Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



martes, 2 de marzo de 2010

26/02/2010 - El Valle de la Portella - 1ª parte - El Monasterio





Los dos últimos viernes, no salí, básicamente por inclemencias meteorológicas. Decidimos dejar la Riera de Merlès y desplazarnos hacia el oeste, a la umbría del Valle de la Portella. Es una zona que hemos mirado poco; estuvo en el límite de la zona quemada por los terribles incendios de 1994 y, para sacar la madera quemada, se abrieron muchas pistas, algunas sobre caminos antiguos.


Vista desde el Coll de la Baumeta, con el Santuario de La Quar en medio término y las montañas del Ripollès detrás.

Dejamos el coche en el Coll de la Baumeta, uno de los pasos de Sant Maurici de La Quar hacia La Portella. Al poco rato de caminar por la pista, sale el camino antiguo al Monasterio, ahora señalizado como parte de la Xarxa Lenta. A media bajada, pasa al lado de la casa de Solanelles. Nos desviamos para hacerle la ficha. Queda poco de la casa, que debía ser bastante pobre, aprovechando un poco de tierra donde tocaba más el sol.

Desde el collado por donde pasa la pista, cerca de la casa, sube un camino que debía ser el camino de Solanelles a Campdeparets. Las zarzas, crecidas tras el incendio, dificultan nuestro avance. A Josep Maria se le nota incómodo; no le gustan las zarzas. De nada sirve explicarle que también son criaturas de Dios y que las debemos querer igual que las demás.

El camino sale a la pista de Campdeparets y damos media vuelta. Volvemos a la casa de Solanelles y continuamos por el camino al Monasterio. Nos desviamos a la casa de Cal Calcinaire, actualmente habitada, por pistas nuevas que han aniquilado caminos y bajamos a la Riera de la Portella. Allí está el Molino de la Portella, queda algún agujero de la presa medieval. Desde la balsa, un pozo perfora la roca hacia el obrador, también ahuecado en la roca. Un monumento a la ingeniería rural que valdría la pena limpiar y mostrar.


Monasterio de La Portella

Para comer, subimos al Monasterio de La Portella, joya del Románico y sede de la Universidad de Cervera durante la Primera Guerra Carlista. Aquí hubo una próspera comunidad monástica en la Edad Media, con un nuevo resurgimiento en el siglo XVI.
Para volver, tomamos la pista a la casa de La Fageda con la idea de mirar algunas colitas. La segunda colita es la buena; entramos en un pequeño torrente. Se empiezan a ver carboneras hasta llegar a la última en un lomo despejado y el camino se pierde. Miramos a la izquierda, hacia el torrente: allí no hay nada, dice Pep, y subimos como podemos al camino de Solanelles. Ya es la tercera vez.

Salimos nuevamente a la pista y veo un camino y el reflejo del agua; es la fuente de Solanelles. El camino continúa bajando, enlazando carboneras hasta salir al mismo lomo, ¡desde la izquierda! Volvemos a la fuente y continuamos por otro camino. Hemos encontrado un hilo y, a medida que vamos tirando de él, van saliendo caminos y más caminos. Bajamos por otra cresta y subimos otro torrente. La misma historia: carboneras y más caminos que quedarán para otro día. Salimos a la pista de La Fageda. De la casa, sólo queda el nombre y alguna piedra y teja; la pista se la llevó por delante. Visitamos la fuente, muy abundante, y de vuelta al coche.


Vista desde La Fageda: abajo, el Monasterio con la Sierra de Picancel detrás y, en el fondo, los primeros contrafuertes del Catllarás

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 11,3 km; 530 metros de desnivel acumulado.

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