Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 21 de marzo de 2015

20/2/2015 - El Camino de Cardona

Hoy Carles puede venir y además, ha traído un mapa militar de 1811 que ha encontrado en la web del Ministerio de Defensa que incluye esta parte de Cataluña Central. Volvemos a la misma iglesia de Sant Joan de Montdarn. ¿Por qué está tan obsesionado Pep con esa iglesia?, me pregunto. Resulta que de esa iglesia, salen cinco caminos según el mapa de 1811. Uno de ellos iba hacía la Riera de Navel. “Sería el camino de Cardona que llevaba la sal a Ripoll, pasando por Casserres”, dice Pep. “Llevo las tres últimas semanas buscándolo”. “O sea, en ese vagar sin rumbo de la semana pasada, al final resulta que hubo un propósito oculto”, pienso.

Entramos en una pista que marcha hacia el sureste, buscando la cresta. Los incendios de 1994 han borrado todo rastro de camino y parecemos condenados a deambular por cuestas una vez más. Pasamos por las ruinas de una casa y ponemos rumbo a la casa de Balaguer, donde antes había un castillo y aún hay una pequeña iglesia en la cima del cerro cercano. Pasamos por unos cortes en la roca pintados de blanco, son marcas de un límite de propiedad. “A veces los grandes caminos seguían límites de propiedad”, aventuro. Decidimos seguir el rastro de las marcas, que nos llevan a otra pista. Pep sigue paralela a la pista, un poco más abajo, buscando afloramientos de roca. De repente, se oye un grito. “Venid aquí”. 

Surcos delatadores; observad la pintura blanca que marca el linde de propiedad

Llegamos al afloramiento y vemos el surco inconfundible de un camino. “El camino de Cardona”, proclama Pep, triunfalmente. “Claro, como sabéis, a veces los grandes caminos siguen los límites de propiedad”, enuncia con cierta pedantería, haciendo suya mi propuesta de media hora atrás.

El camino se mantiene hacia el suroeste, bajando suavemente. En cada afloramiento, volvemos a ver los surcos. “Poteras”, los llama Pep, en referencia al catalán de “patas” de animales, para diferenciarlas de las “roderas” creadas por las ruedas.

La Riera de Navel, cerca del Molí de Vilajussana

Ya tenemos delante la Riera de Navel con un pequeño embalse. El camino baja la cuesta en zigzags, donde entra en una pista que baja por la ribera izquierda de la riera. Pasamos por el Molí de Vilajussana y una casa en ruinas, El Llop. Pero hemos perdido el camino. “Pasaba por el otro lado”, concluye Pep.

Otra vista de la riera

Damos la vuelta y retrocedemos por donde venimos, pero esta vez seguimos las “poteras” hacia arriba hasta llegar a la casa de Balaguer. Al otro lado de la cresta, bajamos la pista hasta ver un tenue camino que marcha hacia la Rasa de Sant Martí. Peleando con las zarzas y espinos, cruzamos el pequeño valle y en el otro lado enlazamos con el tramo de camino que hicimos Pep y yo la semana pasada. Lo cierto es que es imposible ver el enlace si no lo sabes de antemano. “Un día histórico”, concluye Pep.

Más surcos debajo de Cal Balaguer

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 13,9 km; 360 metros de desnivel acumulado.

No hay comentarios: