Tras una de
las segundas quincenas de marzo más frías en muchos años, con nieve en cotas
bajas, Pep me llama el jueves con un plan: buscar la iglesia desaparecida de
Sant Grau de Ginebret, situada supuestamente en los dominios de la casa del
Boix. Me pide que traiga los mapas de esta zona, cosa que hago, pero cuando ya
hemos enfilado la carretera de Sant Jaume de Frontanyà, cambia de parecer y
decide buscar la casa medieval de Pellicers, cerca del monasterio de Santa
María de Lillet. Y precisamente, no tenía mapa para esto. Pero Pep decide
seguir adelante de todos modos.
El Monasterio de Santa Maria de Lillet desde el camí ral
Empezamos a
caminar por el camí ral hacia el monasterio. “Ya que estamos aquí”, dice Pep,
“volvamos a aquella cuesta donde Steve vio tantas barracas”.
Resulta que
en noviembre, fuimos con Domènec al monasterio (todo un descubrimiento) y luego
al Torrent de Junyent a buscar el molino de Ribarderiu. Encontramos el molino
sin problemas (Domenèc ya sabía dónde estaba) pero subir el torrente para
buscar el canal y la presa nos obligó a pasar por muy mal terreno. Con la
esperanza de encontrar un terreno más manejable, crucé la riera, pero sin mapas
o GPS, y volví por antiguos campos aterrazados, que ahora se llama La Pineda en
el Alpina, hasta topar con un precipicio que me obligó a subir, alejándome de
los demás. Finalmente, encontré un ‘grau’ que me permitió pasar el risco y
bajar otra vez. Conté al menos dos barracas y una zona extensa de cultivo.
Pero primero
la casa de Pellicers. En el collado del mismo nombre, giramos a la derecha y
bajamos hacia unos prados muy grandes. Antes de llegar, miramos una zona de boj
y encina y casi enseguida, Carles ve una esquina delatadora. Decidimos que podrá
ser la casa; el emplazamiento es bueno.
Volvemos al
collado y primero vamos hacia el sureste. Como rayos del sol, arrancan caminos
desde el collado y se van enfilando en una línea recta por los campos, cada uno
a un nivel distinto. Vamos contando barracas una tras otra. En algunos casos,
el camino acaba en la última barraca y en otros, tenemos que volver para no
alejarnos demasiado, aun sabiendo que el camino continúa.
Volvemos al
collado y esta vez vamos hacia el suroeste para buscar mi ‘grau’. Lo pasamos y
entramos en los campos. De nuevo, vamos sumando barracas. Cada vez, Pep me
interroga con la mirada. “¿Te acuerdas de esta? ¿Y de esta?”. “No lo sé”,
contesto. “Quizás sí. Estaba nervioso. Ya sabes que no me gusta ir solo por el
bosque”.
Al final, Pep
se exaspera. “Hay que reconstruir la ruta desde el principio, en el punto donde
cruzaste el torrente y empezaste a subir”. Seguimos caminando hacia el suroeste
y bajamos al torrente. Veo un camino en forma de Z que salva una pequeña roca.
“Aquí es donde empecé a subir” y señalo el camino.
Llegamos
encima de la roca y un camino tenue marcha por la cuesta hacia una zona de
campos. Entramos en una zona abierta con antiguos bancales de cultivo y nuestra
primera barraca, seguida de otra muy cerca. “Me acuerdo de la segunda. Estuve
siguiendo la curva de nivel”. Pasamos un pequeño lomo y entramos en otra zona
de campos, donde hay otra barraca. “De esta también me acuerdo y luego topé con
el precipicio”.
Llegamos al precipicio y empezamos a subir, igual que hice hacía 5 meses. Recuerdo como si fuera ayer mi nerviosismo creciente a medida que me iba alejando de los demás y una salida fácil. Y finalmente el ‘grau’, un pasillo insospechado que me permitió salvar el salto y entrar en una zona de pendiente más suave y bajar al camí ral.
Antiguos campos, perdidos en el bosque
Llegamos al precipicio y empezamos a subir, igual que hice hacía 5 meses. Recuerdo como si fuera ayer mi nerviosismo creciente a medida que me iba alejando de los demás y una salida fácil. Y finalmente el ‘grau’, un pasillo insospechado que me permitió salvar el salto y entrar en una zona de pendiente más suave y bajar al camí ral.
Pero en vez
de bajar, volvemos a subir, siguiendo los campos y antes de marcharnos, aún
tenemos tiempo para seguir otro camino que enlaza barracas hasta llegar al Collet
dels Pellicers.
Con eso, damos por concluida la
salida de hoy. 6,3 km; 330 metros de desnivel acumulado.
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