Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 15 de enero de 2011

7/1/2011 – Entre Vilella y Espelt

Poco a poco, nos vamos desplazando hacia el oeste. Pep quería comprobar primero las conexiones entre Santa Cecilia de Riutort y las casas medievales que visitamos el 17 de diciembre. Dejamos el coche en el viejo puente de Espelt y subimos por el camí ral a la iglesia, donde Pep nos revela los detalles constructivos y los cambios que ha sufrido.

Pep imparte una clase magistral en la iglesia de Santa Cecilia de Riutort


Vista desde la puerta de la iglesia hacia la umbría del Banyador, una zona de denso bosque que nosotros hemos apodado cariñosamente el Infierno Verde. Aún tenemos cosas por mirar allí dentro.

Hacemos la conexión con el vilar medieval, descubriendo otra casa medieval a medio camino. Ahora toca cruzar el río. Mientras paso con temor de una piedra resbaladiza a otra bajo la atenta mirada de Pep, después de quitarme los mapas para que no sufran ningún percance, pienso otra vez en Josep Armengué, un excursionista de un siglo atrás con quien tengo mucho en común. Cuando subimos por el camino marcado como Xarxa Lenta (ver Glosario) hacia la casa de Vilella, cruzamos otro camino que luego resulta ser un canal. Lo seguimos hacia el norte, volviendo a cruzar la pista de Gavarrós, hasta ver el punto de salida del río. Luego lo seguimos en la dirección contraria hasta llegar a una especie de acueducto hecho de hormigón sobre unos delgados pilares de ladrillos.

El acueducto, una construcción moderna

Al otro lado, se ven caminos que vienen a buscar el acueducto. De momento, lo dejamos y volvemos al camino de la Xarxa Lenta. Almorzamos en una cresta. Hoy Pep ha traído una cerveza artesanal desde Valencia y comparamos sus virtudes con el Viejo Peculiar, que he traído yo. Reemprendemos la marcha para no caer presas de la embriaguez y antes de llegar a la gran casa de Vilella, tomamos el camí ral que iba a Broca. Hoy cuesta verlo en muchos puntos por la erosión que ha sufrido la tierra blanda. Suerte de las marcas blancas que nos van guiando. Encima de Vilella, dejamos el camino para bajar la cresta, esperando encontrar un camino pero no hay ninguno hasta llegar a una zona extensa de cultivo, donde encontramos el camino que subía desde Vilella para trabajar los campos.


La casa de Vilella

Desde Vilella, tomamos el camí ral de Bagà a La Pobla de Lillet, que pasaba por la casa de Espelt. Ahora, es mayormente pista pero aún queda un trozo de camino muy interesante.

 Pep y Carles conversan en el camí real entre Vilella y Espelt

El portal del siglo XVI de Espelt

Desde la casa de Espelt, buscamos los caminos que bajan al acueducto. En esa cuesta, hay un pequeño laberinto de caminos, la mayoría de los cuales buscan cruzar el barranco por distintos puntos. Pero nuestro interés prioritario está en el acueducto. Desde allí, volvemos a seguir el canal, que va recorriendo la cuesta debajo de los campos de Espelt hacia el sur. Al final, desemboca en una balsa de hormigón con lavadero, al lado de un agujero más antiguo que probablemente estaba revestido con piedras. El canal sale de la balsa por una esclusa y baja hasta un segundo nivel, donde hay otro canal y un tubo de Uralita que baja hasta el horno de piedra que está al lado del puente de Espelt. Veremos al volver al coche que el tubo llega hasta una turbina debajo de la pista, que se usaba para mover la maquinaria para moler la piedra.
Seguimos el segundo canal que continúa hacia Les Planes. Al final, lo tenemos que dejar por falta de luz pero hemos recorrido 1,4 kilómetros desde el punto de toma en el río, y aún continúa. También está claro que hay dos épocas: una moderna a la que correspondería el acueducto, la balsa de hormigón y el tubo del horno y otra más antigua que es la que hemos dejado sin saber todavía su destino final. Hasta hoy, desconocíamos su existencia.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 14,4 km; 350 metros de desnivel acumulado.




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