Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 21 de marzo de 2015

13/2/2015 - Sant Joan de Montdarn

Gripe, trabajo y una ola de frío se conjuran para impedirme salir pero Pep y Carles, en su afán incansable por reunir conocimientos han seguido saliendo, centrándose en el Baix Berguedà entre los municipios de Montmajor, Montclar y Viver i Serrateix. El 13 de febrero, por fin puedo salir, pero Carles no; la gripe también ha hecho estragos en su hotel y tiene que cubrir bajas. Aquel día, Pep me lleva a la iglesia de Sant Joan de Montdarn, situada en un punto visible desde muchos kilómetros a la redonda. Me regala una clase magistral sobre las diversas ampliaciones de la iglesia pero lo que realmente le interesaba eran unos surcos dejados por el paso de miles de mulas en la roca en un camino (ahora GR) que marcha hacia el oeste.

Sant Joan de Montdarn con el sol de la mañana

Toda esta zona fue gravemente afectada por los grandes incendios de 1994. Aunque quedan pocos restos visibles de aquellos días fatídicos de julio, tuvieron dos efectos que han perdurado: uno, para sacar la madera quemada, se abrieron multitud de pistas forestales que destruyeron muchos caminos y dos, fuera de las zonas de cultivo, los bosques de pinos han sido sustituido por pequeñas encinas, arbustos espinosos y zarzas, lo cual convierte cualquier intento de apartarse de las pistas forestales en un auténtico calvario.

Mirando hacia el norte

Pero yo nunca había estado en este municipio y me dejo guiar por Pep quien, al no tener a Carles con quien conversar, se muestra especialmente amable conmigo. El camino del surco desemboca en una pista de tierra y ya no volvemos a encontrarlo. Deambulamos aparentemente sin rumbo hacia el este. Antiguamente, aquí había viñedos y se pueden encontrar tinas excavadas en los afloramientos de roca donde se guardaba el vino en la Edad Media. Subimos crestas y pequeños cerros pelados y bajamos a los barrancos, llegando finalmente de vuelta a la iglesia sin que Pep me haya explicado realmente de qué iba todo eso.

En el primer plano, las ruinas de Cal Peirot y detrás, Les Cases. Al fondo, hacia la derecha, se divisa la torre de Sant Joan de Montdarn

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