Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



martes, 17 de enero de 2017

2/12/2016 – La Vía del Nicolau y los caminos de Quer

La semana siguiente, no salí. Dije a Pep y Carles que tenía mucho trabajo pero otro factor de peso fue el pronóstico de mucho frío. Pep y Carles sí que salieron y volvieron a los mismos bosques, centrándose más en la zona de Quer y Matallops.

Hoy, Pep quería volver una última vez. Sigue haciendo frío y estoy convaleciente de otro resfriado pero decido arriesgarme. Además, del track que me enviaron, vi que aún no habían resuelto ese camino que vi a la derecha bajando desde el Roc dels Quatre Batlles con mi hermana y hoy, Pep me promete que todo quedará aclarado.

Pero lo primero es visitar Cal Cabrit. Una casa en ruinas encima de la Vía del Nicolau. El 4/3/2011, Pep y yo recorrimos la parte superior de la Vía de Nicolau, un antiguo ferrocarril, desde Bagà hasta el Pont de l’Avellanet pero la parte inferior, la desconocía totalmente.

Aparcamos el coche en la carretera que va a la Font de la Vinya Vella con una temperatura de -5ºC. Después de visitar las ruinas de la casa, seguimos el trazado de la Vía hasta la entrada de Guardiola. Hay un tramo que no está asfaltado y, la verdad, tiene su encanto y, en primavera, seguro que mucho más.


La Vía del Nicolau entre Bagà y Guardiola

Volvemos a subir al coche y aparcamos bajo la casa de Matallops y subimos la pista que va a la casa de Quer. Debajo de la casa nos desviamos al Torrent de Turbians y pasamos un par de horas sin ver el sol, subiendo y bajando y atando todos los cabos que nos quedan.

Con la satisfacción de haber cumplido nuestra misión, ponemos rumbo nuevamente hacia la casa de Quer donde nos espera el sol. Subimos hacia el camino del Coll de Turbians. Allí, unos 300 metros del camino han sido convertidos en pista, hasta un pequeño afloramiento rocoso que, me imagino, marca el límite de la propiedad de la casa. Al lado, un tubo grueso de goma que trae el agua de la fuente en el fondo del valle. Hace bastante tiempo que no vengo por aquí pero estoy seguro de que antes no  había la pista. ¿Cómo es que la pista se queda aquí y no llega hasta la fuente, ya que ésta parece ser su finalidad? ¿Por falta de permisos? Y ¿por qué entonces se destrozaron gratuitamente 300 metros de camino, sabiendo que la pista quedaría parada en esas rocas?

Son preguntas que no podremos contestar aquí y decido dejarlo correr. Caminamos hasta el afloramiento, donde empieza el camino original y comemos, mirando la cuesta sumida en la sombra que hemos dedicado las últimas semanas a explorar. Mirando este bosque de aspecto anónimo, ¿quién diría que allí dentro hay tantos caminos, incluyendo los grandes ejes que suben desde Guardiola, Bagà y las casas aisladas para pasar la sierra y llegar a Gisclareny? A esos caminos, habría que añadir los secundarios a las fuentes y luego diversas capas de caminos y pistas forestales de distintas épocas. Un auténtico laberinto.

Desentrañando el laberinto

El sol se esconde detrás de la Carena de la Baga y la temperatura baja 5ºC de golpe. Nos levantamos y seguimos el último camino que nos queda por mirar y que nos lleva en media hora directamente al coche. Volviendo en el coche hacia Guardiola por la pista, pasamos por el Coll de la Sala y la entrada del camino donde todo empezó hace 3 semanas. Allí se ve claramente que ha sido usado para bajar troncos y ha pasado a tener un par de metros de ancho, con ramas en el suelo y las marcas de los troncos arrastrados en la tierra. “Tu camino ya es historia”, me dice Pep estoicamente.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 9 km; 470 metros de desnivel acumulado.

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