresta y bajar por el lado derecho. Lo acabaremos de dilucidar otro día ya que se ve mejor de subida.

Bajando desde el Coll de la Gavarra

Llegamos a la carretera frente al coche pero Pep quiere ver la continuación del camino hacia el río de Hospitalet, ya que sería el camino a Bagà. Bajamos la amplia cresta yerbada y, en un pequeño llano, vemos el camino que marcha hacia abajo a la derecha. Pep vuelve a buscar el coche y Carles y yo seguimos bajando. A pesar de las interferencias por caminos de bajar troncos, se ve bien. Llega al río y lo sigue corriente abajo por la ribera izquierda. Oímos los gritos de Pep y finalmente encontramos un lugar para cruzar.

Nos vamos a casa con la tranquila satisfacción de haber hecho historia.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 11,6 km; 590 metros de desnivel acumulado.