Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



martes, 16 de julio de 2013

5/7/2013 – La vuelta de Tosa d’Alp


Esta semana, sin clase de música, tenemos todo el tiempo del mundo y accedo a ir a la Tosa d’Alp. Carles no viene; está siguiendo una cura anti-estrés en la playa con su familia. A ver si le funciona.
Aparcamos en el Coll de Pal. Hay un fuerte viento del norte, canalizado por el propio collado, que nos obliga a abrigarnos. Caminamos hacia el norte por el GR4, que sigue el torrente. Pep me muestra unos nidos de ametralladoras de piedra a la derecha, parte de la Línea Gutiérrez. Esta línea de defensas fue construida cuando se acababa la Segunda Guerra Mundial, a modo de Línea Maginot española, y debía formar una barrera infranqueable que frenaría cualquier intento de los Aliados de invadir España para derrocar el régimen de Franco. Nunca se llegó a completar pero debía haber surtido efecto igualmente, porque la temida invasión nunca llegó a materializarse.
Líneas eléctricas se mezclan con torres de telesillas mirando hacia el Coll de Pal
Quitando las torres de alta tensión que pasan por el Collado, es un paisaje eminentemente alpino pero al acercarnos al edificio de la estación de esquí de Coll de Pal, vemos que se han multiplicado las obras, con torres de telesillas y pistas de descenso, para conectar esta pequeña estación con la macroestación de La Molina.
Las telecabinas de La Molina
Amaina el viento y vuelve el calor pero el paisaje se va tecnificando cada vez más. Pasamos debajo de la telecabina, que está funcionando y al cabo de unos cientos de metros más, vemos la explicación. La estación ha gastado mucho dinero en modernizar sus instalaciones para todo tipo de deporte de invierno para también ha creado diversas rutas para descensos de bici y pronto vemos pequeños grupos de jóvenes bajando. La telecabina se utiliza para subirles hasta el punto de partida.
No puedo dejar de admirar este esfuerzo que ha transformado la montaña en una maravilla de la tecnología del entretenimiento al aire libre pero a Pep le sobra todo esto. Está buscando minas de hierro y manganeso. Cerca del Coll de la Mola, ve los pilas de tierra y piedra que delatan la presencia de la mina. Cuando llegamos, vemos una galería cortada en la roca que se mete bastante para adentro, aunque sólo la seguimos unos metros por falta de linterna.

Continuamos por la pista pero llega un momento que tenemos que subir. A veces por pista y a veces simplemente subiendo la cuesta, ganamos altura. Vemos los restos de bases de teleféricos, que parecen venir del Serrat de les Pedrusques.

Mirando hacia Cerdanya mientras caminamos hacia el Serrat de les Pedrusques

Hacemos 400 metros de desnivel, subiendo por instalaciones y pistas de esquí. Finalmente, llegamos a una pista transversal que marcha hacia el oeste. Empezamos a dejar atrás toda la parafernalia del esquí. Cerca del collado que marca la divisoria entre la cara norte y la cara sur, vemos una barraca de mineros y, un poco pasado el collado, un camino sigue la cara sur del Serrat de les Pedrusques hasta llegar a unas bocaminas y los restos de una barraca. Todavía se ven restos de la veta de mineral negro que los mineros debían buscar. Almorzamos en la sombra de una bocamina, con una vista enorme delante que abarca Coll de Jou, Penyes Altes, Pedraforca, Prat d’Aguiló y el comienzo del Cadí. Estas minas, Pep ya las conocía de una excursión anterior pero no había tenido tiempo para estudiarlas detenidamente.

Mirando hacia el Moixeró, con Penyes Altes, el Cadí y Pedraforca

Después de comer, continuamos por la pista hacia el Puig de la Mena, donde había otras dos minas, más pequeñas. Pero antes de llegar a la barraca de mineros bajo la Font de la Mena, Pep ve una explanada bajo la pista. Resulta ser un cargador. ¿Llegaría un teleférico aquí? Pero, ¿desde dónde? Pep se asoma y ve más abajo unos restos delatadores y un camino muy tenue que baja.
Vamos bajando, acercándonos a ese caos de barrancos que son les Muntanyetes. Grupos de rebecos nos ven y se apartan corriendo. Por fin llegamos abajo y en la roca vemos cuatro o cinco agujeros excavados y otra explanada para el teleférico de salida. Pep se emociona, sabía que le faltaban unas minas pero nunca creía que sería tan fácil encontrarlos. Le digo que es fruto de la experiencia. Está claro que hace décadas que no viene nadie por aquí.

 Vista de les minas tomada por Pep con la base del teleférico inferior en primer plano
 
Mirando hacia el Serrat Gran desde las minas
Seguimos un camino de flanqueo que va hacia la Mina de la Mena, la más importante y la más conocida, situada debajo de la barraca de mineros de la Font de la Mena. En los pasos más delicados, Pep se para y se asegura de que yo no cometa ninguna torpeza. “¿Ves cómo te cuido?”, me dice. “Como un polluelo”. No puedo negarlo, aunque creo que exagera mi fama de torpe. Sea como sea, llegamos a la barraca sin percances, e iniciamos el camino de flanqueo hacia Coma Floriu. Antiguamente, este camino era usado por los mineros para ir a Bagà y durante muchos años, después del abandono definitivo de las minas en los años 60, fue un camino desconocido para el gran público, que seguía obedientemente la ruta señalizada por la cresta hasta el refugio del Niu d’Áliga en Tosa d’Alp. Antes del pestivirus, era una buena ruta para ver grandes grupos de rebecos y aún hoy es fácil verlos.
Comafloriu desde la barraca de mineros


Y el arranque del camino en Comafloriu mirando hacia Tosa d'Alp
Luego el camino se publicó en un libro de rutas y luego en el mapa de Alpina y se popularizó, con cierto enfado por parte de los responsables del Parque de Cadí-Moixeró, que querían que se dejaran tranquilos los rebecos. Recorriendo hoy este camino, me parece notarlo erosionado en algunos tramos y me pregunto si será por desgaste natural o por el paso de gente, aunque hoy sólo estamos Pep y yo. Una hora después, ya estamos en el coche.
Imagen intemporal (quitando la torre de alta tensión)
Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 16,4 km; 680 metros de desnivel acumulado.

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