Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



lunes, 24 de febrero de 2020

14-2-2020 – El Roc de les Barraques


Mientras tomamos el café de la mañana, Pep nos informa que sus lecturas le han hablado de un Roc de les Barraques situado entre Sellers y Fontetes. Cuando subimos al Coll de Llevat, dejamos un camino que bajaba y Pep postula que este camino podría llevarnos a las barracas en cuestión. Además, nos permitiría liquidar los últimos caminos que nos quedan pendientes, sobre todo el camino de Les Fontetes a Sellers, y dar carpetazo a la zona.

Como ha sido la tónica de las últimas semanas, el día empieza frío pero habrá temperaturas suaves a mediodía. Voy con las 4 capas de rigor pero ya tengo asumido que dentro de un par de horas, tendré que quitar uno o dos.

Aparcamos en el mismo sitio y subimos hacia Sellers. De nuevo, dejamos la casa de lado y vamos a buscar el primer camino que Carles y yo seguimos la semana pasada y dejamos a medio hacer.
Recorriendo antiguas pistas forestales encima de Les Fontetes

Tal como sospechábamos, enlaza con el camino del Col de Llevat, que ahora dice Pep que podría ser el camino de Junyent, y luego giramos a la derecha para seguir el camino de las barracas. Sin embargo, al llegar a una cresta amplia, se difumina. Tampoco vemos ninguna barraca ni ninguna roca cercana. Aquí hubo una explotación forestal intensa hace unas décadas y la cuesta está cruzada en todas las direcciones por antiguas pistas y caminos para arrastrar troncos, que se mezclan con los bancales de los antiguos campos de Les Fontetes. Solo encontramos un camino a una pequeña fuente.

Como hace dos semanas, caminamos hacia el norte. Pep inspecciona todas las rocas que encuentra pero no hay suerte. Teniendo en cuenta que estamos hablando del siglo XVII, tampoco es de extrañar. “Podrían haber sido barracas de madera”, aventuro. “Si fuera así, no quedaría nada”. Hay una novedad respecto a nuestra última visita. El cuerpo decapitado de un ciervo, que los buitres se han encargado de dejar solo con piel y huesos. A pesar de los avances tecnológicos, los científicos dicen que nuestra composición genética es prácticamente la misma que cuando corríamos detrás de los mamuts. Viendo la gratificación que aporta a algunos matar a otros seres vivos, parece que efectivamente las cosas no han cambiado mucho.

Dejamos correr las barracas y comemos en un claro soleado. Solo nos queda el camino de Les Fontetes a Sellers, que no encontramos hace dos semanas. Tengo la teoría que la misma pista que arrasó la casa se hizo sobre el camino y solo hay que seguirla hacia el sur hasta que termine para ver si continúa un camino.

La pista acaba en uno de los afluentes del Torrent de Solls, a la altura del Salt del Bisbe. Parece que no hay nada al otro lado pero veo un trazado sospechoso y, a pesar del escepticismo de Pep, lo sigo y, en la cresta, entramos en un camino espléndido que, con una pendiente suave y constante, nos lleva directamente al camino que sale de Sellers, a muy poca distancia de la casa. Miro hacia atrás; es imposible distinguir el arranque del camino de cualquier otro camino que hayan hecho las vacas.

Pep y Carles estudian el posible recorrido del nuevo camino

Hemos cerrado el círculo. “Aquí no volveremos nunca más”, declara Pep.

El pajar de Sellers con la casa detrás

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 7,9 km; 340 metros de desnivel acumulado.

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