Hoy no viene Carles.
Tiene la Patum a la vuelta de la esquina y tiene que poner el hotel a punto. Pero
incluso ausente, la sombra de Carles es muy larga. Resulta que ha encontrado
una 'mina' (nunca mejor dicho) de información nueva sobre minas y fraguas y Pep
está ansioso por tener noticias de primera mano. Pero sin la compañía erudita
de Carles, Pep tendrá que ser amable conmigo; me tendrá que esperar, escuchar e
incluso contestar. ¡Todo un lujo para mí!
Queríamos dejar la ruta más turística hacia el Coll del Tell para cuando Carles pudiera venir, ya que no la conoce. Pep elige otra ruta mucho más académica (ver Glosario), el Rec de Can Volat, ya que quedaban unas cuantas colitas (ver Glosario) y hoy era una buena oportunidad para liquidarlas todas.
Una vez más cruzamos el Pont del Climent y hacemos el largo camino al lado del río Merdançol hasta llegar a la riera en cuestión. Entramos en el pequeño valle y empezamos a adentrarnos por un camino amable, un túnel verde con auténticas alfombras de oreja de oso y el sonido del agua siempre presente.
Las aguas apacibles del Rec de Can Volat
Pero, como pasa en la vida misma, lo bueno acaba y llegamos al final del valle. Se acaban los caminos amables y el sonido alegre de los riachuelos. Ahora toca sudar. Desde aquí salen dos grandes ramales, uno hacia el este, hacia el Collet de Coma Argentosa y otro hacia el oeste, el Collet del Llop. Comienza un arduo subir y bajar, siguiendo caminos medio borrados que mueren en la última carbonera, hasta quedar seguros de que los hemos hecho todos, todos, todos.
Oreja de oso en su punto
Una vez más, los cazadores han estado trabajando duro, limpiando los caminos principales y marcando con sus puntos de pintura. Durante un momento, me pongo en el lugar del jabalí, que se creía a salvo en este terreno inhóspito. Ahora no tiene lugar para esconderse, todo ha quedado accesible y al descubierto. Pero los cazadores también han tenido un pensamiento para los árboles y en más de un lugar vemos que han cortado ramas de hiedra, liberándolos de su abrazo mortal.
La Portelleta. Aquí se ve claramente su importancia como punto de acceso a la cresta
La vista hacia Borredà
Salimos al Collet del Llop y aquí decidimos comer. Subimos a un pequeño promontorio y delante tenemos la Portelleta, donde hace 2 semanas no podíamos ver más de
El camino de vuelta. Pep me tiene secuestrados los mapas para que no me quede atrás
Y tal como venimos,
volvemos.
Con eso, damos por concluida la salida de hoy.
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