Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



jueves, 2 de agosto de 2018

11/5/2018 – La iglesia de Sant Miquel


Nos levantamos con una niebla espesa y mientras esperamos que se disipe, vamos haciendo tiempo en el Mikado. Resulta que durante la semana Pep y Carles han estado hablando y han llegado a la conclusión de que el castillo de Merolla no existe. O por lo menos, no existe en el Ripollès sino en el Berguedà y los historiadores lo han confundido con un castillo que hubo en el Col de Merola, cerca del camí ral de Berga a Bagà.

Pero aún había el tema de las dos iglesias, Sant Serni y Sant Miquel. Pep especula que podrían estar en el mismo sitio pero construidas en distintas épocas. Y para encontrar al menos la segunda, habría que buscar cerca de las ruinas de Can Miquel, que antes curiosamente se llamaba Sant Miquel.

Se despeja la niebla y nos ponemos en marcha. Aparcamos en el Coll de Merolla. Nos dirigimos hacia la antigua casa de Can Miquel, muy cerca de la carretera de Gombrèn. Encontramos las ruinas y buscamos por los pequeños cerros alrededor, pero no hay rastro.



Los restos de la casa de Sant Miquel

Cruzamos la carretera, dispuestos a pasar a una especie de plan B, que consiste en mirar el camí ral desde el Coll de Merolla a Gombrén, ahora un GR, y también mirar algunos arranques de camino desde el camí ramader al Coll de l’Arç. Como última esperanza, Pep manda a Carles, como miembro más joven del equipo y voluntario obligado, a subir el último cerro que nos queda, ya debajo de la carretera. De repente, Carles nos grita y subimos todos. Allí, en una zona llana, se ve un hueco cuya forma se parece sospechosamente a una pequeña iglesia, con una forma redondeada mirando al sur que podría ser un ábside y los restos de unos cimientos. Pep dice que, a falta de una excavación, tiene buen aspecto y ya recuperamos el plan B con más brío.

Tenía desde hacía años dos principios de sendero desde el camí ramader que nunca habíamos mirado. El primero muere muy rápido; es de animales. El segundo, cerca del Coll de l’Arç, sube hasta una zona de cultivo en el bosque.

El camí ramader a Coll de l'Arç

Comemos en el Coll de l’Arç y volvemos por la pista para poder conversar tranquilamente.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 7,6 km; 270 metros de desnivel acumulado.

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