Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



domingo, 1 de noviembre de 2015

16/10/2015 – El camino de La Cerdanya

El Presidente Mas, la vicepresidenta Ortega y la ‘consellera’ de educación Irene Rigau han tenido que declarar delante de los jueces como imputados por haber puesto los medios para que la gente pudiera expresar su opinión a través de una consulta no vinculante el 9 de noviembre del año pasado.

Pero si la Fiscalía del Estado tiene una misión, que es cortar de raíz la sedición catalana, nosotros también tenemos una nuestra: encontrar y seguir el camino antiguo de La Cerdanya, siguiendo las pistas reveladas en el documento de Pep.

Aparcamos en la pista de Coll de Torn, más o menos donde la cruzamos la semana pasada. El termómetro del coche de Pep marca 0 grados pero hace sol y no tardaremos en entrar en calor: nos espera un desnivel de unos 400 metros en línea recta y sin camino.

Afortunadamente para mí, Carles y Pep van parando cada tanto tiempo para hablar de sus documentos. Agradeciendo la oportunidad de descansar, no les interrumpo.

Mirando hacia el Coll de Torn

Vamos cruzando rastros de caminos que suponemos que son de rebecos. Dejamos atrás donde paramos para comer la semana pasada y continuamos hacia la siguiente línea de rocas. Antes de llegar, Pep se desvía hacia la derecha, haciendo una diagonal hasta llegar a la cresta que da al Clot de Comabona. Delante tenemos la gran olla del Clot y, 10 metros debajo nuestro, las señales inconfundibles de un camino. Lo tenemos que haber cruzado en la subida pero era imposible verlo.

Entrando en el Clot de Comabona 

Nos adentramos en el valle, donde hay un grupo de caballos pastando, y, una vez en el centro, subimos a un pequeño montículo. Desde aquí se ve el ‘grau’ por donde bajamos hace tantos años. Ahora, es evidente que por allí no podía pasar el camino: ¿por qué subir para luego bajar?.

Mientras descansamos, veo un grupo de rebecos arriba en la ladera. Así que tenemos tres grupos de mamíferos grandes en esta morena glacial. Los rebecos arriba, los caballos en el centro del valle, cada uno espaciado por unos 50 metros, y en un pequeño montículo, 3 humanos, 2 de ellos hablando de castillos.

El Clot de Comabona

Es hora de marchar. Volvemos a la cresta y nos preparamos para seguir el famoso camino de La Cerdanya. Tenue es decir poco. Con Carles por delante como explorador, vamos siguiendo un pequeño rastro. De hecho, de bajada es como mejor se ve. Cuando doy la vuelta y miro hacia atrás, el camino desaparece.

Pep es inusualmente atento conmigo, me espera, me dice por dónde pasar. “¿Y eso?”, le pregunto. “Es que quiero un track limpio y preciso de tu GPS”, me contesta. “Con un camino tan importante, no puede haber errores”.

En el camino de la Cerdanya

Pasamos el Clot de Palomar y el camino se convierte en una antigua pista. Un poco más abajo, vemos un camino muy marcado que bordea unos prados y que fue el camino que seguimos hace más de 10 años. Ese camino se difuminó pasados los prados; nunca lo volvimos a encontrar y acabamos subiendo demasiado alto.

Después de comer a la sombra de un árbol, acabamos de enlazar con la pista cerca del Coll de Torn e iniciamos el camino de vuelta por la pista. Con el lugar por donde pasamos delante nuestro, pregunto a Pep cómo supo dónde estaría el camino, con un margen de error de tan sólo 10 metros. “Es muy sencillo”, me contesta. “Por debajo, el terreno es muy malo, con paredes de roca, y además entraríamos en la ‘tartera’ del Clot de Comabona y allí no habría camino. Y la otra vez, pasamos por encima de esa línea de rocas y entramos demasiado arriba. Así que tenía que estar cerca de la línea de rocas, pero por debajo. Es obvio, ¿no?”. Le contesto que ahora que lo ha explicado sí, pero antes, no lo era tanto, al menos para mí.

Eso deriva en una conversación más general sobre la inteligencia y la educación. Según los psicólogos, hay 7 u 8 tipos de inteligencia distintos, todos igual de válidos, pero nuestro sistema educativo sólo prima uno, el del pensamiento matemático/lógico.
Y haciendo eco de un programa de televisión que se está dando actualmente, Economia en Colors, se calcula que para llegar a ser experto en algo, se necesitan al menos 10.000 horas de práctica. Y, decían los presentadores del programa, acumular esas 10.000 horas necesarias (que son muchas) es mucho más agradable y dará mucho mejor resultado si te dedicas a algo que realmente te apasiona y no algo que simplemente te proporciona una salida laboral.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 7,2 km; 450 metros de desnivel acumulado.

Un par de días después, Pep me reenvía un correo que le envió Carles. En el libro del Ayuntamiento de Saldes, dice que ya había a principios del siglo XX una propuesta para crear un Parque Natural que incluyera el valle de Gresolet. El famoso excursionista César August Torras dijo que, si se llegara a crear, sería bueno recuperar el antiguo camino de La Cerdanya que pasaba por el Clot de Comabona y Tancalaporta. Se ve que incluso hace más de un siglo, el camino estaba muy desdibujado. Y la propuesta de Torras sigue igual de válida hoy; sería un complemento magnífico de las redes actuales de rutas senderistas. 

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