Hoy es viernes y, como sabrán mis lectores veteranos, vamos a caminar. En el aparcamiento de la Font del Ros, hemos coincidido con un grupito de personas que hacen una mezcla de Nordic walking y patrimonio en salidas semanales. Conocen a Pep y nos saludamos. “Vamos a visitar el Serrat de les Tombes”, (ver la salida del 29/10/2021) dicen. “Nosotros vamos a la Torre de Foix”, decimos, y nos despedimos.
Ya en el coche yendo hacia nuestro destino, Pep me dice: “Estos fueron lectores de tu blog y lo usaron para buscar rutas. De hecho, mucha más gente conoce tu blog de lo que piensas”. Siguen unos segundos de silencio. “Creo que deberías volver a empezar tu blog. De hecho, no lo deberías haber parado. Fue un gran error. Es algo único, no hay nada parecido en el mundo del excursionismo”.
Hace una pausa para elegir bien sus palabras: “En tus descripciones de los lugares, despiertas el interés para conocerlos a la vez que conservas un toque de misterio que estimula la curiosidad. Y las anécdotas le dan un toque de entretenimiento que le diferencia de todos los demás blogs de senderismo”.
“Yo sería incapaz de escribir algo así”, segunda Carles.
Hace tiempo que he dejado de mirar mis correos en el móvil y le escucho con una mezcla de asombro y agradecimiento. Nunca le he oído hablar tan claro y en términos tan positivos sobre mi blog pero nada de lo que ha dicho hasta ahora me prepara para su argumento culminante. “Dices que quieres escribir una novela pero todavía no has empezado ni la primera página. ¡No te das cuenta que tienes tu gran obra delante de las narices!”.
“¿El cotilleo también?”, pregunto, intentando digerir ese inesperado aluvión de elogios. “Sin el cotilleo, no sería lo que es”, contesta. “Solo te pediría un poco más de información histórica, y para eso nos tienes a nosotros”.
Lo cierto es que hace un par de semanas, había vuelto a pensar en el blog. Hace tiempo que Pol ha vuelto a caminar con nosotros. Nunca me deja de sorprender que la comunicación intergeneracional sea tan fácil entre nosotros. Pep lo ve como nuestro sucesor y nos ha llevado en rutas extenuantes para enseñarle el máximo de cosas históricas en el mínimo tiempo posible, primero por los municipios de Olván y Sagás durante el invierno, y posteriormente por el municipio de La Quar, entrando en el valle de la Portella.
La semana anterior, subimos la Canal Freda para visitar dos casas medievales cerca de Sant Miquel y luego bajamos por la Canal de Sant Miquel, con más de 600 metros de desnivel y una niebla que no dejaba ver más de 100 metros, coronado por el exigente Grau de Rosa.
En cuanto a mí, en este año y medio, he cambiado de década pero, gracias al Feldenkreis con nuestra profesora Mon y las clases de fuerza en el gimnasio Atles, mi cuerpo ha ganado en solidez, mi postura ha mejorado y ya no tengo esa sensación de fragilidad que me acosaba. Pasar las tardes jugando al dominó en el Hogar del Pensionista, todavía lo veo lejos.
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