Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 13 de noviembre de 2010

5/11/2010 – Caminos entre Sant Jaume de Frontanyà y Palmerola

Hoy quería investigar los caminos que conectaban Sant Jaume de Frontanyà y Palmerola, pasando primero por el este y luego por el oeste de Puig Miró, la montaña más alta del municipio. Me proponía enlazar algunas colitas (ver Glosario) y buscar algunos de los caminos marcados en las Minutas.

Hoy somos tres: Carles, Josep María y yo. Dejamos el coche en el Collet de les Llebres, a medio camino entre Terradelles y Cal Toni. Al haber algún bache en la pista, pongo la tracción integral, – todas las precauciones son pocas, pienso – sólo para encontrar un Citroën AX de rigurosa serie en nuestro aparcamiento y que seguramente ha seguido la misma ruta.

Vista de Sant Jaume de Frontanyà

Seguimos la pista hacia el sur y al poco rato tomamos un camino que forma parte de la ruta clásica para subir al Puig Miró. En un collado, un camino se desvía hacia la izquierda, que tomamos. A partir de allí, seguimos un largo trayecto que, con pequeñas subidas y bajadas, nos lleva hasta el Bosque de Moreta apenas con interferencia por pistas. Pasada la Carena de Comafosca, empalma con el camino de la Minuta que venía desde Sant Jaume de Frontanyà. El camino ha quedado estrecho y tapado por falta de uso pero su categoría es indudable. Lástima de su escasa fotogenicidad, ya que sólo se ve bosque por todas partes.
En las zonas soleadas, vamos pasando por zonas de cultivo que debían ser artigas (ver Glosario). En una zona extensa de campos cerca del Rec de Palmeroles, salimos a la pista. Subimos hacia arriba en busca de una casa (con tantos campos, tiene que haber una casa, pensamos) pero sin éxito. Continuamos por la pista que nos lleva al Collet del Bosc, con las Cases de Moreta a la vista. Continuamos por la misma pista, dejando más campos de cultivo y más colitas. Vemos el castillo de Palmerola, extensamente remodelado en el siglo XIX, pero hoy no lo visitamos.

Castillo de Palmerola

Estamos en el punto más alejado del coche y hay que pensar en la vuelta. Comemos en los campos de la casa en ruinas de Cal Jaume. Tenemos a la vista el castillo y abajo un grupo de casas llamado Els Casons, una de las cuales todavía está habitada.
Tenía marcado un camino de la Minuta que nos llevaría desde Cal Jaume hasta la cara sur del Puig Miró y de ahí en línea recta al coche y me proponía buscarlo. De hecho, era la única opción que teníamos. Subimos en diagonal por los campos, lo que teóricamente nos haría cruzar el camino pero un afloramiento de roca tapado por el bosque nos barre el paso y el único camino que encontramos nos lleva abajo hacia Els Casons. Llegamos abajo a la pista y vemos un camino que va subiendo hacia el norte por el Torrente dels Casons. Está muy tapado pero su antigüedad no se pone en duda y lo tomamos.


Otra vista de Palmerola subiendo hacia Puig Miró, mirando hacia el sureste


Nos quedan menos de dos horas de luz. Aprieto el ritmo. Josep María empieza a quedar rezagado, peleando con las zarzas y el boj. “Be water, my friend”, empiezo a decir pero me callo ante su mirada de pocos amigos. Además, se empeña en llevar gafas de sol y no debe ver tres en un burro. El camino sale en una pista de desembosque y, al otro lado, se difumina en bancales de campos. Ésa era la finalidad del camino: llevar a la gente de las casas abajo a trabajar en los campos. Vamos subiendo como podemos, siguiendo caminitos que conectan bancales y algún camino de vacas. Teníamos que subir directamente hacia el norte pero el propio terreno nos va llevando hacia el oeste y finalmente salimos en la cresta bastante alejados del collado por el que quería bajar. Nos queda una hora de luz.



Las casas de Llobateres desde la cresta, con los últimos rayos del sol de la tarde. Detrás, las montañas del Catllaràs


Caminamos por la cresta. Josep Maria sigue peleando con el boj, con palabras poco cariñosas para los bosques del Berguedà. Bueno, él es así. Por fin, llegamos al ansiado collado y el camino de bajada se ve claramente. Vamos bajando, dejando alguna colita. Tras descender unos 100 metros de desnivel, llegamos al inicio de una pista que nos llevará directamente al coche. La pista tiene signos evidentes de haber sido repasada por una máquina hoy mismo y tengo visiones de encontrar mi coche aplastado como una cucaracha por alguna excavadora. Llegamos justo a tiempo para ver la excavadora descargar tierra a escasos centímetros de mi coche. El conductor me saluda amistosamente.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 12,7 km; 475 metros de desnivel acumulado.

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