Mientras
tomamos el café de la mañana, Pep nos informa que sus lecturas le han hablado
de un Roc de les Barraques situado entre Sellers y Fontetes. Cuando subimos al Coll
de Llevat, dejamos un camino que bajaba y Pep postula que este camino podría
llevarnos a las barracas en cuestión. Además, nos permitiría liquidar los
últimos caminos que nos quedan pendientes, sobre todo el camino de Les Fontetes
a Sellers, y dar carpetazo a la zona.
Como ha sido
la tónica de las últimas semanas, el día empieza frío pero habrá temperaturas
suaves a mediodía. Voy con las 4 capas de rigor pero ya tengo asumido que
dentro de un par de horas, tendré que quitar uno o dos.
Aparcamos en
el mismo sitio y subimos hacia Sellers. De nuevo, dejamos la casa de lado y
vamos a buscar el primer camino que Carles y yo seguimos la semana pasada y
dejamos a medio hacer.
Recorriendo antiguas pistas forestales encima de Les Fontetes
Tal como sospechábamos, enlaza con el camino del Col de
Llevat, que ahora dice Pep que podría ser el camino de Junyent, y luego
giramos a la derecha para seguir el camino de las barracas. Sin embargo, al
llegar a una cresta amplia, se difumina. Tampoco vemos ninguna barraca ni ninguna
roca cercana. Aquí hubo una explotación forestal intensa hace unas décadas y la
cuesta está cruzada en todas las direcciones por antiguas pistas y caminos para
arrastrar troncos, que se mezclan con los bancales de los antiguos campos de
Les Fontetes. Solo encontramos un camino a una pequeña fuente.
Como hace
dos semanas, caminamos hacia el norte. Pep inspecciona todas las rocas que
encuentra pero no hay suerte. Teniendo en cuenta que estamos hablando del siglo
XVII, tampoco es de extrañar. “Podrían haber sido barracas de madera”,
aventuro. “Si fuera así, no quedaría nada”. Hay una novedad respecto a nuestra
última visita. El cuerpo decapitado de un ciervo, que los buitres se han
encargado de dejar solo con piel y huesos. A pesar de los avances tecnológicos,
los científicos dicen que nuestra composición genética es prácticamente la
misma que cuando corríamos detrás de los mamuts. Viendo la gratificación que
aporta a algunos matar a otros seres vivos, parece que efectivamente las cosas
no han cambiado mucho.
Dejamos
correr las barracas y comemos en un claro soleado. Solo nos queda el camino de
Les Fontetes a Sellers, que no encontramos hace dos semanas. Tengo la teoría
que la misma pista que arrasó la casa se hizo sobre el camino y solo hay que
seguirla hacia el sur hasta que termine para ver si continúa un camino.
La pista
acaba en uno de los afluentes del Torrent de Solls, a la altura del Salt del
Bisbe. Parece que no hay nada al otro lado pero veo un trazado sospechoso y, a
pesar del escepticismo de Pep, lo sigo y, en la cresta, entramos en un camino
espléndido que, con una pendiente suave y constante, nos lleva directamente al
camino que sale de Sellers, a muy poca distancia de la casa. Miro hacia atrás;
es imposible distinguir el arranque del camino de cualquier otro camino que
hayan hecho las vacas.
Pep y Carles estudian el posible recorrido del nuevo camino
Hemos
cerrado el círculo. “Aquí no volveremos nunca más”, declara Pep.
El pajar de Sellers con la casa detrás
Con eso, damos por
concluida la salida de hoy. 7,9 km; 340 metros de desnivel acumulado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario