Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



miércoles, 20 de mayo de 2015

8/5/2015 – El camí dels Matamatxos

El jueves, Pep me llama. No puede venir; vienen los arquitectos territoriales a mirar el castillo de Berga y tiene que estar con ellos.

Opto por una ruta turística que Carles no conoce y además, mi hijo nos acompañará. El camino de los Matamulas, como sería en castellano, recorre la cara norte de la Serra dels Tossals a media altura, desde el Túnel de la Mina hasta Vilella. Es básicamente bosque de hayas, lo que lo hace especialmente atractivo en primavera y otoño, por el color verde fresco y el color dorado, respectivamente, y también en verano porque es más fresco. En invierno, es una nevera.

Tiene otra característica, la de “trencacames” para usar otra expresión catalana, o “rompepiernas”. Es un continuo bajar para cruzar barrancos y subir para pasar pequeños collados y, por eso, supongo que también mataba a las mulas. Tiene la ventaja de estar señalizada íntegramente.

Dejamos un coche cerca de las casas de Taravil, que sería el punto final y continuamos por la carretera hasta llegar a la Mina, aparcando en el pequeño aparcamiento en la entrada lado Sant Llorenç del túnel.

 El camí dels Matamatxos, cerca del inicio

Y a mitad de camino

Vamos progresando, algunas subidas son más duras que otras pero a pesar de la falta de prisas, me doy cuenta que vamos a acabar muy rápido. La misma ruta la había hecho algunos años antes con un par de amigos y tenía la impresión que había durado mucho más. En aquella ocasión, o empezamos muy tarde o estaba fatal de forma física.

Ya llegando a la zona de Vilella, nos desviamos por un camino, también señalizado como parte de la Xarxa Lenta que pasa cerca del Tossal de les Monges y, en un intento de alargar la ruta, bajamos hasta la casa de Vilella. Habíamos pateado toda esta zona un par de inviernos antes de empezar el blog como parte de un encargo que tenía Pep para catalogar todos los caminos de Capolat. Recuerdo unas salidas gélidas por esta meseta expuesta.

El Tossal de les Monges. Detrás, Ensija y Pedraforca

Pero hoy hace más bien calor. Aquí en Vilella, huele a estiércol de vaca y decidimos subir hasta el Coll del Roure antes de comer. Comemos justo antes de pasar el ‘grau’, en una pequeña zona llana con el precipicio a pocos metros y una vista enorme delante.

 La casa de Vilella. Detrás, la Serra de Busa y Port del Comte

Justo antes de pasar el Coll del Roure

Al pasar el collado, giramos a la derecha, también indicado por un poste, rodeamos un pequeño ‘tossal’ y luego seguimos el lomo de la sierra en un descenso progresivo, con buenas vistas de esta parte de Capolat y, detrás, las llanuras y pequeños cerros del Baix Berguedà. Es una salida muy recomendable para hacer con dos coches.

Bajando hacia Taravill desde el Coll del Roure. Detrás, la meseta de Busa, cuartel general del ejército español durante la Guerra Napoleónica, y Port del Comte

Cal Sant, en Taravill

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 9 km; 500 metros de desnivel acumulado.

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