Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



miércoles, 8 de septiembre de 2010

3/9/2010 – Valle de Ridolaina (3)

Queríamos ver si había alguna conexión entre la pista del Cortal de l’Oriol y el Serrat de l’Avetosa. Yo ya había marcado unas colitas prometedoras. Dejamos el coche en el Cortal de l’Oriol y bajamos a la primera colita, en el Prat de l’Ordi. El camino se difumina casi enseguida; subimos a una pista antigua pero se muere a media cuesta. Pep prueba algún camino de bajar troncos, esos que bajan la cuesta en línea recta, pero pronto desiste. Vamos a la colita siguiente, ya más cerca del Cortal. Inicialmente el camino promete. Nos lleva al Clot de les Fonts y luego sube para salvar una pared de roca. A partir de allí sube un camino de bajar troncos pero el camino de verdad vuelve a bajar para pasar por una fuente y luego al Cortal de l’Oriol, es decir, su único fin era llegar a la fuente.
En el transcurso de esta labor más bien estéril, empezamos a hablar de los malabarismos laborales – a veces infructuosos – que tenemos que hacer para poder salir los viernes. “Pero si yo no vengo”, digo, “no se escribe el blog”. “Y si yo no vengo”, dice Pep, “no se digitalizan los caminos”. “Y si yo no vengo”, dice Carles, “no pasa nada”. “Hombre, no digas eso”, protestamos. “Si tú no vienes, ¿quién dará fe de nuestras proezas y cantará nuestras glorias?”. Josep Maria no puede decir nada, porque no ha venido.
Probamos la última colita, que sale directamente del Cortal de l’Oriol. Tiene muy buena pinta y sube suavemente hacia el norte. Tras llegar a una fuente, pierde definición – hasta aquí llegan las vacas – pero el trazado continúa y nos acaba llevando al Torrent de l’Abeurador, unos 300 metros encima de la pista principal. Evidentemente, era el camino de acceder a la cabecera del valle antes de que se hiciera la pista. No es la primera vez que una salida ha tenido un comienzo árido, “académico”, pero luego, cuando empezábamos a perder esperanza, ha salido un camino interesante que nos ha llevado a otras cosas interesantes y nos ha arreglado el día.


Aproximación a los Planells, con el Cadí detrás
Desde allí, sube otro camino – bien marcado y todavía usado por el ganado – que nos lleva a los Planells de la Baga, una zona relativamente llana de prados, con su barraca, pleta o aprisco y fuente. En la subida, dejamos un par de colitas que algún día habrá que seguir.
La bien conservada barraca en los Planells de la Baga
En los Planells, comemos y, compartiendo una botella de cerveza inglesa, empieza la tertulia. Y uno de los temas que salió era uno que me había venido a la mente ya hacía unas semanas. Antes, para los tres, salir a la montaña era un medio para mantenerse en forma – uno hacía travesías, otro corría y yo hacía lo que podía – pero el objetivo era estar en forma. Ahora, queremos estudiar la montaña y para poder hacer eso en condiciones, nos mantenemos en forma. Hacemos lo mismo, pero el enfoque ha cambiado.
Pep y Carles conversan ajenos al imponente paisaje detrás. Observad la bolsa de setas que lleva Pep.
Después de comer, miramos si hay una manera de bajar por el otro lado de los Planells pero el Torrente de les Eres ha cortado un profundo barranco y tiene muy mala pinta. Volvemos a bajar por el mismo camino que subimos, llegamos a la pista principal y de ahí, hasta el coche.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 14,5 km; 810 metros de desnivel acumulado.

1 comentario:

Josep Mª dijo...

Com que quan tocava no hi era, faré avui el comentari, :-). Si jo no hi sóc, sí que no passar res, :-):-) el Carles encara en troba de camins, jo de moment només els ensumo, i dolça flaire que a vegades traeix l'olfacte, :-)