En el Mikado, me sorprende ver a Emilio; es raro que alguien repita con nosotros. ¿Tanto le gusta subir y bajar pendientes?, me pregunto. Antes de dejar subir al coche a Carles – que tenía instrucciones de bajar este camino perpendicular a su GPS – le obligamos a abrir su mochila y mostrarnos su GPS. Como notarios en el sorteo de la ONCE, lo inspeccionamos y damos el visto bueno. Que se deje la comida en casa, bueno, nadie muere por no comer un día, pero el GPS es sagrado.
Dejamos el coche en un llano debajo de Les Lloberes y nos encaminamos al molino de Cosp. Desde allí subimos a las ruinas de la casa de Cosp, que era la casa dominante de este vecindario, pasando por otra casa llamada Cal Romà. Aquí había toda una pequeña comunidad y aún nos quedan algunas casas por localizar. Pasamos las siguientes horas yendo entre Cal Cosp y la iglesia buscando los caminos.
Camino debajo de Cal Cosp, hacia Sant Julià de Cosp
Las ruinas de Cal Cosp
No deja de ser un lugar algo fantasmagórico, con zonas de bosque casi impenetrable entre antiguos campos. De las surgencias todavía sale agua, incluso en estos tiempos de sequía. Emilio vuelve a mostrar su valía, subiendo y bajando las cuestas para investigar los caminos. Encontramos el camino perpendicular, pero no exactamente con el trazado esperado.
Dejamos otra vez la iglesia hacia Cal Cosp
Por fin, llegamos a la pista que va a los Plans de Cosp, dejando a la izquierda un camino que va a otra casa, Cal Bon Jan, cuyas ruinas vemos entre los árboles. Cruzamos la pista y vemos que el camino continúa al otro lado. Lo seguimos y acabamos en los campos de Cal Serra de Cosp. Lo malo era que ése no era el plan; teníamos que haber seguido subiendo hacia el norte pero esa conexión no la vimos.
Yo nunca había estado en Cal Serra, siempre la había visto de lejos y siempre había pensado que era una casa aún entera. Pero no es así. Los inmensos campos de la casa vuelven a mostrar la extrema sequía. Subimos hacia el Pla Fondo, donde comemos.
Cal Serra. Observad las ventanas; eran tablas de madera con una pequeña abertura para la luz.
En la bajada, intentamos localizar el camino de Ardericó nuevamente pero sólo vemos trazas. Pasamos nuevamente por encima de Cal Cosp y de allí a Les Lloberes y al coche.
Sant Julià de Cosp y los Rocs del Castell en el sol de la tarde
Satisfecho, Pep declara que ahora ha quedado todo aclarado.
Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 12,2 km; 600 metros de desnivel acumulado.
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