Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 18 de octubre de 2014

26/9/2014 – Torrentsenta

Hoy viene Carles y podemos volver a Gòsol. Carles ha bajado a su GPS desde el mapa excursionista de 1922 una serie de caminos que pasan debajo de la Ermita de Santa Margarida a distintos niveles, irradiando desde Gòsol como los rayos de un sol y muriendo cerca de barracas o corrales. Pero esto sería para la vuelta.

Primero Pep quería seguir un camino de la Minuta que sube encima del Forat de Torrentsenta y acaba a media altura con la leyenda “se pierde”. Y para eso, hay que pasar por la Borda del Tinent.

El Forat de Torrentsenta. En la pared de roca a la derecha, hay una mina tapiada

Dejamos el coche en la pista del Coll de Mola, poco antes de la bifurcación a Torrentsenta. Caminamos hacia Torrentsenta, pasando por el área recreativa, donde ahora hay una caseta con unos plafones explicativos. Desde aquí, un poste indica un camino hacia la Font de les Abeurades pero se desecha por inventado. También en la pista hay otro plafón en varios idiomas que explica cosas de Picasso y la Borda del Tinent. Por deformación profesional, leo la traducción inglesa y veo que Tinent lo han traducido como el rango militar. El traductor era inglés nativo, de eso no hay duda, pero se le escapó que ‘Tinent’ también significa una persona que posee muchas tierras y puso en su lugar un disparate.

 La nueva caseta del área recreativa

Y la fuente, a pie de pista

“El contexto lo es todo”, pienso mientras me reúno con los otros dos. Pasamos por la Font de Torrentsenta, visitando antes la entrada tapiada de una antigua mina, y subimos hacia la Borda de Tinent. Yo me separo de los otros dos y cuando nos volvemos a juntar, me dicen que se encontraron con dos buscadores de setas. “Pero sólo tenían setas de 2ª o 3ª categoría”, dice Pep. Y es que aquí, con tantas pistas forestales, seguro que todo ha sido revisado a fondo varias veces.

La Borda del Tinent. Aquí se ve la casa moderna. Las ruinas del corral antiguo están a la izquierda

Continuamos hacia nuestro camino, llegando a la Bauma del Grauet. Aquí la pista debía haberse cargado al ‘grau’ pero vemos que marcha un camino encima de la pista y decidimos seguirlo. Debía ser el camino antiguo y, al cabo de unos 700 metros, vuelve a entrar en la pista. Es una pista que ha sido cortada en la roca pero ha tenido tiempo para naturalizarse y es bastante atractiva. 

Una seta llamada 'lengua de gato'. Se come cruda con ensaladas

Subimos paralelo al Torrent Forcat con la vista de una pared vertical de unos 50 metros de alto al otro lado del barranco. La pista buena acaba en la unión de dos barrancos y sigue una pista medio borrada de desembosque. Mientras subimos, Pep cuenta que hace muchos años, subió toda esta pista con nieve e incluso asustó a un urogallo.

 La Bauma del Grauet, con Pedraforca detrás

La pista naturalizada que sube el valle desde la Bauma del Grauet

Salimos a la pista moderna que va a la Font de les Abeurades y giramos a la derecha para volver a Gòsol. Después de comer, continuamos por la pista. De repente, Carles se para y mira a la derecha. Allí, un poco más abajo, se ve claramente el perfil de un camino. Bajamos la talud y lo seguimos; sería el camino antiguo que subía a la fuente pero lleno de ramas de talas pasadas y rocas tiradas abajo al hacer la pista. “¿No es espectacular? ¿No es maravilloso?”, me pregunta Pep. “No”, contesto. “Está lleno de basura”. Pep mira a Carles con exasperación: “Yo no salgo más con este tío”, exclama. “No valora lo que hacemos”. “Todos tenemos derecho a opinar”, pienso, mientras peleo con las ramas.

Retrato de la desesperación. Un grupo de Erebias pelea por extraer alimento de una de las pocas flores que aún quedan por aquí

Salimos a una pista secundaria y, al final de esta pista, vuelve a continuar el camino, esta vez señalizado, limpio y anunciado por un letrero que dice “Vall de Gòsol”. Entra en el bosque y se desvanece la mala impresión que había tenido al principio. Está marcado en el Alpina y el topónimo es Obac dels Reguerons. Me paro para tomar fotos y cuando reanudo la marcha, Pep y Carles están parados, recogiendo ‘camagrocs’, que crecen con abundancia aquí.

 La entrada del camino

Un pequeño bosque de 'camagrocs'

Por fin salimos del bosque. El camino señalizado baja una cuesta hacia Torrentsenta. Es el tramo inventado que vimos abajo en el área recreativa. Dejamos el camino, buscando barracas y corrales. Encontramos restos de los caminos radiales que tenía Carles en su GPS del mapa de 1922. En estos 100 años, el dibujo de los caminos ha cambiado mucho. Las nuevas pistas se han encargado de hacer que los antiguos caminos se olviden y que se vuelvan prácticamente invisibles.

Uno de los corrales que localizamos bajo la ermita de Santa Margarida

A fuerza de subir y bajar, logramos recomponer este dibujo y sólo nos queda uno, que apodamos el “camí del mig”. Volviendo al coche por la pista del Coll de Mola, vemos donde cruza la pista pero ya no hay tiempo. Lo tendremos que dejar para otro día.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 13 km; 475 metros de desnivel acumulado.

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