Para hoy, Pep propone ir hacia el sur
en vez del norte. Y yo le propongo que sigamos la pista que recorre la ribera
sur del Torrent de Salselles en vez de la ribera norte. Igual nos sale alguna
cosa nueva e interesante.
Aparcamos en el mismo sitio que la
semana pasada, encima del puente que pasa por el camping. Sin embargo, ha
llovido estos días y al entrar en la pista, que pasa por la umbría, se nota sus
efectos enseguida, con muchos tramos fangosos.
Como he elegido yo la ruta, no tengo
derecho a quejarme, me recuerda Pep, y vamos progresando intentando no
hundirnos en el barro. En todo el recorrido hasta el puente que cruza el
Torrente, sólo vemos un camino, que Pep no duda en descalificar como forestal.
Sin embargo, al bajar el track al mapa, pienso que podría ser el camino a la
casa de Angelats.
Al llegar al puente, giramos hacia el
sur y pasamos por las ruinas de Angelats. La pista continúa hacia el sur pero
Pep quiere ir hacia el este, a la casa de Vila-d’heures. Pasamos por el bosque,
siguiendo los postes de hormigón que marcan el límite del municipio de Borredà
hasta llegar a una pista transversal.
Giramos a la izquierda y llegamos a un
cruce importante donde vemos los postes de la Xarxa Lenta. Carles saca el mapa
antiguo del ejército, previo al vuelo de los americanos, que se basó en los
mapas de las Minutas para cartografiar los caminos. Por lo visto, donde estamos
ahora era un camino importante que cortaba la curva de la Riera de Merlès y
venía del Pont de Montclús rumbo al Lluçanés.
Salselles desde la pista camino a La Roqueta. Al fondo, las montañas del Valle de la Portella
Pero ahora es una pista. Giramos hacia
el norte. El mapa marca una línea de casas. A la primera, Cal Bermelló, le pasó
la pista por encima y sólo queda una línea tenue de piedras que marcaba el
perímetro de la casa. Después, Cal Perot y Cal Rabat, unas casas pobres en
ruinas y apenas visibles en la vegetación, hasta llegar a La Roqueta, también
en ruinas, pero con vistas bonitas.
La casa de La Roqueta
Comemos sobre una explanada rocosa mirando
hacia el Lluçanés, una tierra de bosques, casas con campos y cerros suaves y
ondulantes, y detrás las montañas del Ripollés. “No lo mires mucho”, me dice
Pep. “Esto es tierra prohibida para nosotros. Allí no tenemos nada que hacer”.
Propone volver a Salselles por el Collet del Boix y el Serrat del Cel.
El Lluçanés. Aquí no tenemos jurisdicción
Avanzamos un poco más hacia el norte,
hasta llegar a un cruce de pistas y luego bajamos por un camino a la izquierda.
Aquí entramos en un pequeño laberinto bajo la casa de La Roqueta que algún día
habrá que desentrañar. Vamos dejando arranques de camino que Pep no quiere
seguir porque no van en la dirección que él quiere. Es muy confuso todo.
Por fin, un camino más claro nos deja
en el Collet del Boix pero allí el camino vuelve a perderse. Vagamos bajo la
Carena de la Pica, buscando algo que se pareciera a un camino que nos podría
llevar a Salselles. Finalmente, entre terrazas de antiguos campos, vemos algo
que podría ser un camino y lo seguimos. Ya a las puertas del pequeño pueblo,
Pep me señala una piedra, que sería la base de una cruz de término. Volvemos al
Camping por la pista de la semana pasada, pero sin ninguna película que
comentar, se me hace mucho más larga.
La base de la cruz de término
En toda la salida de hoy, he tenido la
clara sensación de que alguien en algún momento decidió deliberadamente convertir
en pistas forestales todos los caminos públicos marcados en la Minuta, sin duda
con la loable intención de mejorar las comunicaciones. El resultado es una
bonita red de pistas para hacer en 4x4 pero yo me voy de aquí con cierta
insatisfacción.
Con eso, damos por concluida la salida
de hoy. 12 km; 290 metros de desnivel acumulado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario