Ha sido un abril muy poco primaveral,
con frío, lluvia y hasta nieve. Pero hoy parece que las cosas van a cambiar y
nos despertamos con un cielo despejado y temperaturas muy suaves.
Tras la salida improvisada de hace 2
semanas, hoy parece que volveremos al orden y el rigor. Ya me advierte Pep que
tocará subir y bajar cuestas porque de lo que se trata es encontrar la iglesia
de Sant Grau de Ginebret, una iglesia muy mencionada documentalmente pero
totalmente desaparecida sobre el terreno.
La casa del Boix
Aparcamos el coche en la entrada de la
pista que va a la casa de Boix, en la carretera de La Pobla de Lillet a Sant
Jaume de Frontanyà. Llegamos a la casa y la primera tarea es subir el cerro que
hay detrás. Unas vistas magníficas que dedicamos unos minutos a comentar pero,
de estructuras, nada de nada. Sin embargo, al volver a bajar, justo detrás de
la casa, vemos otra esquina delatadora y, cerca, unas piedras amontonadas,
incluyendo una piedra tosca. Se trata de una piedra que se encuentra en las
cascadas y fuentes, producida por la cal depositada por el agua. Al ser porosa,
es una piedra ligera pero al mismo tiempo muy resistente y se usaba mucho para
hacer los dinteles de puertas.
Damos la iglesia por localizada y
pasamos al siguiente tema, el camino de Carles. Sin duda, al lector le vendrá a
la memoria una salida en 2014 por esta misma zona. Carles tenía que volver a
casa antes de nosotros y para llegar al coche, descubrió un camino detrás de El
Boix que le llevó directamente a la Teulería de Montverdor. Guiados por los
vagos recuerdos de Carles, intentamos volver a encontrar ese camino. En la ida,
fracasamos. Pasamos demasiado alto pero a la vuelta acertamos; un camino de
mucha categoría pero su destino no parece ser El Boix sino Oliba, ya que cruza el
Rec del Roquerol y sube hacia la casa de Oliba.
Teuleria (tejería) y molino de Montverdor
Entramos en los campos de la casa y
allí, como una pared más, un tramo de opus
spicatum (piedras puestas de canto como las espinas de un pez), que identificaría el muro de una casa medieval. Con tanta tierra
de calidad, es normal que hubiera una pequeña comunidad aquí y explicaría la
presencia de la iglesia.
Mientras comemos cerca de Oliba, Pep y
Carles consultan los mapas. “En el mapa antiguo del Ejército, marca un camino
que va desde aquí hacia Aranyonet”, dice Pep. “Y también hay la cuestión del
camino antiguo a Sant Jaume de Frontanyà, pasando por el Pas de les Baumes”. En
resumen, la semana que viene volveremos aquí, que hay mucho por hacer.
Los restos de la gran casa de Oliba
Para volver, tomamos el camino
semicircular hacia el sur que bordea los campos hasta llegar a una pequeña
cresta y desde allí baja a la pista. Aún conseguimos recuperar algunos trozos
del antiguo camino que no han sido aniquilados por la pista. En el pequeño
collado, en el cruce de pistas delante de la casa del Boix, nos fijamos en un
dibujo circular de piedras en la tierra, como si fueran los cimientos de una
rotonda. Tras unos minutos de análisis y reflexión, nos parece poco probable
que hubiera tanto tráfico en el pasado que obligara a construir una rotonda.
¿Había aquí un edificio circular como la Rotonda de Sant Miquel delante del
Monasterio de Santa María? ¿Estaría aquí el emplazamiento de la iglesia de
Ginebret? ¿O es simplemente un afloramiento natural de rocas? Son preguntas que
probablemente no podremos contestar nunca.
Con eso, damos por concluida la
salida de hoy. 7,2 km; 290 metros de desnivel acumulado.
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