Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



miércoles, 10 de febrero de 2016

15/1/2016 – Valdoriola

Por fin, tenemos gobierno. En el último minuto de la onceava hora, los dos partidos se pusieron de acuerdo sobre un presidente. Por el bien del país, el Presidente Mas dio un paso al lado pero creo que la próxima vez que la CUP se presente a unas elecciones, van a ver que han perdido muchos votantes.


A las puertas de descenso importante de las temperaturas, seguimos el programa de Pep y esta vez nos adentramos en los cerros pelados que se ven al lado de la autovía, justo después de pasar el viaducto en dirección a Barcelona.

Cal Periques, antigua comandancia templaria, y la iglesia del Roser del Carme, a las afueras de Puig-reig

Aparcamos el coche cerca del horno de tejas que se ve desde la autovía y empezamos a subir hacia el noreste, siguiendo un camino señalado por un piste que indica Valdoriola. Como en tantos otros sitios del Baix Berguedà, estas cuestas se quemaron en los incendios de 1994 y los pinos no han vuelto a crecer pero es una tierra muy pobre. Antes de los pinos, todo eran viñedos.

Vemos huellas de motos y las zanjas que han excavado con los neumáticos. Los motoristas dirán que gracias a ellos, los caminos no se pierden. Pep tampoco ha seguido este camino, aunque lo ha visto miles de veces.

Llegamos a una pista transversal. Pep cree que el camino continúa por la derecha y seguimos por la pista hacia el este sin rastro de la continuación. Finalmente subimos por un camino de motos que nos lleva hacia el norte. A la derecha, vemos a lo lejos las casas de Cal Pallot y la Caseta Negra donde estuvimos la semana anterior. “Lo veis”, dice Pep. “Todo forma parte del plan. Os he traído aquí a propósito para que os pudierais situar en el territorio”.

Reina el escepticismo respecto al plan maestro de Pep. Llegamos a otra pista transversal y giramos a la izquierda. Tras 200 metros, recuperamos las marcas amarillas y volvemos a girar a la izquierda, bajando hacia el punto donde se produjo nuestro giro erróneo. El camino pasa por las ruinas de la Casa dels Canyers, una casa pequeña con su tina. Seguimos bajando por los campos de la casa, ya sin camino hasta tener la conexión a la vista y damos la vuelta. Entramos nuevamente en la pista, que nos lleva al pequeño núcleo de Valdoriola: dos casas y una iglesia de origen románico. Aquí es un gran llano de tierra fértil, muy diferente de las ásperas cuestas por donde hemos pasado, donde sólo crecía la viña.

El pequeño núcleo de Valdoriola; detrás, el Santuario de La Guàrdia

Pasamos por la casa de Casaponça y continuamos por la pista hasta llegar a la cresta del Serrat de la Cua de la Guilla, donde marcha un camino que sigue la línea de la cresta. Va de llano y antes de que empiece a bajar, paramos para comer. La temperatura es muy agradable y las vistas relajantes.

El camino de la cresta

Un pino con el tronco chamuscado, superviviente de los incendios de 1994

Después de comer, acabamos de bajar la cresta y empalmamos con el GR que tuvimos que dejar la semana pasada, para bajar al coche. Giramos a la izquierda para marcar el track del tramo que no pudimos hacer. Con este tiempo tan benigno, este camino representa la quintaesencia del Baix Berguedà: muy poco desnivel, siguiendo un estrato de roca, rodeado de arbustos y plantas aromáticos, y el bosque de pino blanco que ya se ha recuperado bastante del incendio. El color verde de las hojas combina con el gris claro de la roca, el beige oscuro de la tierra arenosa del camino, el gris oscuro de los troncos y, con el calorcito del sol de enero, perfecto. Es muy recomendable y está señalizado desde Puig-reig.

Un tramo del camino de Puig-reig a La Molina; una pequeña maravilla


 Aquí todavía se ve el empedrado

Otro tramo, más ancho

Llegamos al punto donde bajamos a la brava la semana pasada y damos la vuelta. Seguimos el camino en el otro sentido hasta donde empieza a bajar con pendiente hasta Les Comes. Para no dar tanto vuelta, tomamos otro camino que sigue la curva de nivel con ligero descenso hacia el noroeste y, en poco más de media hora, estamos de vuelta al coche.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 15,9 km; 385 metros de desnivel acumulado.

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