Probamos de ir al Santuario de Paller. En el bosque, hay 4 cm de nieve. Subimos por el camino marcado a la derecha del santuario.
Aquí, debo hacer un inciso. Hace unos cuantos años, un señor jubilado de Bagà que tenía mucho cariño por Paller, dedicó un buen tiempo a limpiar caminos y marcarlos con pintura roja. Lo que pasa es que también inventó caminos para poder completar sus rutas. El camino que nosotros decidimos subir también está pintado con rojo. Ya lo conocíamos por haberlo hecho hace unos cuantos años pero ahora, con los años de experiencia, vemos que, llegado a cierto punto, el camino auténtico continúa subiendo recto hacia Paller de Dalt mientras el camino pintado gira hacia la derecha y sube directamente la cuesta siguiendo un camino de jabalí.
En la pista de Paller
Sin embargo, el camino auténtico se ve muy tapado por vegetación y nieve y decidimos dejarlo para otro día. Subimos el camino de jabalí y salimos a la pista de Paller de Dalt. Aquí hay más nieve. Pep ve el rastro del antiguo camino a la Bassa de Tarnes, que es lo que queríamos buscar pero la nieve es cada vez más profunda y tapa el camino. Visualmente, el paisaje nevado es muy estético pero no sirve para buscar caminos.
Vistas impresionantes con la nieve. Aquí se ve Tancalaporta
Y aquí Pedraforca con el Col de Escriga delante
Bajando por la pista hacia el santuario de Paller, Pep saca una lección positiva de esta salida fallida y se declara muy satisfecho: “Ahora sabemos que hay caminos falsos y hemos visto los auténticos”. A Pep le gustaría ir a la Solana de Sant Sebastián. En el collado arriba, vimos una barraca allí hace unos cuantos años y Pep quiere buscar el camino desde Bagà. Pero donde él ve un tesoro, yo sólo veo una cuesta áspera sin ningún atractivo e insisto en la Via del Nicolau. Pep accede de mala gana.
Dejamos el coche encima del Parque de la Vila en Bagà e iniciamos la ruta. La antigua vía se había construido en tierra blanda de margas que se erosiona fácilmente con la lluvia. Para recuperarla, se ha tenido que hacer una buena inversión, incluyendo un puente colgante para salvar un barranco, y probablemente será necesario seguir gastando dinero en mantenimiento. Pep está indignado: para eso hay dinero pero no para salvar sus dolmenes. Me lanza unas miradas furibundas. ¡Además es plano! Si supiera la vergüenza que le estoy haciendo pasar, me acusa. Intento relativizar el tema; ofrece una visión inaudita para nosotros del río Bastareny, ya que siempre lo vemos desde la carretera al otro lado. Pero no se deja apaciguar; ni siquiera me deja marcar waypoints.
Las vagonetas con los troncos (seguramente más gordos que éstos) bajaban por gravedad, frenados por un hombre delante. Las vagonetas vacías volvían al punto de partida por tracción animal.
El puente colgante
Llegamos a la casa de l’Avellanet. Hay un proyecto desde hace años para convertirlo en un ecomuseo pero parece que aún no funciona. Cerca está la iglesia románica de Sant Joan que, sorprendentemente, Pep no ha visitado nunca. Inspeccionando la iglesia, su humor empieza a mejorar.
Exterior de la iglesia de Sant Joan de l'Avellanet
E interior
[Cuando bajo el track al mapa el día siguiente, veo que la zona está llena de pistas. Los bosques deben ser públicos del municipio del Bagà porque la red de pistas se queda cortada en un torrente que marca el límite con el municipio de Gisclareny. Sobre el terreno, se ven las señales de una tala hecha hace quizás un par de años. Mucho me temo que un camino que seguí hace unos cuantos años que pasa al pie de la Roca Tirabal haya quedado destrozado por una de esas pistas.]
Aquí comemos y luego seguimos el camino. Lleva a una fuente arreglada para hacer un par de balsas, empiezan campos y al poco rato, vemos las ruinas de la segunda casa.
Las ruinas del Mas de la Costa
La fuente del Clot d'en Roca, en la pista de Avellanet a Matallops
Tras inspeccionar la casa, continuamos por un camino muy perdedor entre bancales que poco a poco va perdiendo entidad hasta entrar en la pista que pasa delante de la casa de Matallops. Desde allí, tomamos el camino que baja a Bagá. “Encontrar esas casas ha salvado el día”, me dice Pep. “No subir la Solana de Sant Sebastià ha salvado el día”, pienso yo.
Vista de los valles de Bastareny y Rigoreixer con Bagà en primer término, desde el camino que baja desde Matallops
Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 13,4 km; 575 metros de desnivel acumulado.
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