Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



domingo, 1 de noviembre de 2015

23/10/2015 – La Solana de Murcurols (1ª parte)

El jueves llamo a Pep: “Estuve mirando el mapa de dónde estuvimos la semana pasada y tenemos unos cuantos caminos por mirar en la Solana de Murcurols. Ya viene siendo hora de liquidarlos”. “OK”, dice Pep y cuelga.

Aparcamos en el Coll de la Bena. Pep señala a Carles la cuesta que tenemos delante: “Steve dice que tenemos marcados unos inicios de camino que no hemos hecho. No creo que vayan a ninguna parte, pero hasta que no lo vea con sus propios ojos, no nos dejará tranquilos”.

Entre la pista que va al Coll de la Bauma y la que va a Murcurols, hay otra que va de llano y lleva las marcas verdes y blancas de un Sendero Local. También forma parte de la ruta dels Cavalls del Vent y cuando acaba la pista, empieza un camino que va subiendo por el fondo del valle hasta el Coll de la Bauma. En esa pista entramos. Hace calor. Si no fuera por los colores de otoño, uno pensaría que estamos en mayo. Un poste con la leyenda “La Solana” marca un desvío a la derecha. La ruta señalizada sigue un camino que acaba entrando en otra pista medio tapada de desembosque y cuando acaba esa pista, continúa como un camino que cruza la riera (Torrent de Murcurols) y sube hacia los prados de La Solana al otro lado. Todo eso encontraréis en el mapa del Alpina.

Pero nosotros, al llegar a la pista inferior, giramos a la derecha. Esta pista baja con fuerte pendiente y entra en otra pista más consolidada. Giramos a la izquierda y cuando acaba la pista consolidada, arranca un camino (que no está en el Alpina) que se encamina hacia el torrente, aguas abajo del camino señalizado. Su categoría es indudable. Cruza el torrente y al otro lado, continúa subiendo hacia el noroeste hasta entroncar con el camino de La Solana, donde tenía marcado uno de mis inicios de camino. Un poco más hacia el torrente, tenía marcado en mi mapa otro inicio de camino que iría encaminado hacia el Coll de la Bauma.

El camino de Murcurols a Coll de la Bauma

Una bañera de jabalís debajo del camino

“Podría ser el camino de Murcurols al Coll de la Bauma, va prácticamente en línea recta”, dice Pep. Y se queda pensativo unos segundos. “La verdad es que Steve tiene mucha paciencia conmigo. Otro me habría mandado de paseo hace años”. “¿Estás bien, Steve?”, pregunta Carles mientras me seco los ojos con un kleenex. “Nada, nada, una alergia repentina”,  digo.

Continuamos hacia La Solana. Entramos en una zona con signos evidentes de haber sido cultivado; es relativamente plana y abundan las paredes para hacer terrazas. Pep y Carles dedican unos minutos a explorarla. “Es muy probable que aquí en la Edad Media viviera gente; su tamaño lo justifica”, dice Pep.

Con la exploración de esta ‘artiga’ (ver Glosario), pierdo la conexión con otro inicio de camino que marchaba de llano hacia Murcurols. Salimos del bosque y entramos en los prados. “Ya que estamos aquí, subamos hasta el Pas de la Solana. Dice Steve en su blog que allí vio el Ángel de la Muerte”, propone Pep, con un leve tono de burla.

Caminando por los prados hacia el Pas de la Solana, que está a media altura entre los pinos


Mirando hacia el valle del Bastareny

Dejamos los prados y volvemos a entrar en el boj, con una pendiente bastante fuerte que no recordaba de la última vez que estuve por aquí. Pero finalmente llegamos a la canal, una muesca abierta en la roca que permite bajar a Cortalets. Me asomo al borde. La canal propiamente dicha es una especie de embudo herboso de fuerte pendiente al que se llega con un pequeño salto de 1 metro. La otra opción para no saltar es rodear la roca sobre una repisa colgada sobre el precipicio. No recuerdo qué opción escogimos aquel día pero, mirando lo expuesto que está el caminito de la repisa, sospecho que fue el salto.

La entrada del Pas de la Solana. Delante, la Serra de la Moixa

Nos sentamos para comer. “Cuéntanos cómo fue”, me dice Carles. “Recuerdo que bajaba una pendiente muy fuerte; había rocío en la hierba y mis botas no tenían mucha huella”, empiezo. “Bajaba tieso como una tabla”, interrumpe Pep. “Ya le dije que si no se soltaba, acabaría cayendo”. “Intenté pasar a una zona con menos hierba, con tan mala pata que resbalé y de repente estaba deslizando hacia abajo”. Había hecho un pequeño curso unos meses antes y una de las cosas que me enseñaron fue cómo parar una caída de espaldas. El truco está en darte la vuelta para ponerte de panza, levantar el trasero y clavar las manos y los pies en el suelo.

“Oí un ruido, giro la cabeza y le veo bajando a toda velocidad”, interpone Pep. “Intenté darme la vuelta”, continúo, “pero la canal tenía los bordes elevados como un tobogán que me impedía girar. Sabía que más abajo, la pendiente acababa en un precipicio, así que volví a intentar darme la vuelta. Fue entonces que de repente la canal se aplanó y me paré”. “Nada, fueron dos metros”, dice Pep, quitando importancia al tema.

Lo que no dije a Carles era que, durante el segundo y medio que duró el resbalón, mi atención estaba puesta totalmente en el presente y el tiempo se dilató y parecía durar mucho más. Otra cosa era una gran sensación de paz, a pesar del aparente peligro de mi situación. Esta percepción tan especial que produce estar en lo que llaman el aquí y ahora, la he tenido muchas veces sin tener que caer por la ladera de una montaña … pero aquí no es el lugar para explicarlo.

Desde el Pas de la Solana, el camino marcado continúa hacia el oeste, hacia el Coll de la Bauma. Va llaneando más de medio kilómetro y luego baja hasta entrar en la pista de desembosque que arranca desde la curva de la Barraca de l’Andal. Al poco rato, dejamos la pista para seguir bajando, primero por antiguos bancales de cultivos y después por el bosque, hasta llegar al camino de Els Cavalls del Vent que sigue el fondo del valle.

El camino por el fondo del Torrent de Murcurols, ahora parte de la ruta dels Cavalls del Vent

Giramos hacia el Coll de la Bena. El camino llega al agua del torrente y al otro lado, empieza la pista, la misma en la que entramos esta mañana en el Coll de la Bena. Carles señala un camino que baja por la izquierda. ¿Podría ser el enlace con el camino de Murcurols a Coll de la Bauma que descubrimos esta mañana?

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8,2 km; 490 metros de desnivel acumulado.

Tanto Pep como yo habíamos tenido la sensación de que era la primera vez que hacíamos el camino de flanqueo desde el Pas de la Solana hacia el Coll de la Bauma. Sin embargo, cuando miro mis mapas después en casa, veo que lo tenemos marcado. ¿Debemos empezar a preocuparnos?

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