El jueves llamo a Pep: “Estuve mirando el mapa
de dónde estuvimos la semana pasada y tenemos unos cuantos caminos por mirar en
la Solana de Murcurols. Ya viene siendo hora de liquidarlos”. “OK”, dice Pep y
cuelga.
Aparcamos en el Coll de la Bena. Pep señala a
Carles la cuesta que tenemos delante: “Steve dice que tenemos marcados unos
inicios de camino que no hemos hecho. No creo que vayan a ninguna parte, pero
hasta que no lo vea con sus propios ojos, no nos dejará tranquilos”.
Entre la pista que va al Coll de la Bauma y la que
va a Murcurols, hay otra que va de llano y lleva las marcas verdes y blancas de
un Sendero Local. También forma parte de la ruta dels Cavalls del Vent y cuando
acaba la pista, empieza un camino que va subiendo por el fondo del valle hasta
el Coll de la Bauma. En esa pista entramos. Hace calor. Si no fuera por los
colores de otoño, uno pensaría que estamos en mayo. Un poste con la leyenda “La
Solana” marca un desvío a la derecha. La ruta señalizada sigue un camino que
acaba entrando en otra pista medio tapada de desembosque y cuando acaba esa
pista, continúa como un camino que cruza la riera (Torrent de Murcurols) y sube
hacia los prados de La Solana al otro lado. Todo eso encontraréis en el mapa del Alpina.
Pero nosotros, al llegar a la pista inferior,
giramos a la derecha. Esta pista baja con fuerte pendiente y entra en otra
pista más consolidada. Giramos a
la izquierda y cuando acaba la pista consolidada, arranca un camino (que no está en el
Alpina) que se encamina hacia el torrente, aguas abajo del camino señalizado. Su
categoría es indudable. Cruza el torrente y al otro lado, continúa subiendo
hacia el noroeste hasta entroncar con el camino de La Solana, donde tenía
marcado uno de mis inicios de camino. Un poco más hacia el torrente, tenía
marcado en mi mapa otro inicio de camino que iría encaminado hacia el Coll de la Bauma.
El camino de Murcurols a Coll de la Bauma
Una bañera de jabalís debajo del camino
“Podría ser el camino de Murcurols al Coll de la Bauma, va prácticamente en línea recta”, dice Pep. Y se queda pensativo unos
segundos. “La verdad es que Steve tiene mucha paciencia conmigo. Otro me habría
mandado de paseo hace años”. “¿Estás bien,
Steve?”, pregunta Carles mientras me seco los ojos con un kleenex. “Nada, nada,
una alergia repentina”, digo.
Continuamos hacia La Solana. Entramos en una
zona con signos evidentes de haber sido cultivado; es relativamente plana y
abundan las paredes para hacer terrazas. Pep y Carles dedican unos minutos a
explorarla. “Es muy probable que aquí en la Edad Media viviera gente; su tamaño
lo justifica”, dice Pep.
Con la exploración de esta ‘artiga’ (ver
Glosario), pierdo la conexión con otro inicio de camino que marchaba de llano
hacia Murcurols. Salimos del bosque y entramos en los prados. “Ya que estamos
aquí, subamos hasta el Pas de la Solana. Dice Steve en su blog que allí vio el
Ángel de la Muerte”, propone Pep, con un leve tono de burla.
Caminando por los prados hacia el Pas de la Solana, que está a media altura entre los pinos
Mirando hacia el valle del Bastareny
Dejamos los prados y volvemos a entrar en el
boj, con una pendiente bastante fuerte que no recordaba de la última vez que
estuve por aquí. Pero finalmente llegamos a la canal, una muesca abierta en la
roca que permite bajar a Cortalets. Me asomo al borde. La canal propiamente
dicha es una especie de embudo herboso de fuerte pendiente al que se llega con
un pequeño salto de 1 metro. La otra opción para no saltar es rodear la roca
sobre una repisa colgada sobre el precipicio. No recuerdo qué opción escogimos
aquel día pero, mirando lo expuesto que está el caminito de la repisa, sospecho
que fue el salto.
La entrada del Pas de la Solana. Delante, la Serra de la Moixa
Nos sentamos para comer. “Cuéntanos cómo fue”,
me dice Carles. “Recuerdo que bajaba una pendiente muy fuerte; había rocío en
la hierba y mis botas no tenían mucha huella”, empiezo. “Bajaba tieso como una
tabla”, interrumpe Pep. “Ya le dije que si no se soltaba, acabaría cayendo”. “Intenté
pasar a una zona con menos hierba, con tan mala pata que resbalé y de repente
estaba deslizando hacia abajo”. Había hecho un pequeño curso unos meses antes y
una de las cosas que me enseñaron fue cómo parar una caída de espaldas. El
truco está en darte la vuelta para ponerte de panza, levantar el trasero y
clavar las manos y los pies en el suelo.
“Oí un ruido, giro la cabeza y le veo bajando a
toda velocidad”, interpone Pep. “Intenté darme la vuelta”, continúo, “pero la
canal tenía los bordes elevados como un tobogán que me impedía girar. Sabía que
más abajo, la pendiente acababa en un precipicio, así que volví a intentar
darme la vuelta. Fue entonces que de repente la canal se aplanó y me paré”.
“Nada, fueron dos metros”, dice Pep, quitando importancia al tema.
Lo que no dije a Carles era que, durante el
segundo y medio que duró el resbalón, mi atención estaba puesta totalmente en
el presente y el tiempo se dilató y parecía durar mucho más. Otra cosa era una
gran sensación de paz, a pesar del aparente peligro de mi situación. Esta
percepción tan especial que produce estar en lo que llaman el aquí y ahora, la he
tenido muchas veces sin tener que caer por la ladera de una montaña … pero aquí
no es el lugar para explicarlo.
Desde el Pas de la Solana, el camino marcado
continúa hacia el oeste, hacia el Coll de la Bauma. Va llaneando más de medio
kilómetro y luego baja hasta entrar en la pista de desembosque que arranca
desde la curva de la Barraca de l’Andal. Al poco rato, dejamos la pista para
seguir bajando, primero por antiguos bancales de cultivos y después por el
bosque, hasta llegar al camino de Els Cavalls del Vent que sigue el fondo del
valle.
El camino por el fondo del Torrent de Murcurols, ahora parte de la ruta dels Cavalls del Vent
Giramos hacia el Coll de la Bena. El camino llega
al agua del torrente y al otro lado, empieza la pista, la misma en la que
entramos esta mañana en el Coll de la Bena. Carles señala un camino que baja por
la izquierda. ¿Podría ser el enlace con el camino de Murcurols a Coll de la
Bauma que descubrimos esta mañana?
Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8,2 km; 490 metros de
desnivel acumulado.
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