Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



jueves, 10 de mayo de 2018

16/3/2018 – Maçaners


Hoy, propongo volver a Maçaners. Debajo de Cal Carota, había dejado hace bastantes años un camino en una pequeña zona cultivada que prometía mucho. En aquella salida, había subido desde el río Saldes solo con Carles, mientras Pep había subido por otro sitio. En el Mikado, Pep accede pero primero quiere volver a Cal Griera y Hostalets. Según sus documentos, había otro molino allí, además del Molino de Bosoms.

El agua baja brava por el Riu de Vallcebre fruto del deshielo, pero que nadie se engañe, aquí aún no ha llegado la primavera. No conseguimos localizar el molino aunque sí un posible emplazamiento, inaccesible de momento por la crecida del río. Pero encontramos una pequeña mina bajo Hostalets, con una barraca al lado.

Volvemos al coche y continuamos hasta Maçaners, con una temperatura nada primaveral y un cielo cada vez más amenazador. Bajando hacia Cal Carota, dejamos dos caminos que parecen tener conexiones interesantes. Pasamos por la impresionante dehesa con sus robles monumentales bajo Cal Carota, ahora acompañados por los dos perros de la casa, que no nos dejarán hasta volver a Maçaners.

Pasando por Cal Carota; los perros ya nos están esperando

Llegamos al Torrent del Comasses, normalmente un hilito de agua pero hoy un torrente potente que cubre todas las piedras que normalmente se usan para cruzarlo. Me siento más torpe que nunca. Pep y Carles consiguen cruzar por otro sitio y todavía estoy en la orilla, hecho un mar de dudas. Pero decido que quedarme sería la opción del cobarde y bajo la atenta mirada de Pep, también consigo cruzar.

Llegamos a la pequeña artiga (ver Glosario) y ese camino tan prometedor desvanece a media subida; era la zanja para canalizar el agua de desagüe. Llegamos al lomo de la cuesta; antiguos campos pero nada de camino.

Vista de Pedraforca y Maçaners bajo un cielo cada vez más amenazador

Todo ha sido un error, pienso. Teníamos que haber mirado esos dos caminos tan bonitos y tendría algo que valiera la pena para poner en el mapa. Subimos hasta la cresta y comemos. Recompensamos los perros por su compañía con trozos de bocadillo.

En el camino de vuelta bajo la nieve

Ponemos rumbo a Maçaners. Nos cae un chubasco de nieve granulada. Lo único positivo, aparte de respirar aire limpio y oxigenar los músculos: hacer un trozo nuevo de la Ruta de Picasso, que nos lleva hasta la carretera antigua de Maçaners, donde nos despedimos de los perros.

El Cadí ya no se ve

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 7,8 km; 340 metros de desnivel acumulado

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