Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 6 de mayo de 2023

14/4/2023 – El molino de Vallfogona (1)

Después de un parón obligado para Semana Santa, volvemos a Vallfogona para buscar un molino medieval que sale en los documentos de Jaume. Mientras Carles va en el coche de Jaume, yo voy con Pep y aprovecho la oportunidad para reprocharle su permisividad con Jaume hace 2 semanas. Pep admite el descontrol pero argumenta que Jaume es muy tozudo y no le hace caso.

Aparcamos en el pequeño llano, ahora oficialmente un aparcamiento, donde la pista desde Vallfogona se une a la pista que baja a La Pobla de Lillet. Delante, está el camino que va a la Mina de Moreno, ahora superseñalizado y una de las rutas estrellas del Catllaràs. “Iremos primero a la mina de Teixó. ¿Cómo queréis llegar? ¿Por arriba o por abajo?”, nos pregunta Pep. Ante nuestras miradas de indecisión, Pep decide: “Será por arriba”, con una satisfacción evidente.

El camino a la Mina de Moreno

Subimos por el camino a la Mina de Moreno. Desde la última vez, se ha clareado mucho el bosque, ofreciendo perspectivas que antes no existían. Antes de llegar, bajamos por un camino medio borrado y ya conocido que nos hace pasar por la caseta del polvorín y la torre de un teleférico, antes de llegar a los edificios de la mina, que lentamente se van desmoronando. Solo la bocamina, a unos 200 m de distancia, se ve igual de robusto. Pep, Carles y Jaume se adentran y yo miro desde fuera cómo se van alejando las linternas de sus móviles. No tengo ningún problema para viajar con Metro pero prefiero no entrar en estos túneles abandonados.

El polvorín. La gravedad ha partido el edificio en dos y la parte delantera va bajando la cuesta poco a poco.

El edificio principal del complejo minero del Teixó

El siguiente paso es la casa medieval de Teixó. Lo conocía porque Pep me lo había dicho, pero personalmente nunca había estado. Es un cuadrado hueco de 2 o 3 filas de piedras situado a unos 300 m al norte de la mina, resguardada del viento del norte al pie de un pequeño cerro. Pero Jaume había visto unas piedras en la cima del cerro y subimos para investigar. Antes de llegar arriba, la roca forma un abrigo natural con un trozo de tierra aplanada delante, y arriba, un hueco circular poco profundo y una línea de piedras que marca un perímetro justo por debajo del borde.

Pep le da el visto bueno. La tentación de proponerlo como torre es muy grande, ya que tiene buenas vistas de San Cristòfol arriba y de La Pobla abajo, pero al final Pep le atribuye la ubicación del Mas del Far, por su situación de atalaya.

La primavera da sus primeros pasos en el Catllaràs

Bajamos a buscar el molino. Dejando a la derecha un camino nuevo que Pep no me deja seguir, llegamos a Els Rentadors y buscamos la unión de los dos torrentes, el Regatell y el Torrent de Vallfogona como punto más probable. No se ve nada. Jaume se marcha por el lecho seco del torrente, a pesar de las advertencias de Pep de que no encontrará ningún molino en el lecho. No tarda en convertirse en un desfiladero estrecho, confinado entre unas paredes de roca de unos 20 metros de alto. Carles, Pep y yo subimos a la pista; no tenemos ganas de meternos en un sitio del que no sabemos si podremos salir.

Desde la pista, intentamos mantener el contacto con Jaume a través de gritos pero no hay respuesta. Un poco más adelante, una pista deshecha baja hacia el torrente y le localizamos muy abajo. Le guiamos hasta un punto donde podrá salir con cierta dificultad, primero el perro y luego él. Jaume quiere seguir buscando en unos llanos encima del torrente. “Aquí solo hay carboneras”, dice Pep, tajante, y por fin conseguimos convencerle para que salga.

Comemos al lado de una pista secundaria. Para volver al coche, Pep vuelve a bajar a Els Rentadors y sigue el lecho del torrente corriente arriba. Ante mi estupefacción, me contesta escuetamente “quiero buscar el molino”. De un torrente que antes bajaba lleno de agua, solo quedan unos charcos estancados. Vamos subiendo en una especie de barranquismo inverso sin agua y de salida muy difícil por los lados, hasta que llegamos a una pared de roca que en otros tiempos habría sido una cascada. No nos queda otro remedio que salir como podemos por una pendiente fuerte y tierra inestable, agarrándonos a troncos y ramas. “Suerte de las planchas”, pienso, mientras lucho contra la gravedad y la tierra suelta que me quieren echar para abajo otra vez.


Pep sube el lecho del Torrent de Vallfogona

Y aquí tuvimos que salir por la derecha

Llegamos a un camino conocido pero muy tapado que sube paralelo al torrente y que, en otros tiempos, sin duda era usado por los de la casa de Vallfogona para bajar a Els Rentadors. Con dificultad y una subida penosa, por fin llegamos a la pista donde está el coche. Hemos tenido suerte.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 7,5 km; 380 metros de desnivel acumulado.

 

No hay comentarios: