Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



viernes, 6 de septiembre de 2013

23/8/2013 – Una nueva mirada a las minas del Catllaràs

El 12 de agosto, Rosa Colomer, una de los responsables de turismo en el Berguedà, me envió un correo, diciéndome que había pasado mis datos a un tal Josep Maria Coll, que había decidido dedicar una parte de su tiempo como jubilado al estudio de las minas del Catllaràs. Unos días después, la persona en cuestión me contactó y hubo un intercambio de correos, cuyo resultado fue acordar una reunión entre todos en el hotel de Carles para el sábado, 24 de agosto.

Allí nos explicó que había veraneado durante muchos años en el Santuario de Falgars y había quedado intrigado por esos agujeros y estructuras que se veían perdidos en el bosque. Al jubilarse hace un año, había decidido esclarecer todo aquello. Ya había leído mi blog y había quedado maravillado por nuestros conocimientos. A medida que proseguía la reunión, fue sacando carpetas llenas de planos, fotos y mapas y explicó todos los archivos que había consultado. Pero todavía no había conseguido encontrar documentos de la propia Asland, propietaria de la fábrica de cemento y de las minas durante su época de máxima actividad.

Mientras Carles servía cafés a los otros huéspedes, Pep y yo nos quedamos mirando atónitos. Con todo este material que ha acumulado, ¿piensa que nosotros le podemos enseñar algo nuevo? Sería más bien al revés. Sin embargo, Josep Maria nos asegura que le podemos enseñar mucho porque, al no tener formación en la investigación arqueológica, tiene problemas para interpretar lo que ve. Al final, acordamos dedicar el próximo viernes a una nueva visita a las minas del Catllaràs.

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Llego medio dormido al Mikado. Allí están Pep y Josep Maria conversando animadamente. Consumo mi café en silencio, rezando para que haga efecto. Durante el viaje al Xalet del Catllaràs, zarandeado de un lado a otro por los baches en la larga pista desde Falgars, apenas abro la boca, pensando en si debía haber pedido un segundo café. Y para colmo, tiene toda la pinta de ser una salida sumamente académica.

La asombrosa carpeta de Josep Mª Coll fue una obra de consulta constante

Aparcamos en el Xalet. En el edificio al lado, que hace de refugio libre, hay unas personas un poco estrafalarias pero por lo demás inofensivas haciendo unas vacaciones ‘low-cost’. Subiendo por la pista al Roc de la Lluna, Josep Maria muestra a Pep una cisterna enterrada que posiblemente suministraba agua al Xalet y Pep muestra a Josep Maria el final de una tolva a la que llegaba una vía de tren y que ya descubrimos en la salida del 29/7/2011. Intento sin éxito reprimir un bostezo. Volvemos a bajar al Xalet y Josep Maria muestra los restos de un edificio rectangular grande para los trabajadores (nos muestra una foto antigua que demuestra su existencia), perdidos en el bosque bajo el Xalet y cerca descubrimos los restos de un teleférico.

Estado actual del Xalet de Catllaràs

Dejamos el Xalet y empezamos a subir hacia el Roc de la Lluna. Pasamos por antiguas escombreras y zanjas amplias que representan pequeñas minas hundidas, explotaciones de afloramientos. Pep corre de un lado a otro, entusiasmado. “Waypoint, please”, me dice desde un pequeño montículo. Sigo su ir y venir con ojos vidriosos. “Quiero ir a casa”, pienso.

Llegamos al Collet Fred, donde hay el camino plano que va al mirador. “Aquí estaba la vía que iba al teleférico del Roc de la Lluna”, informa Pep. “Un momento, un momento”, interrumpo, ahora más despierto. “¿Desde cuándo sabes que fue una vía? Porque de eso nunca me has dicho nada”. “Hace unos días, cuando volví a mirar el libro de Salmerón”, me contesta. Llegamos al pequeño merendero que, ahora me doy cuenta, tiene una estructura extrañamente escalonada. “Y desde aquí arrancaba el teleférico al Cable”. “¿Y tú lo sabías?”, pregunto a Josep Maria. “Sí, siempre”, y abre su carpeta para mostrar el plano de la vía con la trayectoria del teleférico. “¿Y qué pasa con la vía que sigue bajando al descargador de la tolva?”, pregunto perplejo a Pep. “Es de otra época. Luego te lo explico”, me contesta.  

Continuamos hacia la Sala de Máquinas, siguiendo lo que hoy es una pista y antes una vía de tren. Aquí hay una chimenea, unos cimientos sobre los cuales habría una máquina de vapor y un pozo. Al lado de la pista, una explanada que hoy Pep decide que es el perímetro de un edificio. El próximo paso es bajar a la Mina de Font Freda, que nosotros no conocíamos pero Josep María sí.

Las máquinas de vapor usadas en las minas del Catllaràs tendrían un aspecto similar a esta (foto facilitada por Josep Maria Coll)

Bajando la cuesta, se encuentran nuevos montículos y zanjas, correspondiendo a escombreras y antiguas minas. De hecho, siempre había visto este paisaje un poco parecido a las trincheras bombardeadas conservadas de la Primera Guerra Mundial en Francia pero hasta ahora no lo había sabido interpretar.  Pasamos los restos de una barraca y metida en una pequeña hondonada, tapada por los árboles, está la bocamina de la Mina de Font Freda.

La mina de Font Freda

Josep Maria nos había informado que había visto una argolla clavada en una roca al otro lado del torrente de Font Freda, cerca del camino que viene de la Mina de Moreno. Detrás, están los restos de una torre de teleférico y lo que parece ser un pozo, ahora rellenado de tierra.

Seguimos subiendo por el camino de la Pleta de les Vaques. Anotamos los restos de otro teleférico y, debajo de la chimenea y el pozo de la Pleta de les Vaques, otra zanja, una explanada estrecha y alargada que acaba en la cresta, donde hay los restos de otra torre de teleférico y otra argolla.

Estación superior del teleférico de la Pleta de les Vaques

Ahora estoy plenamente despierto y empiezo a hacerme cargo de la magnitud de los descubrimientos que nos ha ido indicando Josep Maria. Aquí comemos y es aquí dónde Pep me desvela los misterios de las minas del Catllaràs y su relación con el plano en el libro de Salmerón. Pido al lector paciencia y al final intentaré explicarlo todo.

Recogemos todo y subimos por la cresta, pasando por el teleférico  que vimos en la salida del 29/07/2011 y llegando a la chimenea. Aquí hubo otra máquina de vapor, alimentada por una cisterna que, se supone, traía agua de alguna fuente.

Bajamos al otro lado, buscando sin éxito una bocamina que muestra el plano de Salmerón, aunque sí encontramos otra cisterna de función desconocida en un camino ya conocido. Emprendemos el camino de vuelta, pasando por la Font Freda y desembocando en la pista del Xalet de Catllaràs, donde subimos al coche. El grupo en la caseta tiene invitados para comer.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8 km; 325 metros de desnivel acumulado.

Ahora toca explicar todo lo que he contado en el buen entendido que podrá cambiar si surgen datos nuevos.


El camino seguido por el carbón, tal como se mostró en una proyección vertical y horizontal en el libro de Salmerón, con comentarios y realce del trazado en amarillo por Josep Maria Coll

La imagen arriba está extraída del libro de Salmerón, Els Trens del Berguedà. Josep Maria ha añadido algunos comentarios explicativos en catalán y ha marcado en amarillo el recorrido del carbón. El problema con ese plano es que marca el origen en la mina del Teixó. Con el emplazamiento actual de la mina, hace un dibujo imposible y lo habíamos descartado por inverosímil. Sin embargo, si se omite el nombre de la mina o se cambia a “la mina antigua del Teixó”, todo empieza a encajar.

Empecemos en la zanja debajo del pozo en la Pleta de les Vaques. Esta zanja habría sido una mina. La escombrera fue aplanada y se colocó encima una vía que transportaba el carbón hasta el inicio del teleférico que bajaba hasta el pozo donde había la primera argolla. Desde allí, se bajaba hasta una galería que llevaba el carbón hasta la Mina de Font Freda donde otra galería lo llevaba hasta el pozo de la Sala de Máquinas. Desde allí se elevaba el carbón hasta la superficie, donde había otra vía hasta el cargador del Roc de la Lluna, donde se cargaba en otro teleférico que iba al Cable y de allí al Empalme abajo. Más adelante se construyó el pozo de la Pleta de les Vaques y se alargó el primer teleférico hasta el pozo. Las argollas tendrían tensores para soportar la carga al principio y final del teleférico. En resumen, un recorrido muy complicado forzado por la difícil orografía de la zona.

El teleférico del Roc de la Lluna data de 1912 pero el teleférico del Cable ya existía en 1906. Por lo tanto, en un primer momento, la vía iba desde la Sala de Máquinas hasta el descargador encima del Xalet (juntándose posiblemente con otra vía que venía de la cercana Mina de Arderiu), donde el carbón bajaba por una tolva hasta otra vía (la pista actual) que llevaba el carbón al posible pozo o teleférico que encontramos bajo el Xalet y desde allí al Cable, que está a muy poca distancia en línea recta.

La Mina del Moreno y la mina actual del Teixó probablemente son más modernas y tenían otro método de transporte mucho más eficiente. Desde la Mina del Moreno, el carbón bajaba en teleférico hasta el complejo del Teixó, donde se juntaba con la producción de la Mina del Teixó y, según lo que se cuenta, era transportado por una galería subterránea hasta el Cable.


Las escombreras y restos de minas que encontramos a cada lado del Roc de la Lluna corresponderían a explotaciones más antiguas de afloramientos y vetas más cercanos a la superficie, datando probablemente de finales del siglo XIX.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bon article, ben detallat, documentat i explicat. Gran treball de descobriment d'aquests paratges desconeguts del Catllàras. Felicitats!