Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



jueves, 11 de marzo de 2010

05/03/2010 – El valle de la Portella - 2ª parte - El castillo de la Portella y caminos de Cal Moliner

Quedaron unos cuantos cabos sueltos la semana pasada, así que volvemos a dejar el coche en el Coll de la Baumeta, dispuestos a matar colitas y luego avanzar hacia el Santuario de La Quar. Pero primero había que ocuparse de la educación de Carles y ponemos rumbo al Serrat de Sant Isidre. Se trata de un pequeño llano con una pequeña ermita del siglo XVIII y unas vistas impresionantes, dominando el valle de la Portella al norte y todo el Baix Berguedà al sur y oeste.


Vista desde Sant Isidre, mirando hacia el oeste, con Olván, Gironella y Casserres


Aquí tengo que hacer un pequeño inciso. En 1935, un cura publica una historia del Monasterio de la Portella y su valle y habla del castillo que tenían los nobles de la Portella. Dice que la gente del país lo sitúa precisamente en ese llano pero él lo descarta como demasiado lejos, basándose en unas preposiciones de latín utilizadas en dos documentos del siglo XI para describir la situación del Monasterio respecto al castillo: “prope” (cerca) y “subtus” (bajo). Por lo tanto, él lo sitúa en unos montículos que hay detrás del Monasterio pero resulta que allí no hay nada. Conclusión de los historiadores: el castillo se ha perdido y nadie sabe donde está.

Henos entonces subiendo la colina hacia la ermita, y aquí resumo la clase magistral que Pep dio a Carles: a) el último tramo del camino que sube a la cima se parece mucho a los caminos que suben a castillos y hay un montón de piedras sospechosas (el castillo fue destruido en el siglo XIV a raíz de unas disputas con el Rey); b) arriba se ven unas líneas elevadas que se parecen mucho al dibujo de los cimientos de un edificio; y c) si uno se asoma por el lado sur se ven unas piedras talladas de aspecto medieval que habrían formado un muro de contención en la base de la roca. Por lo tanto, parecería que los habitantes locales tenían razón.


Bajamos contagiados por el fervor científico de Pep y nos encaminamos hacia La Fageda para acabar los caminos que se tuvieron que dejar el otro día. Bajamos una áspera cuesta y volvemos a entrar en los torrentes: más carboneras y colitas que mueren. Todo tiene pinta de ser lo que nosotros llamamos una salida ‘académica’ (ver glosario). Emergemos en el Collet de Sarriola, a medio camino entre el Coll de la Baumeta y la casa de Cal Moliner, donde comemos.



Flor de avellano. ¿Señal del final del invierno? Nuestras esperanzas quedarían truncadas con la gran nevada del 8 de marzo


Pep menciona que su contacto en Can Pou (ver la salida del 5 de febrero), que en paz descanse, habló de una casa llamada Cal Tico. Estaba a pie de la carretera que va al Monasterio, debajo del Santuario de La Quar. La buscó hace años, cuando aún le faltaba experiencia, pero no la encontró. Miramos el horizonte donde hay un diminuto punto blanco que es el Santuario. Por la ciencia, lo que haga falta, decimos Carles y yo al unísono.

Emprendemos la pista al Coll de la Creu de Jovell y al cruzar un torrente vemos una fuente y un camino muy claro que sube. Estamos justo debajo del Coll de Cal Tinyós, que es por donde pasa el ‘camí ral’ que viene de La Quar. Lo dejamos para el final y poco después vemos su continuación de bajada, que seguimos. Salimos a una pista frente a Cal Moliner, una casa arreglada con mucho cariño. Giramos a la izquierda y vemos un par de caminos que salen de la pista, incluyendo uno importante que sin duda bajaba al molino de Cal Moliner. Damos media vuelta y emprendemos un camino al Coll de Canes que dejamos, cruzando una extensa zona de cultivo abandonada para llegar a la carretera del Monasterio. Allí vemos los pocos restos de la casa de Cal Tico, arrasada por la carretera, y detrás, un camino que lleva a los campos que cultivaba y que ocupaban toda una hondonada.





Vista hacia el oeste, con Cal Calcinaire y detrás, Berga y la Sierra de Queralt

Cumplida nuestra misión, damos media vuelta y nos plantamos en el camino que sube al Coll de Cal Tinyós que habíamos visto antes. Su antigüedad es evidente y sube por el torrente, con el agua al lado o incluso bajando por el mismo camino en algunos tramos, hasta salir debajo del ‘camí ral’. Tomamos un camino de flanqueo a la fuente de La Fageda y de allí al coche. Ha sido un día muy largo.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 15,3 km; 600 metros de desnivel acumulado.

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