Hoy viene Carles y podemos volver a
Gòsol. Carles ha bajado a su GPS desde el mapa excursionista de 1922 una serie
de caminos que pasan debajo de la Ermita de Santa Margarida a distintos
niveles, irradiando desde Gòsol como los rayos de un sol y muriendo cerca de
barracas o corrales. Pero esto sería para la vuelta.
Primero Pep quería seguir un camino de
la Minuta que sube encima del Forat de Torrentsenta y acaba a media altura con
la leyenda “se pierde”. Y para eso, hay que pasar por la Borda del Tinent.
El Forat de Torrentsenta. En la pared de roca a la derecha, hay una mina tapiada
Dejamos el coche en la pista del Coll
de Mola, poco antes de la bifurcación a Torrentsenta. Caminamos hacia
Torrentsenta, pasando por el área recreativa, donde ahora hay una caseta con
unos plafones explicativos. Desde aquí, un poste indica un camino hacia la Font
de les Abeurades pero se desecha por inventado. También en la pista hay otro
plafón en varios idiomas que explica cosas de Picasso y la Borda del Tinent.
Por deformación profesional, leo la traducción inglesa y veo que Tinent lo han
traducido como el rango militar. El traductor era inglés nativo, de eso no hay duda,
pero se le escapó que ‘Tinent’ también significa una persona que posee muchas
tierras y puso en su lugar un disparate.
La nueva caseta del área recreativa
Y la fuente, a pie de pista
“El contexto lo es todo”, pienso mientras
me reúno con los otros dos. Pasamos por la Font de Torrentsenta, visitando
antes la entrada tapiada de una antigua mina, y subimos hacia la Borda de
Tinent. Yo me separo de los otros dos y cuando nos volvemos a juntar, me dicen
que se encontraron con dos buscadores de setas. “Pero sólo tenían setas de 2ª o
3ª categoría”, dice Pep. Y es que aquí, con tantas pistas forestales, seguro
que todo ha sido revisado a fondo varias veces.
La Borda del Tinent. Aquí se ve la casa moderna. Las ruinas del corral antiguo están a la izquierda
Continuamos hacia nuestro camino,
llegando a la Bauma del Grauet. Aquí la pista debía haberse cargado al ‘grau’
pero vemos que marcha un camino encima de la pista y decidimos seguirlo. Debía
ser el camino antiguo y, al cabo de unos 700 metros, vuelve a entrar en la
pista. Es una pista que ha sido cortada en la roca pero ha tenido tiempo para
naturalizarse y es bastante atractiva.
Una seta llamada 'lengua de gato'. Se come cruda con ensaladas
Subimos paralelo al Torrent Forcat con
la vista de una pared vertical de unos 50 metros de alto al otro lado del
barranco. La pista buena acaba en la unión de dos barrancos y sigue una pista
medio borrada de desembosque. Mientras subimos, Pep cuenta que hace muchos
años, subió toda esta pista con nieve e incluso asustó a un urogallo.
La Bauma del Grauet, con Pedraforca detrás
La pista naturalizada que sube el valle desde la Bauma del Grauet
Salimos a la pista moderna que va a la
Font de les Abeurades y giramos a la derecha para volver a Gòsol. Después de comer,
continuamos por la pista. De repente, Carles se para y mira a la derecha. Allí,
un poco más abajo, se ve claramente el perfil de un camino. Bajamos la talud y
lo seguimos; sería el camino antiguo que subía a la fuente pero lleno de ramas
de talas pasadas y rocas tiradas abajo al hacer la pista. “¿No es espectacular?
¿No es maravilloso?”, me pregunta Pep. “No”, contesto. “Está lleno de basura”.
Pep mira a Carles con exasperación: “Yo no salgo más con este tío”, exclama.
“No valora lo que hacemos”. “Todos tenemos derecho a opinar”, pienso, mientras
peleo con las ramas.
Retrato de la desesperación. Un grupo de Erebias pelea por extraer alimento de una de las pocas flores que aún quedan por aquí
Salimos a una pista secundaria y, al
final de esta pista, vuelve a continuar el camino, esta vez señalizado, limpio
y anunciado por un letrero que dice “Vall de Gòsol”. Entra en el bosque y se
desvanece la mala impresión que había tenido al principio. Está marcado en el
Alpina y el topónimo es Obac dels Reguerons. Me paro para tomar fotos y cuando
reanudo la marcha, Pep y Carles están parados, recogiendo ‘camagrocs’, que
crecen con abundancia aquí.
La entrada del camino
Un pequeño bosque de 'camagrocs'
Por fin salimos del bosque. El camino
señalizado baja una cuesta hacia Torrentsenta. Es el tramo inventado que vimos
abajo en el área recreativa. Dejamos el camino, buscando barracas y corrales.
Encontramos restos de los caminos radiales que tenía Carles en su GPS del mapa
de 1922. En estos 100 años, el dibujo de los caminos ha cambiado mucho. Las
nuevas pistas se han encargado de hacer que los antiguos caminos se olviden y
que se vuelvan prácticamente invisibles.
Uno de los corrales que localizamos bajo la ermita de Santa Margarida
A fuerza de subir y bajar, logramos
recomponer este dibujo y sólo nos queda uno, que apodamos el “camí del mig”.
Volviendo al coche por la pista del Coll de Mola, vemos donde cruza la pista
pero ya no hay tiempo. Lo tendremos que dejar para otro día.
Con eso,
damos por concluida la salida de hoy. 13 km; 475 metros de desnivel acumulado.
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