Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 4 de mayo de 2013

19/4/2013 – Canal de Sant Miquel


El hombre del tiempo había pronosticado mal tiempo para hoy pero, mirando por la ventana a las 7.30, vemos que aún puede aguantar y decidimos probar suerte.

Ahora tocaría la zona de la Canal de Sant Miquel y el acceso es desde el Pont del Doro. Cuando el pantano está lleno, este puente está sumergido pero cuando llegamos, vemos que todavía se asoma del agua. Al estar al final del pantano, aquí se acumula la basura y entre la fábrica textil abandonada arriba y restos de todo tipo aquí abajo, la impresión dista mucho de ser idílica.

El Pont del Doro

Pero hoy el puente es sólo un medio para un fin y el fin es ir a la Canal. Cruzamos; un poste de la Xarxa Lenta indica la subida por la Canal dels Colletons pero nosotros seguimos el camino que flanquea el pantano hacia el oeste hasta llegar a las ruinas de la casa de Cal Mitger, con el área recreativa del Molí del Cavaller en la otra orilla.

Vista del pantano desde Cal Mitger

Aquí empieza la entrada de la Canal de Sant Miquel. Aunque no tiene ninguna señalización oficial, es quizás la más asequible de todas las canales ya que empieza con una larga entrada en el valle por un camino casi plano. Aquí el musgo en los árboles es espectacular. A juzgar por las huellas, los motoristas también conocen el camino.

Entrando en la Canal de Sant Miquel

Finalmente, después de recorrer casi un kilómetro por el fondo del valle, el camino empieza a elevarse para dirigirse hacia el Coll del Reposador. Pero justo en ese momento Pep nos confiesa que en realidad no quería subir la Canal de Sant Miquel sino buscar un camino que sube una canal contigua, la Canal de la Fagedeta. Alguien le había dicho que se podía subir esa canal pero él nunca lo había hecho. Tenemos delante la entrada a la Canal pero nuestra primera incursión es infructuosa; una barrera infranqueable de piedra nos impide continuar por el fondo.

Volvemos a la bifurcación y subimos un poco más por el camino principal. Y al poco rato vemos otro camino que marcha hacia la izquierda. Ya lo habíamos visto en otras subidas pero, por razones que no acabamos de explicarnos, nunca lo habíamos seguido. Quizás era por una suposición inconsciente de que era simplemente una variante del camino principal. Pero con los años, hemos ido soltando barreras conceptuales y hoy entramos en el camino sin complejos.

Como he venido contando en las últimas entradas, un grupo de cazadores se ha dedicado a limpiar todos los caminos que suben las canales. Es una mala noticia para la población de jabalís pero muy buena para nosotros porque caminos que antes sólo eran insinuaciones ahora tienen una claridad diáfana.

Subiendo la Canal de la Fagedeta

Este camino sí tiene continuidad. Hacemos 300 metros de desnivel enlazando carboneras; incluso hay una fuente cerca de la salida en Els Colletons. Salimos en los prados detrás de la casa de Sant Miquel, justo a tiempo para ver una multitud de buitres que vuelan a baja altura alrededor nuestro. Pero no tardan en aburrirse y se marchan; aún debemos hacer cara de salud, incluso después de esta subida.

Por fin salimos del túnel

Los prados están empezando a llenarse de flores. Caminamos hacia la casa. Aquí tenemos vistas despejadas hacia el sur y el oeste y vemos como empiezan a amontonarse las nubes de lluvia. Pep quería mirar caminos por la zona de Baumort pero viendo cómo está cambiando el tiempo, decidimos acortar la salida y bajar por la Canal de Sant Miquel.

La casa y la iglesia románica de Sant Miquel

Pasamos la casa y caminamos hacia el Camp de la Collada. Tomamos un camino de atajo para no pasar por la pista y en ese momento suena el móvil de Pep. Es un colega de la Sociedad de Arqueología. Pep contesta con voz jovial pero su cara enseguida se vuelve seria. “No me jodas”, dice y se sienta. Carles y yo nos alejamos para darle un poco de intimidad y cuando se reúne con nosotros, nos informa que el Secretario de la Sociedad de Arqueología murió la noche anterior de un infarto fulminante. Justamente, Pep había estado con él quizás una hora antes de morir, ayudando a montar un espectáculo para la Coral de Gironella. Se acababa de jubilar con 62 años de una caja de ahorros y estaba lleno de proyectos y aparentemente en perfecto estado de salud.

“No es justo”, protesta Carles. Aquí el lector me permitirá un pequeño inciso. Es cierto que la esperanza de vida ha mejorado mucho y una muerte repentina a una edad relativamente joven siempre impacta. Pero también es cierto que nadie nace con un certificado de longevidad garantizada en la mano y la estadística sólo es fiable para lo general, no para lo particular. Carpe diem, decían los filósofos. Si viviéramos cada día como si fuera el último (y algún día lo será), seguro que cambiarían muchas cosas.

En el Coll del Reposador. Delante, Gotzera y Sobrepuny. El tiempo empieza a complicarse

Comemos en silencio en el Coll del Reposador, a la entrada de la Canal de Sant Miquel. Reflejando el estado de ánimo imperante, las nubes son cada vez más espesas y nos damos prisa para iniciar el descenso. Aquí, en los tramos de más pendiente, se nota más el paso de las motos, a pesar de que legalmente las motos no pueden salir de las pistas forestales. Hay motoristas que dicen que los caminos se conservan gracias a ellos. Pero, mirando las zanjas excavadas en la tierra por los neumáticos, ese argumento no me convence. “Habla de eso en tu blog”, me dice Carles. Y así he hecho.

Volvemos a empalmar con el camino de entrada en la Canal de la Fagedeta y deshacemos el camino ya recorrido hasta el coche. Una hora y media después, empieza a llover en Berga.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 7,5 km; 450 metros de desnivel acumulado.

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