Aparcamos el coche en la entrada de la pista que va a Vallfogona, pasado el Santuario de Falgars y antes de llegar a la pista que sube al Xalet de Catllarás. Ahí hay un camino despejado que va a la Mina de Moreno, ahora convertido en flamante PR desde la última vez que estuvimos allí. Anthony prepara su cámara pero me temo que de Carles sólo tendrá planos de espalda mientras se escabulle a toda velocidad, asustado por la cámara.
Nota histórica: Las minas se encuentran en la cara norte del Catllarás, frente a La Pobla de Lillet. Explotadas mayormente hasta los años 20, la más importante era la Mina del Teixó. El Cable era el lugar donde se juntaba la producción de las minas y luego se hacía bajar por teleférico hasta el Empalme, en la carretera de La Pobla y actualmente estación del ‘carrilet’ turístico. Casi toda la producción iba a alimentar la fábrica de cemento en el Clot de Moro.
Iniciamos la subida. Tiene una pendiente suave y entra primero en bosque de pinos y luego en un bonito hayedo. En los cruces de caminos, se ven dos redes que se superponen, una para las minas y otra, probablemente anterior, para las carboneras. Tomamos nota de la bocamina de la Mina de Moreno y el cercano cargador, donde se bajaba la producción por teleférico a la Mina del Teixó unos 75 metros de desnivel más abajo.
La Mina de Moreno
Subimos hacia la Pleta de les Vaques y empiezan los descubrimientos nuevos: una pequeña barraca debajo de una roca. Llegamos arriba donde había el pozo de ventilación de la Mina de Moreno, una chimenea y los restos de una cisterna, las dos últimas utilizadas posiblemente para hacer vapor para una máquina. También los restos de un teleférico. Pep dice que, por lógica, tiene que haber otro teleférico en la cresta antes de saltar un valle. Caminamos un poco más hacia el noreste y ¡allí está!
La chimenea en la Pleta de les Vaques
Seguimos hacia el Prat Gespador y, al lado del camino, vemos una cabaña cuadrada de mineros pero lo mejor está atrás: una barraca de pastor adosada a una roca. ¡Las veces que hemos pasado por este camino y nunca las habíamos visto! Pep está de un humor excelente. Las reticencias del otro día están olvidadas.
La barraca de mineros debajo del Prat Gespador, con pala auténtica
Y la barraca de pastores detrás
Mientras Anthony y yo les esperamos en la fuente del Prat Gespador, Pep y Carles hacen un breve repaso de las inmediaciones y encuentran dos barracas y un corral.
Una vaca espera que nos marchamos para beber agua de la fuente, en el Prat Gespador
Caminamos por la pista hacia el lugar llamado la Sala de Máquinas. Aquí hay una explanada, un pozo de ventilación para la cercana Mina de Arderiu y unos cimientos para unas máquinas. Al continuar por la pista, Pep señala a Anthony una línea de piedras que hace el ancho de una vía. Por aquí bajaba un ferrocarril, dice. Tampoco nos habíamos dado cuenta antes.
Almorzamos en un pequeño merendero en un estado inexplicable de abandono al lado del Mirador de la Lluna con amplias vistas a todas las montañas hacia el norte. Después de comer, continuamos por la pista – ahora vía de tren. No puedo reprimir cierto escepticismo hasta ver los restos inconfundibles de un apartadero pasado el desvío a la Mina de Arderiu y debajo, una tolva, donde las vagonetas volcaban el carbón. Pasamos por el Xalet de Catllarás, antiguamente un edificio modernista donde vivían los ingenieros y directivos de las minas y ahora convertido en una cosa rarísima por razones que desconocemos.
Cerca de la Roca de la Lluna
Estado actual del Xalet de Catllarás
Continuamos bajando hasta llegar a El Cable. Siempre causa impresión ver los fantasmagóricos edificios en el bosque. “El jefe sigue aquí”, me dice Pep y me señala un enorme toro acostado en uno de los edificios. No puedo decir si es el mismo toro que vi hace unos cinco años pero hemos contado un centenar largo de vacas desde el Prat Gespador, con sus vaquillas. Por lo visto, el toro está agotado con tanto trabajo porque ni siquiera se molesta en mirarnos. De todos modos, no puedo ocultar cierta intranquilidad y guardo mi distancia. Tomo nota de unas columnas que señalan claramente hacia El Empalme en la carretera y que deben marcar el arranque del teleférico. Continuamos por un camino que pasa por un pequeño túnel y sale en la pista que va al Xalet.
Parte de los edifcios de El Cable. Se ve la espalda del toro por la ventana
Otra vista de El Cable
El túnel al otro lado de El Cable
Sólo queda la Mina de Teixó, a la que llegamos al cabo de una media hora de caminar por la pista. De nuevo, vemos unos edificios ruinosos que se asoman en el bosque hacia la derecha. Pep encamina con paso firme hacia la izquierda; estamos sobre la tierra que se echaba de la mina y la bocamina no puede estar lejos. Debo confesar que cuando vine aquí solo, hace unos años, no encontré la mina, sólo los edificios, y ahora comprendo porqué, ya que se encuentra a unos 200 metros de distancia. Volvemos a los edificios, que son inspeccionados a fondo. Detrás del edificio principal, hay un agujero grande con una especie de tolva. Aquí debían volcar el carbón que venía desde la Mina de Moreno. También se dice que la Mina del Teixó y El Cable estaban conectados por un túnel, por dónde se transportaba el carbón.
Bocamina de Teixó
Interior
Parte de los edificios de la Mina de Teixó
Pep y Carles suben para localizar la torre de teleférico intermedia y bajan. Decidimos buscar la manera de subir al camino de la Mina de Moreno pero primero Pep quiere ver una cosa. “Ahora vengo”, dice. Al cabo de unos 10 minutos, nos cansamos de esperar. “Pep, vamos a subir”, grito. “Vale, ahora vengo”, se oye desde el fondo del bosque. Vamos subiendo … “Pep, hemos encontrado un camino”, grito. “Vale, ahora vengo”, se oye, pero ahora desde mucho más lejos. “¿Dónde se ha metido?” me pregunto. Lo malo es que tiene las llaves del coche y le tendremos que esperar. Llegamos al camino de la Mina de Moreno y, al cabo de unos 5 minutos, aparece Pep con una bolsa llena de setas, “rossinyols” en catalán y “setas de San Juan” en castellano. Caminamos hacia el coche donde, como los corsarios, se reparte el botín por orden de rango.
Hongos preciados
Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 12 km; 450 metros de desnivel acumulado.
PD. El sábado, a las 10.30 de la noche, Pep me llama entusiasmado. Ha estado mirando el libro de las minas del Berguedà de Ramón Soler y cree que podremos reconstruir virtualmente toda la red de minas y teleféricos del Catllarás. “Tenemos que volver en otoño”, concluye.
25/8/2013: A raíz de una salida el 23/8/2013 con Josep Mª Coll, un gran estudioso de las minas del Catllaràs, hemos cambiado nuestra opinión respecto al uso de los pozos en la Pleta de les Vaques y la Sala de Máquinas. Lo explico todo en la entrada correspondiente.
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