Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



lunes, 12 de junio de 2017

21/4/2017 – Mejora forestal en Cal Parera

Ha pasado Semana Santa. Hoy, Carles no puede venir por obligaciones familiares y Pep y yo decidimos volver a Cal Parera.

Aparcamos en el mismo sitio que la vez anterior. El cielo está despejado con una temperatura fresca y agradable. Un camión cargado de troncos ocupa media pista, apenas dejando sitio para pasar. Parece que tiene el sistema de dirección roto.

Llegamos a Cal Parera y esta vez, buscamos el camino hacia el norte. Lo encontramos cerca de la cisterna: un camino ancho que cruza los campos entre dos muros. Llegamos a la pista, la misma que pasa al lado de la casa. Ya no la vemos con tanta benevolencia como hace dos semanas, ya que vemos su intención de ir serpenteando hacia el norte y tememos por nuestro camino, que está pintado con marcas amarillas con un punto central de color naranja de una antigua caminada.

El camino que sube desde Cal Parera entre dos muros

Las curvas de la pista van cortando el camino a medida que sube, ante la indignación creciente de Pep. Oímos los ladridos de los corzos, un sonido muy agresivo para un animal que no lo es.

Nuestro camino continúa hacia el norte, pasando al lado del final de la pista. Desde aquí sube con pendiente suave pero constante hacia el punto más bajo de la sierra. Dejamos un camino que se bifurca hacia la derecha. Justo debajo de la cresta, el camino hace unos zigzags muy cerrados, obligado por la pendiente, y luego desaparece, roto por una pequeña pista para arrastrar troncos hacia arriba.

Cuando nos asomamos a la cresta, entramos en una auténtica autopista que viene desde el este y gira hacia el norte, aniquilando nuestro camino. Llegamos a un pequeño collado. La pista gira hacia la derecha para dar la vuelta de una pequeña elevación mientras recuperamos los restos del camino que continúan recto.

Salimos a la cresta

Miramos nuestros mapas. Cuando buscamos los caminos de Rus por encargo del Parque de Cadí-Moixeró hace más de 15 años, vimos fragmentos de este camino pero no supimos ver su continuidad hasta Cal Parera. Evidentemente, en aquel tiempo la pista no existía.

Salimos a otro collado más importante donde hay una gran explanada. Desde el Collet de Casa Nova, llegaba un camino muy interesante que buscaba la forma de pasar las rocas. Ahora, por el mismo sitio, pasa la autopista que ha dado la vuelta del pequeño cerro y ha convertido la explanada en una gran estación de carga de troncos. Del camino, evidentemente, no queda nada.

En el Collet de Casa Nova; donde ahora hay la pista, antes había un camino muy curioso

Desanimados, comemos cerca del Collet de Casa Nova, con el valle de Rus delante y el pueblo de Castellar de N’Hug al fondo. La sensación es que estamos viviendo el final de una era. ¿De qué sirve esforzarnos por buscar y cartografiar los caminos antiguos, si cualquier día pueden desaparecer bajo una pista nueva con esta nueva moda de mejora forestal? Es evidente que hay un desconocimiento general de esos caminos y tampoco hay interés en tenerlos en cuenta a la hora de planificar una explotación.

Vista del valle de Rus desde el Collet de Casa Nova; en el fondo, se ve el pueblo de Castellar de N'Hug

Bajamos la pista hacia Erols. Pequeños fragmentos del camino antiguo bajan con más pendiente en curvas muy cerradas. Toda esta zona fue arada en los años 60, expulsando a los ‘masovers’ que vivían en las casas, para plantar pinos cuando a Franco se le ocurrió que había que reforestar España. El impacto en su día debía haber sido enorme. Con el tiempo, los surcos se han ido suavizando pero los pinos no prendieron en todas partes, sobre todo en las zonas más altas donde todavía se pueden ver claramente las líneas de los surcos en las cuestas de las montañas, dándoles una forma de zigurat.

Otro efecto que ha perdurado es que hay miles de caminos por todas partes. Nos causó mucha confusión en Rus, intentando ver cuáles entre todos estos surcos eran los caminos buenos.

Al llegar a Erols, propongo que miremos el camino que quedó pendiente de la vez anterior. Yo pensaba que era la continuación del camino antiguo y acabaría en la pista pero, al contrario, sube y nos acaba llevando a una de las zonas de cultivo, els Planassos, donde se pierde.

Un pequeño 'grau' en el camino que sube a Els Planassos desde Erols

Habíamos dejado a la derecha lo que parecía ser un camino de bajada. Al volver desde els Planassos, lo probamos pero se pierde enseguida y decidimos bajar a lo bruto. Yendo de claro y claro y siguiendo los rastros de los ciervos para esquivar los precipicios, finalmente llegamos a la pista de Erols, ya cerca del coche.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8,7 km; 460 metros de desnivel acumulado.

PD. Una de las grandes atracciones de la Fira de Maig de este año en Berga fue una maqueta que representa la nueva explotación forestal. En una cara de una montaña con un bosque bonito, despejado, con árboles maduros, se muestra el uso industrial de la madera para crear tablas de palets y energía limpia. En la otra cara, las consecuencias beneficiosas de esta explotación ordenada: pistas limpias, zonas de picnic, nuevos caminos con pintorescos puentes de madera que cruzan las rieras. Lástima que no sea la realidad que vemos nosotros.

La visión idílica de la explotación forestal

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