La semana siguiente, no salí. Dije a
Pep y Carles que tenía mucho trabajo pero otro factor de peso fue el pronóstico
de mucho frío. Pep y Carles sí que salieron y volvieron a los mismos bosques,
centrándose más en la zona de Quer y Matallops.
Hoy, Pep quería volver una última vez.
Sigue haciendo frío y estoy convaleciente de otro resfriado pero decido
arriesgarme. Además, del track que me enviaron, vi que aún no habían resuelto
ese camino que vi a la derecha bajando desde el Roc dels Quatre Batlles con mi
hermana y hoy, Pep me promete que todo quedará aclarado.
Pero lo primero es visitar Cal Cabrit.
Una casa en ruinas encima de la Vía del Nicolau. El 4/3/2011, Pep y yo
recorrimos la parte superior de la Vía de Nicolau, un antiguo ferrocarril,
desde Bagà hasta el Pont de l’Avellanet pero la parte inferior, la desconocía
totalmente.
Aparcamos el coche en la carretera que
va a la Font de la Vinya Vella con una temperatura de -5ºC. Después de visitar
las ruinas de la casa, seguimos el trazado de la Vía hasta la entrada de
Guardiola. Hay un tramo que no está asfaltado y, la verdad, tiene su encanto y,
en primavera, seguro que mucho más.
La Vía del Nicolau entre Bagà y Guardiola
Volvemos a subir al coche y aparcamos
bajo la casa de Matallops y subimos la pista que va a la casa de Quer. Debajo
de la casa nos desviamos al Torrent de Turbians y pasamos un par de horas sin
ver el sol, subiendo y bajando y atando todos los cabos que nos quedan.
Con la satisfacción de haber cumplido
nuestra misión, ponemos rumbo nuevamente hacia la casa de Quer donde nos espera
el sol. Subimos hacia el camino del Coll de Turbians. Allí, unos 300 metros del
camino han sido convertidos en pista, hasta un pequeño afloramiento rocoso que,
me imagino, marca el límite de la propiedad de la casa. Al lado, un tubo grueso
de goma que trae el agua de la fuente en el fondo del valle. Hace bastante
tiempo que no vengo por aquí pero estoy seguro de que antes no había la pista. ¿Cómo es que la pista se
queda aquí y no llega hasta la fuente, ya que ésta parece ser su finalidad?
¿Por falta de permisos? Y ¿por qué entonces se destrozaron gratuitamente 300
metros de camino, sabiendo que la pista quedaría parada en esas rocas?
Son preguntas que no podremos
contestar aquí y decido dejarlo correr. Caminamos hasta el afloramiento, donde
empieza el camino original y comemos, mirando la cuesta sumida en la sombra que
hemos dedicado las últimas semanas a explorar. Mirando este bosque de aspecto
anónimo, ¿quién diría que allí dentro hay tantos caminos, incluyendo los
grandes ejes que suben desde Guardiola, Bagà y las casas aisladas para pasar la
sierra y llegar a Gisclareny? A esos caminos, habría que añadir los secundarios
a las fuentes y luego diversas capas de caminos y pistas forestales de
distintas épocas. Un auténtico laberinto.
Desentrañando el laberinto
El sol se esconde detrás de la Carena
de la Baga y la temperatura baja 5ºC de golpe. Nos levantamos y seguimos el
último camino que nos queda por mirar y que nos lleva en media hora
directamente al coche. Volviendo en el coche hacia Guardiola por la pista,
pasamos por el Coll de la Sala y la entrada del camino donde todo empezó hace 3 semanas. Allí se ve claramente que ha
sido usado para bajar troncos y ha pasado a tener un par de metros de ancho,
con ramas en el suelo y las marcas de los troncos arrastrados en la tierra. “Tu
camino ya es historia”, me dice Pep estoicamente.
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