Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



domingo, 6 de junio de 2010

28/5/2010 – En el Clot del Forn

Amanece tapado pero confiamos en que el día aún puede aguantar. Dejamos el coche en el mismo cruce de pistas y ponemos rumbo a Cal Muntaner. Pep quiere atar el camino de Cal Muntaner a Coll de Forn mientras Carles y yo tomamos otro camino muy prometedor que se dirige hacia el Clot del Forn. Nuestro camino tan prometedor muere en unos campos. Nos plantamos otra vez en la pista y seguimos otro camino que nos lleva a una fuente y se muere. Acabamos cruzando el torrente y nos plantamos en un laberinto de caminos de carbonero que yo tenía parcialmente visto por salidas hechos hace unos años. Vemos una bifurcación tras otra y cuando nos damos cuenta de lo complicado que es todo aquello, sentimos las primeras gotas de lluvia.

Carles explorando el laberinto en el Clot del Forn

Oímos los gritos de Pep, que viene bajando. Aquí no hay cobertura de móvil y nos comunicamos como en la era preinalámbrica, a grito pelado. Cruzamos la riera por donde podemos y nos lo ingeniamos para volver a subir a la pista. Se produce el reencuentro de exploradores y continuamos subiendo por el camino que empezó Pep. Las gotas de lluvia me obligan a guardar los mapas; con el agua, corre la tinta roja utilizada para marcar los caminos. Sin embargo, de vez en cuando es imprescindible consultarlos; Pep y Carles hacen un enorme paraguas con sus chubasqueros y todos nos metemos debajo. Faltaba Josep Maria para sacarnos la foto, tenía que ser de lo más cómico.
Seguimos el camino hasta que las zarzas nos impiden avanzar, ya cerca de los restos de la casa de Coll de Forn. Ahora estamos fuera del guión y empezamos a improvisar. Seguimos una pista hasta la Serra de Colobre y luego bajamos hacia la casa de Pla de l’Arca. Nos volvemos a dividir para seguir dos caminos distintos: uno, el camino para bajar con animales y el otro, un atajo para ir a pie.
Llegamos cerca de la casa y buscamos un sitio para cobijarnos de los pequeños chubascos y comer. El tema de la conversación: uno recurrente, el enorme potencial patrimonial de la comarca y la aparente incapacidad para hacerlo valer. Hoy, tampoco encontramos la solución; haría falta un millonario excéntrico.

Otra vista de Gavarrós con el Coll de Vent en el primer plano

Después de comer, bajamos por un camino conocido encima de Coll de Vent que nos llevará al laberinto que dejamos Carles y yo esta mañana. Pasamos una hora agradable yendo arriba y abajo hasta dejar aclarada la red. Conclusión: hubo una explotación importante de carboneras en las hondonadas cerca del torrente con pequeños caminos que iban enlazando las distintas explotaciones. Más adelante se hizo un solo camino para bajar troncos desde arriba que iba bisecando toda esta red anterior.
Llegamos otra vez al coche y paramos en el Camp de Pujol para marcar con el GPS una casa medieval que Pep había visto en una ocasión anterior y luego en el puente de Espelt para buscar el camí ral (camino real), que encontramos encima del actual horno de piedra.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 12,9 km; 720 metros de desnivel acumulado.

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