Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 14 de mayo de 2011

6/5/2011 – Fracaso en Montderm

Hace unos cuantos años, había subido un camino desde el Estret que había quedado muerto en unas carboneras bajo Montderm. Por su parte, Pep había bajado una vez desde el Coll de Cerqueda hasta el Estret, pero no sabía bien cómo.

Hoy nos habíamos propuesto establecer la comunicación entre el Estret y el Coll de Cerqueda y luego buscar la casa de Montderm. Para mí, ya sería la tercera vez que buscábamos esa casa: la primera vez fue en 2004 con Pep y luego hice una nueva batida con mi padre un par de años después.

El primer intento de llegar al Coll de Cerqueda fracasa cuando una colita mía muere en una cuesta cerca del Rec de Montderm; creo que era un camino de cazadores. Cruzamos el Torrente de la Baga Fosca y volvemos a probar suerte y esta vez llegamos arriba pero el último tercio ya sin camino.

Bolas de arenisca incrustadas en las margas subiendo hacia el Coll de Cerqueda

Encaramos la subida a Montderm. Montderm tiene forma de triángulo con la hipotenusa mirando hacia el sur. Los dos lados arriba son paredes rocosas, con un acceso por ambos lados por un ‘grau’ que sale a una especie de plataforma inclinada con signos evidentes de haber sido cultivada. Nuestro camino bifurca, con un ramal hacia la izquierda hacia Pardinella y que pasa cerca de los restos de una vivienda muy básica que tenemos apuntada como la Rabasseta. Dejamos el camino y subimos como podemos hacia la base del triángulo. Nos separamos para hacer una nueva batida y nos volvemos a ver en la punta arriba. Nadie ha visto nada. Almorzamos abatidos. ¿Cómo es que nosotros, que lo encontramos todo, no hemos podido encontrar esa casa? Hablando con Pep unos días después, él cree que la casa de Montderm es lo que habíamos puesto como la Rabasseta ya que tiene acceso fácil desde abajo hacia la zona más fértil. El mapa del ICC pone la Rabesseta como la prolongación de la cresta occidental de Montderm.
Bajamos por el ‘grau’ occidental. Vistas espectaculares que nunca cansan.

 Vista hacia el oeste desde el grau de Montderm

Y la misma vista en febrero de 2004

Llegamos al Coll de la Rafa y bajamos hacia el oeste. Pistas nuevas y todo removido por trabajos forestales. Seguimos trozos de caminos por artigas y carboneras hasta conectar con uno muy importante que viene desde Pardinella hacia la zona de Rabasseta. Desemboca en una zona extensa dedicada a la fabricación de tejas aunque el horno propiamente dicho fue destrozado por una pista. Tomamos la pista hacia el Camp de Mill y un ciervo nos muestra un camino que baja hacia la zona inferior de la Rabasseta. Esta parte todavía está en blanco en nuestros mapas. ¿Podría haber una casa y campos por allí? Imposible saberlo sin meternos pero la clase de música nos deja sin tiempo. Continuamos hacia el Camp de Mill.

Lirios azules en Camp de Mill

Hace años, había seguido un camino desde el Coll de les Travenoses, encima de la Caseta, hacia Prat Terrer y es el camino que usaremos para volver al coche, ya que es mucho más rápido que seguir las pistas. Entramos en los campos de Prat Terrer, donde Pep y Carles descubren un tesoro que borra la clase de música del horizonte. Ya no hay prisa. Sin dudarlo un segundo, sacan bolsas de sus mochilas y empiezan a recoger setas de primavera (moixernons y carerretes), que crecen con abundancia en los prados.

Pep y Carles reviven primitivos instintos de cazadores-recolectores bajo Prat del Terrer

Una vez completado el expolio, vuelve a haber prisa, mucha prisa. Encontramos el camino con dificultad. Está horriblemente tapado y a mí hay algo que no cuadra. ¿Cómo es que lo pude seguir, teniendo en cuenta que iba solo y sabiendo lo temeroso que era (y soy) de perder el camino? Salimos del boj y vemos una bifurcación con otro camino, probablemente de vacas, que va a unos prados un poco más abajo de donde veníamos. Empiezo a sospechar qué pasó (1). Ahora el camino está más despejado, con mucha categoría, pero no hay tiempo para saborearlo.

En el camino hacia el Coll de les Travenoses. Observad el muro para reforzar el camino.

Llego con la lengua fuera al Coll de les Travenoses y bajamos la cuesta a la Caseta como estos festivales en Inglaterra colgados en YouTube con jóvenes persiguiendo bolas de queso a tumba abierta. Llegamos a la pista y hacemos el último medio kilómetro en un tiempo récord. Lo que hay que hacer por la cultura, pienso.

(1) Al bajar el track, veo que efectivamente seguí la bifurcación a los prados inferiores. Viniendo desde la Caseta, es prácticamente imposible ver el otro camino.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 13,2 km; 790 metros de desnivel acumulado.

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