Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 16 de julio de 2011

10/7/2011 – El ferrocarril de Peguera

Al volver a casa el viernes, encuentro un e-mail de Josep María, que está libre y quiere salir de paseo. Me pregunto dónde le puedo llevar: ¿Alguna solana pelada, abrasada por el sol? ¿Sevilla? ¿Las Salinas de Utah? La última vez que salí con él, fuimos a los Empedrats y es actualmente una de las entradas más visitadas de mi blog. Decido probar suerte con otra ruta turística: el ferrocarril de Peguera, y además tiene la ventaja de estar protegido del sol.


Primero, un poco de historia. Debajo del pueblo de Peguera, hay carbón. El problema era cómo bajarlo al ferrocarril en el Llobregat. El dueño de las concesiones mineras, un tal Sr. Moreta, decidió construir un ferrocarril que bajara la umbría del valle de Peguera. Lo que emprendió fue una obra inmensa de ingeniería. La vía debía tener una pendiente suave y constante para poder bajar los vagones por gravedad y luego planos inclinados para bajarlos a la vía en el siguiente nivel. Para ello, hubo que construir paredes de apoyo y relleno y cortar pasos por la roca. Y también construir un puente para cruzar el río de Peguera. Como no era de sorprender, se quedó sin dinero y, por préstamos sucesivos, acabó perdiendo la propiedad de su empresa a otra empresa. El ferrocarril fue acabado en 1910. Fue conectado a las minas en Peguera y también bajó troncos traídos por teleférico desde los bosques de Moripol. Después de la Guerra Civil, quedó prácticamente abandonado pero el trazado de las vías aún queda y ahora forman parte de rutas de senderismo.

Dejo el coche en el fondo del valle, al pie de la subida a lo que voy a llamar la vía intermedia. Iniciamos la subida; el calor empieza a apretar y aquí aún hay pocos árboles. Llegamos a los edificios donde había el plano inclinado y, tras reponer fuerzas, entramos en la vía. Al otro lado del valle, se ven las casas de Cal Torner, Val-lobrega y, más adelante, Erola. Hemos subido 200 metros y ahora vamos planeando a 1.025 metros. A medida que entramos, el bosque se hace más espeso y, antes de llegar al final de la vía, la ruta señalizada marca un camino que sube en diagonal. Ahora estamos en un denso bosque de hayas, parte de Les Nous Comes. Anotamos carboneras, una fuente, y caminos secundarios. Subimos otros 200 metros hasta salir en la pista de Casanova. Aquí, la ruta verde y blanca busca un paso del río para ir a Erola y toma su relevo el GR 107, el Camí dels Bons Homes.

 En la vía intermedia

El camino de carboneros que sube hacia la pista de Casanova

Subimos 100 metros hasta lo que voy a llamar la vía superior. Se ven las barracas del plano inclinado pero no tomamos la vía. Hay otro camino que sube hacia el Pla de l’Estany, que tomamos. Subimos unos 100 metros más y salimos en la cresta que marca el límite de la finca de l’Estany (y de una concesión forestal no del todo respetuosa con el entorno) y el comienzo de lo que queda del camino de Berga a Peguera. Giramos a la derecha y caminamos hacia Peguera. El bosque de Nous Comes va ganando en madurez a medida que uno va subiendo y aquí se ven unos árboles centenarios. Este camino es muy recomendable a cualquier época del año pero sobre todo en otoño y primavera. Los claros en el camino dan vistas espectaculares del valle, hasta el pantano y más allá.

El cargador al principio de la vía superior

Vista desde el camino antiguo de Berga a Peguera. En el fondo, el pantano y el Catllarás

Vamos bajando hasta llegar a la vía superior, justo antes de un pequeño túnel que perfora una cresta, y poco después llegamos a las ruinas de un cargador. Aquí será el punto más alejado. Damos la vuelta y entramos en la sombra de las hayas para almorzar. Mientras comemos, pasa algún senderista pero toda la zona respira tranquilidad. No hace calor y no hay moscas, así que los dos estamos contentos.

 El túnel en la vía superior

Otra perspectiva de la vía superior

Una de las cosas de salir con Josep Mª es que las conversaciones son muy amenas. Somos muy diferentes pero siempre encontramos tema, aunque sea para recriminarle la manera en que destroza mi lengua materna. (¡A propósito, felicidades por aprobar el 5º curso de la EOI!).

Recorremos la vía superior de vuelta, disfrutando del bosque, deshacemos el camino a la vía intermedia y luego bajamos por otro camino a la pista en el fondo del valle, muy cerca de la captación de agua. De ahí sólo queda bajar la pista hasta el coche.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 14,2 km; 670 metros de desnivel acumulado.

1 comentario:

Josep Mª dijo...

Qualsevol ocasió és bona per sedimentar els nous coneixements adquirits i què millor que un nadiu perquè posi tots els punts sobre les "i" i penseu que els hi posa tots, absolutament tots amb dièresis incloses, :-). I jo encantat que ho faci, és la millor manera d'aprendre!!!
La passejada d'allò més recomanable, sobretot quan el sol apreta, ja que gairebé sempre estàs protegit per ombres enmig de la piuladissa dels ocells i finestres que se t'obren per oferir-te boniques panoràmiques de la nostra comarca.