Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



miércoles, 30 de marzo de 2011

17/3/2011 – Paller y Clarà

Avui serem el Pep i Jo (Carles).


A Bagà passem per davant de l’antiga petrolífera (fabrica de ciment segons els mapes) i aparquem el cotxe en un replà de la pista de Paller. Ens enfilem per la carena seguint unes marques vermelles d’un camí inventat tot cercant l’antic camí que anava de Bagà a Paller. Trobem el camí antic en un collet i el seguim uns metres en direcció a Paller. El camí segueix paral•lel a la pista fins que s’acaben ajuntant . El deixem i desfem camí tornant en direcció a Bagà per poder aclarir el seu recorregut exacte.
Un cop resolta la primera incògnita, decidim fer un flanqueig per buscar el camí que anava de Bagà a Clarà. Anem en direcció al cementiri, però la troballa de diferents barraques molt ben conservades ens distreu de l’objectiu que volem aconseguir. Un camí transversal sembla ser el fil conductor del Solà d’en Fonoll, d’on surten els camins que van a les barraques i a les feixes de cultiu.

La casa de Clarà

Poc després trobem el camí antic de Bagà a Clarà en un collet que puja per una carena. El seguim amunt tot creuant el terme que separa Bagà de Brocà (avui Guardiola) fins a trobar la unió amb el camí que anava a Cerconeda. La casa de Clarà no presenta cap detall important excepte un arc que es dibuixa en un mur de la casa, que ens delata el seu passat medieval. Seguim un camí amb pintures grogues de traces irregulars, i de sobte ens trobem baixant per un camí de carena, que segueix l’antic termenat de Bagà. Tornem enrere fins que aconseguim localitzar l’antic camí que anava de Bagà a Clarà, en l’anomenat Bac del Petroli sobre el torrent de Mullapà i senyalitzat amb les pintures grogues que havíem deixat més amunt.
Ens situem a sobre de la casa de Clarà i agafem el camí que anava de Brocà a Paller. Tot caminant fem memòria dels topònims antics de la rodalia del terme de Bagà. El Pep ha localitzat el Cortal de’n Joan Mitjas, però sembla que se li resisteix l’anomenada Espluga de la Monja. Prop del coll del Cap del Joncar localitzem una antiga fita amb les inicials B/B, que feia de partió dels termes de Bagà i Brocà. Ens oblidem del termenat i baixem pel Serrat de les Pedregoses i el Bac de Paller fins a trobar la creu de Paller, que la tradició diu que fou refeta tres vegades. Dinem a Sant Pelegrí, una petita ermita que ja es trobava abandonada al segle XVIII segons comenta Mn. Serra i Vilaró en els seus llibres. Mentres ens preguntem com devia ser l’església de Sant Pelegrí, ens adonem que trobem a faltar la cervesa de l’Steve.

Després de dinar ens entretenim seguint la xarxa de camins de la solana de Paller. Alguns camins que els havien seguit el Pep i l’Steve fa molts anys, però en localitzem un de nou que s’enfila muntanya amunt. Està molt tapat i el deixem per un altre dia. Les antigues feixes es troben amagades sota un bosc molt espès i costa moure’s amb facilitat. Seguim els camins marcats amb pintures vermelles sense massa convicció i el nostre objectiu es arribar a un conjunt de barraques i a una bauma-refugi que era la base des d’on es cultivaven les feixes de tota la costa de Sant Pelegrí. Avui fa molta calor.

La cruz de Paller

Seguim un camí que es porta a la Font de la Tosca on hi descansa una tranquil•la salamandra. El camí segueix uns metres fins a desembocar en una pista, però tornem enrere quan ens adonem que ens hem deixat una barraca uns metres per sobre de la bauma-refugi. Baixem fent eses seguint un magnífic camí que ens porta novament a la font on hem vist la salamandra. No hem acabat de veure els camins d’accés a les barraques i ho haurem de deixar per una altre ocasió.
Seguim un camí de baixada que no té molta credibilitat, fins arribar a una petita resclosa i un canal que marxa de pla en direcció a Bagà. Poc després connectem amb el camí que probablement anava de Bagà a Paller passant per Sant Pelegrí. El seguim amunt per fer el track i tornem a desfer camí fins a la Font del Sofre on reposem abans de tornar al cotxe.


16,7 km. 300 mts de desnivell acumulat

jueves, 24 de marzo de 2011

11/3/2011 – Entre Paller y la Bassa de Tarnes

Nuestros lectores recordarán que la semana anterior no pudimos continuar por el camino antiguo a Paller de Dalt por la nieve. Hoy, a las 9.15, estamos aquí otra vez mirando la continuación del camino, ahora sin nieve. La primera parte es muy perdedora, por la erosión, la vegetación y las rocas que cayeron abajo al hacer la pista forestal. Sin embargo, salimos a una cresta y las eses son inconfundibles y un poco más adelante, vemos las piedras para aguantar el camino por la roca. Pep me sonríe con amabilidad, feliz, sin rastro de las quejas de la semana pasada.


La transformación de Pep, obrada por unas simples piedras

Salimos en el camino de los rombos amarillos que hice con Josep Mª el 11 de febrero, justo en el punto donde nos parecía que entraba un camino desde abajo. El camino antiguo se ve claramente subiendo por el camino de rombos pero luego lo deja, marchando por la izquierda, o sea, hay una parte que es auténtica y otra parte que fue inventada. Al final, lo abandonamos debajo de la pista ya que se vuelve impracticable.
Dedicamos un tiempo a reconstruir el resto del camino antiguo hasta Paller de Dalt. Pep inspecciona los restos de la casa/iglesia. Bajando por la pista otra vez y con tiempo para pensar, no puedo evitar cierta tristeza por lo que está pasando en Libia. Hasta Carles lo nota. Ojalá estemos viendo el principio del fin de los gobernantes crueles de este mundo.
Nos plantamos debajo del camino que Pep vio la semana pasada subiendo a la Bassa de Tarnes e iniciamos la subida. Con el esfuerzo físico, dejo de pensar en Libia. Tras unos 150 metros de desnivel, el camino se aplana y entra en un pequeño bosque de hayas. En una entrada en octubre, hablé de mi simpatía por las hayas – árboles bondadosos por excelencia – y un camino por un bosque de hayas siempre atrae. Quizás uno de los ejemplos más emblemáticos en el Berguedà está en la Baga de Noucomes, entre el Pla de l’Estany y el valle de Peguera, ahora parte de la Ruta dels Bons Homes.

 Cruzando el pequeño bosque de hayas camino a la Bassa de Tarnes

Sin embargo, cruza un torrente y vuelve a emprender una dura subida. Se ven varios caminos que se entrelazan, que sugiere un ‘camí ramader’ o camino utilizado para subir ganado a los prados de montaña. Por fin, salimos a la Bassa de Tarnes. Después de descansar, probamos de bajar hacia el sur por un barranco a la izquierda del Roc de Claniars pero el camino que Pep había visto hace un par de salidas resulta ser de ciervos y se difumina. Bajamos como podemos hasta entrar en una zona de campos y buscamos el camino que sube al collado en la Sierra de Joncar donde quedamos el 25 de febrero. El camino se ve muy claramente hasta que entra en unos campos. Allí se vuelve más perdedor. Al salir de los campos, se vuelve a ver bien y llegamos al collado. La pendiente es muy pronunciada y cuando por fin llegamos, ya he tenido suficiente.

Las rocas de Claniars

Almorzamos y luego emprendemos el camino de vuelta al Santuario de Paller, siguiendo el mismo camino que hice con Josep Mª en febrero.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 10,7 km; 840 metros de desnivel acumulado.

miércoles, 9 de marzo de 2011

4/3/2011 – Paller y Nicolau

Carles no puede venir; está liado. Además, el día anterior, nevó. En Berga, se fundió al cabo de un par de horas pero en la zona de Riutort y Paller, es probable que siga habiendo nieve.

Probamos de ir al Santuario de Paller. En el bosque, hay 4 cm de nieve. Subimos por el camino marcado a la derecha del santuario.
Aquí, debo hacer un inciso. Hace unos cuantos años, un señor jubilado de Bagà que tenía mucho cariño por Paller, dedicó un buen tiempo a limpiar caminos y marcarlos con pintura roja. Lo que pasa es que también inventó caminos para poder completar sus rutas. El camino que nosotros decidimos subir también está pintado con rojo. Ya lo conocíamos por haberlo hecho hace unos cuantos años pero ahora, con los años de experiencia, vemos que, llegado a cierto punto, el camino auténtico continúa subiendo recto hacia Paller de Dalt mientras el camino pintado gira hacia la derecha y sube directamente la cuesta siguiendo un camino de jabalí.

En la pista de Paller

Sin embargo, el camino auténtico se ve muy tapado por vegetación y nieve y decidimos dejarlo para otro día. Subimos el camino de jabalí y salimos a la pista de Paller de Dalt. Aquí hay más nieve. Pep ve el rastro del antiguo camino a la Bassa de Tarnes, que es lo que queríamos buscar pero la nieve es cada vez más profunda y tapa el camino. Visualmente, el paisaje nevado es muy estético pero no sirve para buscar caminos.

Vistas impresionantes con la nieve. Aquí se ve Tancalaporta

Y aquí Pedraforca con el Col de Escriga delante

Propongo mirar la Vía del Nicolau, ya que nunca lo había hecho y, desde donde estábamos, se veía despejada de nieve. La Via del Nicolau es la recuperación de una antigua vía de tren que bajaba los troncos cortados en las umbrías de Gisclareny. Su recorrido empezaba cerca de la Torre de Santa Magdalena y acababa en Guardiola, siguiendo la ribera sur del río Bastareny.
Bajando por la pista hacia el santuario de Paller, Pep saca una lección positiva de esta salida fallida y se declara muy satisfecho: “Ahora sabemos que hay caminos falsos y hemos visto los auténticos”. A Pep le gustaría ir a la Solana de Sant Sebastián. En el collado arriba, vimos una barraca allí hace unos cuantos años y Pep quiere buscar el camino desde Bagà. Pero donde él ve un tesoro, yo sólo veo una cuesta áspera sin ningún atractivo e insisto en la Via del Nicolau. Pep accede de mala gana.
Dejamos el coche encima del Parque de la Vila en Bagà e iniciamos la ruta. La antigua vía se había construido en tierra blanda de margas que se erosiona fácilmente con la lluvia. Para recuperarla, se ha tenido que hacer una buena inversión, incluyendo un puente colgante para salvar un barranco, y probablemente será necesario seguir gastando dinero en mantenimiento. Pep está indignado: para eso hay dinero pero no para salvar sus dolmenes. Me lanza unas miradas furibundas. ¡Además es plano! Si supiera la vergüenza que le estoy haciendo pasar, me acusa. Intento relativizar el tema; ofrece una visión inaudita para nosotros del río Bastareny, ya que siempre lo vemos desde la carretera al otro lado. Pero no se deja apaciguar; ni siquiera me deja marcar waypoints.

Las vagonetas con los troncos (seguramente más gordos que éstos) bajaban por gravedad, frenados por un hombre delante. Las vagonetas vacías volvían al punto de partida por tracción animal.

El puente colgante

Llegamos a la casa de l’Avellanet. Hay un proyecto desde hace años para convertirlo en un ecomuseo pero parece que aún no funciona. Cerca está la iglesia románica de Sant Joan que, sorprendentemente, Pep no ha visitado nunca. Inspeccionando la iglesia, su humor empieza a mejorar.

Exterior de la iglesia de Sant Joan de l'Avellanet

E interior

Luego, damos una batida por los alrededores y vemos un camino que tiene toda la pinta de ir hacia Gisclareny pero tendrá que esperar otra ocasión. Detrás de la iglesia, hay instalaciones para acampamentos en los antiguos campos de la casa, que tampoco sé si todavía se utilizan. Damos un rodeo y vemos que arranca un camino hacia Bagà. La Minuta (ver Glosario) de Bagà marca dos casas en esta cuesta, una sin nombre y otra llamada Mas de la Costa. El camino entra en una pista y luego vuelve a salir para entrar en otra pista y, precisamente en ese punto, Pep encuentra la casa. Al otro lado de la pista, se ve un camino que continúa.
[Cuando bajo el track al mapa el día siguiente, veo que la zona está llena de pistas. Los bosques deben ser públicos del municipio del Bagà porque la red de pistas se queda cortada en un torrente que marca el límite con el municipio de Gisclareny. Sobre el terreno, se ven las señales de una tala hecha hace quizás un par de años. Mucho me temo que un camino que seguí hace unos cuantos años que pasa al pie de la Roca Tirabal haya quedado destrozado por una de esas pistas.]
Aquí comemos y luego seguimos el camino. Lleva a una fuente arreglada para hacer un par de balsas, empiezan campos y al poco rato, vemos las ruinas de la segunda casa.

Las ruinas del Mas de la Costa

La fuente del Clot d'en Roca, en la pista de Avellanet a Matallops

Tras inspeccionar la casa, continuamos por un camino muy perdedor entre bancales que poco a poco va perdiendo entidad hasta entrar en la pista que pasa delante de la casa de Matallops. Desde allí, tomamos el camino que baja a Bagá. “Encontrar esas casas ha salvado el día”, me dice Pep. “No subir la Solana de Sant Sebastià ha salvado el día”, pienso yo.

Vista de los valles de Bastareny y Rigoreixer con Bagà en primer término, desde el camino que baja desde Matallops

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 13,4 km; 575 metros de desnivel acumulado.

lunes, 7 de marzo de 2011

25/2/2011 – Entre l’Estret y Sant Marc

Hoy no tenemos dudas sobre qué haremos. La semana pasada, habíamos dejado sin acabar un camino que subía por la umbría de La Coma hacia la Bassa de Tarnes y que seguramente era el camino principal de toda esa cuesta. También había la conexión entre la Bassa de Tarnes y Cerconeda y ese camino tan prometedor que había visto bajando desde Sant Marc en mi salida con Josep Mª el pasado 11 de febrero.
Dejamos el coche en nuestro parking habitual en l’Estret y emprendemos la subida por la pista a La Coma, desviándonos momentáneamente para explorar un camino que queda muerto en unas carboneras en el Torrent de la Coma.
Antes de llegar a la casa, habíamos visto la semana pasada un camino que marchaba hacia la izquierda. Lo seguimos pero muere en unos campos. Investigamos una serie de caminos usados para arrastrar troncos pero todos quedan muertos bajo una pared de roca, excepto uno que va subiendo hasta empalmar con el camino que dejamos la semana pasada. Seguramente era el camino usado por La Coma para subir a la Bassa de Tarnes y lugares más allá.

En el camino de subida, veo un asta de ciervo. “Para tu madre”, me dice Pep. “Mi madre ya no sabe dónde ponerlas”, le digo, y la dejamos allí. Salimos en las pistas debajo de Sant Marc y caminamos hacia la Bassa de Tarnes, donde descansamos. Hay una pista de desembosque que bordea el Roc de Claniars por el norte y había indicado a Pep que esa pista podría haberse abierto encima de un camino. Cuando llegué aquí con Josep Mª, había demasiada nieve para investigarla. Efectivamente, la pista muere al cabo de 500 metros y empieza un camino muy marcado que va al collado e inicia un descenso hacia el sur. Lo acabaremos de enlazar en otra ocasión.



El valle del Llobregat desde la Bassa de Tarnes. Abajo se ve el pueblo de Guardiola. Nunca me canso de esta perspectiva

Damos la vuelta e iniciamos la ingrata subida a Sant Marc. Todavía queda nieve suficiente para ver las huellas de Josep Mª y yo en nuestra subida hace dos semanas.

Pep inspecciona brevemente la ermita y luego iniciamos la bajada por el camino señalizado. Le muestro el camino prometedor, tiene buen aspecto pero lo dejamos para después de comer.

Estado actual de la ermita de Sant Marc.


Pedraforca desde Sant Marc.

Después de calentarnos un rato al sol, es hora de reemprender la marcha. Entramos en el camino tan deseado pero al cabo de 100 metros, su aspecto ya no es tan bonito y al cabo de 200 metros se pierde definitivamente en una cresta. Bajamos la cresta, inicialmente de pendiente suave pero que se hace cada vez más áspera. Pep ironiza sobre mi “camino maravilloso”. Intento conservar mi dignidad. Bajamos como podemos por escarpados caminos de ciervos en la cara norte hasta llegar a un camino de inconfundible factura humana. Lo seguimos a la derecha y sale a un collado en la cresta. Decidimos dividirnos: Pep baja por la cara sur y Carles y yo retrocedemos. Acabamos llegando a la misma pista en la que desembocamos esta mañana. Volvemos atrás, siguiendo la larga pista que da la vuelta de la Serra de Sant Marc. En el lado soleado, encontramos a Pep, radiante: “Un camino magnífico”, me dice. “Será el camino de Mas del Castell a la Bassa de Tarnes”. Todo eso gracias a mi camino falso, le recuerdo.
En su libro de itinerarios del Berguedà, C.A. Torras habla de un camino malo (para hacer con caballo, se entendía) que subía desde la Canal Llarga (en el camino desde el Estret hacia Broca) hasta el Collet de la Canal (detrás del Tossal Rodó). Desde allí se podía ir directamente a Sant Marc o bien era usado por la gente como atajo, pasando por el Mas del Castell, para ir a pie a Brocà, sin dar la vuelta del Tossal Rodó. Nosotros habíamos visto una colita detrás del Tossal Rodó en la salida del 4 de febrero pero no la habíamos podido seguir por la nieve.
Nos propusimos buscar este camino. Hay un laberinto de caminos de ciervos en esa cuesta pero al final conseguimos separar el grano de la paja e identificar su trazado.

Llegamos a la pista que viene desde Cal Subirana. Nos estamos quedando sin tiempo, se acerca la hora de la clase de música. Dejamos una colita a la derecha que baja al Torrent de la Pomerassa, un valle maldito que me trae malos recuerdos de una salida que hice solo en invierno hace muchos años cuando me encontré a media cuesta con poco tiempo de luz habiendo perdido el camino. Llegamos a la cresta donde arranca el camino a l’Estret, que bajamos con toda la prisa que permiten nuestros maltrechos cuerpos.

Bajando el último tramo del camino hacia l'Estret

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 16,5 km; 870 metros de desnivel acumulado.

Nota: Estamos hablando mucho de la Bassa de Tarnes como lugar de encuentro de caminos. No deja de ser un collado secundario y los caminos que llegan allí parecen más bien locales, llegando desde distintas casas. En cambio, por la Collada Gran, un poco más al norte, pasaba uno de los grandes caminos hacia el Coll de Pal y la Cerdanya. Yo creo que debe su importancia sobre todo a la existencia de agua.